CAPÍTULO 6

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Entre risas y tonterías el canario y yo salimos del baño después de terminar de ducharnos juntos, enjabonándonos el uno al otro. Pedri está únicamente en su pantalón corto de deporte y el torso desnudo, paseándose por mi casa. Me hace morderme el labio.

Yo en cambio he cogido ropa interior limpia y encima me he puesto la camiseta que él llevaba, obligándolo a quedarse como esta, ya que no tiene otra camiseta que ponerse. Su camiseta me llega a la mitad del muslo y huele a él. Sonrío cuando me doy cuenta.

Me dirijo a la cocina y saco una olla para poner agua a hervir. No soy muy buena cocinando pero sé cómo hacer unos macarrones. Mientras espero a que hierva el agua Pedri entra en la cocina y se queda mirando. Me da un repaso de pies a cabeza y sonríe.

-Te queda mejor a ti que a mi.- Me mira mientras se muerde el labio. Le guiño un ojo de forma pícara y me vuelvo a girar hacia la olla para darme cuenta de que el agua ya está hirviendo. Bea y Joel también van a cenar así que echo una gran cantidad de pasta.

Cuando no he terminado de hacerlo unos brazos me rodean desde atrás y me abrazan por la cintura. El moreno se pega a mí, y deposita su cabeza en mi hombro, dejando un pequeño beso en la zona y yo sonrío. Parecemos una pareja de enamorados. Sin embargo tengo la sensación de que ninguno busca amor, ni nada parecido. Mi cabeza duda y cuando estoy apunto de preguntarle sobre el tema, sobre nosotros, me corta.

-Creo que podría acostumbrarme a esto.- Me dice sin despegarse de mí, está con los ojos cerrados sobre mi hombro. Giro mi cabeza y le doy un beso en la mejilla y sonríe aún con los ojos cerrados.

-¿A qué exactamente?¿A que te haga macarrones?- Le digo para picarle un poco.

-A esto, al sexo en la ducha, a verte con mi ropa, a cenar macarrones juntos...- Mi estómago se retuerce ante sus palabras y me giro para mirarlo, pero sus manos siguen en mi cintura, solo que ahora estamos frente a frente. Dejo mis manos descansar en su pecho, dispuesta a preguntar, porque no estoy segura del sentido que tienen sus palabras.

-Pedri...- Empiezo a decir pero justo en ese momento la puerta se del piso se abre, junto con Bea y Joel entrando mientras hablan sobre cualquier tontería. Pedri y yo no nos movemos y mis amigos dirigen la mirada hacia nosotros y se callan abruptamente mientras abren la boca.

-Y una polla.- Dice sin darse cuenta Joel llevándose una mano a la boca con sorpresa y Pedri ríe.

-¡Joel!- Le grito por lo brusco que es. Él levanta las manos en señal de inocencia y Bea no se mueve del sitio, parece que hubiera visto un fantasma. Pedri no se separa de mi y me mira haciéndose el ofendido.

-¿No les has hablado a tus amigos de mí?- Me pregunta el canario en tono de broma mientras se lleva una mano al pecho indignado. Le pego un puñetazo suave en el pecho a modo de respuesta y nos separamos.

-¡Claro que sí! Pero no nos había dicho que estabas en casa desnudo.- Interviene Joel, que se acerca a pasos lentos y yo vuelvo a gritarle por lo garrulo qué es.

-O sea que sí que les has hablado de mí...- Me dice Pedri mientras me mira levantando las cejas intentando avergonzarme, sabe que lo consigue cuando no respondo y miro hacia otro lado.-Por cierto soy Pedri, un placer, y ahora me pongo una camiseta lo siento.- Dice mientras se acerca a mis amigos y les tiende la mano. Joel se la sacude y se presenta. Pedri repite la acción con Bea, a la cual le cuesta más procesar la información pero acepta su mano y se presenta también.

Me meto con Pedri a mi habitación para devolverle su camiseta y vestirme, seguidamente salimos de la habitación para volver con mis amigos. Los macarrones parecen estar listos y me dirijo hacia la olla mientras los tres se sientan en la mesa. Cuando preparo todo y sirvo los macarrones, mis dos amigos conversan animadamente con el canario y me hace sonreír. Han optado por normalizar la presencia de Pedri en casa y lo agradezco, siento que él estará más cómodo así.

Caricias | PEDRI GONZALEZ //+18// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora