Un pequeño rayo de luz se cuela por el cristal de la ventana y mis ojos se abren con pereza. Estoy un poco aturdida y soy consciente de que no estoy en mi habitación. Levanto mi espalda de la cama y me apoyo sobre mis antebrazos mientras me froto los ojos con la mano derecha. Cuando estoy apunto de intentar reconocer dónde estoy por la habitación, mis ojos se desvían al cuerpo que yace dormido tranquilamente a mi lado. Mierda.
Pedri duerme desnudo a mi lado tumbado boca arriba, la sabana le cubre la mitad del cuerpo y descansa profundamente. Maldigo para mis adentros y me convenzo de que la mejor idea es irme sin avisar.
Intento levantarme haciendo el menor ruido posible, y el corazón se me para cuando el canario se remueve todavía en la cama. Falsa alarma, sigue dormido. Termino de levantarme con delicadeza y recojo las prendas de mi ropa que están esparcidas por mi habitación. Se que mis zapatos junto con el bolso están abajo, cerca de la entrada. Salgo de la habitación con rapidez y cierro la puerta con cuidado, rezando no despertar al moreno que sigue durmiendo.
Consigo mi tarea con éxito y bajo las escaleras con tranquilidad sabiendo que Pedri sigue durmiendo en la cama. Cuando me acerco a la entrada un escalofrío recorre mi cuerpo cuando me doy cuenta de que ni mi bolso ni mis zapatos se encuentran donde yo creía que estaban. El hall está recogido y no hay nada en el suelo. Pego un salto cuando una voz habla detrás de mi.
-Los he recogido, están en el salón.- Mi cuerpo se relaja al notar que la voz no proviene del canario con el que me acosté anoche. Me giro para mirar al chico que se encuentra enfrente de mi. Es muy parecido a Pedri y me mira con una amable sonrisa.-Soy Fer, el hermano de Pedri.-Levanta una mano en modo de saludo y suspiro con tranquilidad. Parece simpático.
-Soy Judith, encantada.-Respondo con una sonrisa pero creo que es capaz de notar la vergüenza que estoy sintiendo y decido que es mejor no crear un silencio.-Lo siento mucho por los zapatos y el bolso tirados, no sé en qué estaba pensando-Ríe ante mi comentario y me hace sentir menos nerviosa así que me río con él.
-No te preocupes muchacha, es lo normal ninguno pensamos en eso.-Mis mejillas se sonrojan cuando entiendo a lo que se refiere, me he delatado.-¿Quieres desayunar? Estoy haciendo tortitas.- Es una petición seria y un sentimiento de culpa me invade cuando me doy cuenta de que el chico se está portando genial conmigo y yo pensaba desaparecer de puntillas. Mis labios se curvan en una mueca y lo miran son simpatía pensando una excusa.
-Muchísimas gracias de verdad eres un cielo, pero no quiero molestar más y me están esperando.-Intento sonar convincente y él parece no creerme del todo pero asiente en respuesta mientras sonríe. Este chico no deja de sonreir.
-Pues nada, voy a por tus cosas.-Desaparece por el pasillo del hall y vuelve casi al instante con mi bolso y mis zapatos, reviso que este todo en el bolso y saco la cartera para cojer la tarjeta del bus y me doy cuenta de que no tengo la tarjeta, me toca ir andando.-¿Quieres que le diga algo a mi hermano de tu parte? Supongo que él muy vago no se ha despertado todavía.-Intenta hacerme reír mientras yo me pongo los zapatos y lo consigue.
-Si, sigue durmiendo pero creo que no hace falta que le digas nada... ya sabes...-Al principio me mira confundido pero casi soy incapaz de aclarar la situación por la vergüenza.-Fue cosa de una noche.-Intento reírme para disminuir lo brusca que estoy siendo aunque no estoy segura de si resulta del todo.
-Oh, que pena, parecías una chica majísima.-Lo dice totalmente sincero.
-Ha sido un placer Fer, muchas gracias por todo, ojalá nos volvamos a ver.-Le dedico mi mejor sonrisa y espero a que responda para desaparecer por la puerta y comenzar a andar hacia la que creo que es la dirección a mi piso.
A los 20 minutos estoy delante de la puerta de mi apartamento con las llaves en la mano. Cuando abro la puerta me encuentro con una escena que me hace reír. Joel está en la cocina haciendo lo que parecen ser macarrones mientras Bea esta con la cabeza apoyada en la mesa casi dormida, tiene cara de no haber dormido en toda la noche. Cuando cierro la puerta, mis dos compañeros de piso me miran enfurecidos.
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Caricias | PEDRI GONZALEZ //+18//
FanficHay veces que el deseo es tal, que somos incapaces de alejarnos aún sabiendo que tenemos que hacerlo. Nuestros cuerpos están hechos para estar juntos pero no nos interesa el amor de por medio.