Abro la boca para dejar que su lengua explore mis labios. No nos aguantamos a llegar a casa y nos besamos con necesidad en el coche. Estamos frente a mi casa, pero parece darnos igual.
Me desabrocho con rapidez el cinturón de seguridad para acercarme más a su cuerpo. Es de noche y los cristales del coche están tintados, osea que no nos preocupa el exterior, sumando el hecho de que no pasa nadie por la calle.
-Joel y Bea están en casa.- Me separo a regañadientes para hablar sobre su boca, esperando a que me diga que Fer no está y podamos ir a la suya.
-Joder, Fer también.- Dice desesperado, y yo giro mi cabeza para dejar besos sobre su mandíbula, besos lentos y húmedos que hacen que se desespere.-Nunca lo hemos hecho en el coche.-Dice el canario cegado por el deseo, haciendo una propuesta que no termina de convencerme.
-No quiero follar en el coche, es muy incómodo.- Digo sobre su cuello, mientras paso mis manos por sus brazos y hombros.
Pedri rueda los ojos, y en un movimiento rápido me agarra del muslo más lejano a su cuerpo y me levanta con fuerza para alejarme de mi asiento y hacerme caer sobre su pelvis, quedando sentada a horcajadas de su cuerpo que sigue sentado sobre el asiento. Desliza una mano hacia la palanca y mueve el asiento hacia atrás para darnos más espacio.
Me aferro a sus hombros ante la sorpresa y le miro a los ojos mientras me muerdo el labio y niego con la cabeza. Unos mechones de pelo caen hacia delante y rozan su cara por la posición. El canario reacciona rápidamente y agarra la goma de pelo que se encuentra en mi muñeca y se encarga de hacerme un desastroso pero eficiente moño, y yo no puedo evitar reír ante su impaciencia.
-Siempre hay que probar cosas nuevas.- Susurra el moreno contra mis labios y me agarra con fuerza de la nuca para volver a besarme.
Me derrito cuando agarra mi labio inferior entre sus dientes y tira de él con fuerza, arrancándome un gemido que soy incapaz de contener. Sus manos recorren con lentitud todo mi cuerpo mientras nos besamos. Las pasa por mis muslos y aprieta mi culo repetidas veces, lo empuja y me hace sentirlo completamente duro debajo de mi.
La fricción nos encanta y nos dedicamos a mover nuestras caderas en conjunto para aumentar el roce y conseguir algo de alivio. Sus manos acarician mi espalda y se meten por debajo del polo del bar y lo levanta hacia arriba para quitármelo. Levanto mis brazos para ayudarle en su tarea y finalmente quedo en sujetador frente a sus ojos, que me miran como si quisiera comerme. Siempre me mira así, y me hace sentir la persona más preciosa del mundo.
-No me cansaría nunca de verte así Jud.- Desliza sus labios por mi pecho y clavículas, mientras sus manos que siguen acariciando mi espalda se dirigen al broche del sujetador y lo desatan con facilidad, haciendo que caiga en alguna parte del coche.
No me deja casi reaccionar cuando comienza a darles atención a mis pechos. Los besa y los chupa, los muerde en algunas partes y yo siento que podría correrme. Sube sus manos y aprieta uno de ellos mientras besa el otro. Tiro mi cabeza hacia atrás totalmente excitada, y en cuanto lo hago el canario sube sus besos hasta mi cuello y se encarga de subir su otra mano para no dejar ninguno de mis pechos desatendidos.
Reparte húmedos besos por toda la superficie de mi cuello y me derrito. Muerde la piel de mi cuello y grito, a sabiendas de que dejará marca y no me importa. Saca su lengua y la desliza desde mi clavícula hasta mi mandíbula, mientras yo aprieto mis manos sobre sus hombros intentando aferrarme a algo para saber que estoy en el mundo real.
-Podría pasarme la vida tocándote.- Dice en sun susurro sobre mi cuello, y su aliento caliente contra mi piel sensible hace que me estremezca, y por mucho que me guste la idea, lo quiero a él.
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Caricias | PEDRI GONZALEZ //+18//
FanfictionHay veces que el deseo es tal, que somos incapaces de alejarnos aún sabiendo que tenemos que hacerlo. Nuestros cuerpos están hechos para estar juntos pero no nos interesa el amor de por medio.