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T/n y su madre estaban en silencio en la cocina. El padre estaba en el trabajo asi que tenían un momento de respiro.
La madre tenía la mano que le habían pisado cubierta por un vendaje. Habían ido al médico con la excusa de que "había sido un accidente" y le habían dicho que se le había torcido la muñeca.
T/n llevaba curitas y algunas vendas para cubrir sus heridas, se las había puesto la madre ya que era enfermera (aunque actualmente no trabajaba) y sabía cómo curar las heridas.

Su padre la había estado golpeando por más de media hora el día anterior.

La menor miraba con melancolía su vaso de agua. No tenía los ánimos para desayunar pero su madre había insistido en que al menos tomase agua.

La madre también miraba un vaso con líquido, más concretamente una taza de café. Tenía los ojos tristes.

T/n tomó el vaso con cuidado y dió un sorbo.
Se le hacía difícil tragar por el nudo que tenía en la garganta. Quería llorar, pero no quería hacerlo delante de su madre.

—M-me voy a mi cu-cuarto...—dijo la menor

—Vale...—asintió la mayor

Asi que se fue a su cuarto y cerró la puerta.

Se miró en el espejo que tenía en su tocador.

Tenía las piernas y brazos llenos de moretones, también tenía varias heridas que habían estado sangrando, tenía curitas y algunas vendas cubriendo esas heridas. Cómo llevaba el pijama de verano podía ver casi todas las heridas, que estaban en sus extremidades.

Algunas lágrimas cayeron por sus mejillas y lloró en silencio por un rato.

Se tumbó en su cama y encendió su teléfono.

Navegó un poco por internet para distraerse y vió un anuncio de los siguientes combates de Allister.

Ese día había jornada de puertas abiertas y había entrada gratis si llegabas a tiempo.

Le pareció buena idea ir, así que se puso unos pantalones largos y una camiseta de manga larga para cubrir las heridas, tomó la pokeball de cinccino y salió del cuarto.

Pasó por la cocina para avisar a su madre de que se iba y la vió sentada mirando el café de la misma manera de cuando t/n se había ido del cuarto.

—Mamá, voy a salir. Me llevo a Cinccino.

—Vale...—dijo en el mismo tono de antes.

La menor fue a la puerta de la casa la abrió y salió. Luego pidió un taxi volador a pueblo Ladera.

Durante todo el trayecto miró por la ventana en silencio, viendo cómo pasaba el paisaje frente a ella.

—Ya llegamos—avisó el taxista.

—Oh, gracias por traerme.

—De nada señorita.

Y se fue a seguir con su trabajo.

El taxista la había dejado en la entrada del pueblo. Por suerte ella sabía el camino al gimnasio. Pensandolo mejor podía haber pedido que la llevase a la puerta del gimnasio, pero ella no pensó en eso.

Estaba en frente del gimnasio. Aún no había abierto así que seguro cuando abriera tendría la entrada gratis gracias a la promoción.

Se apoyó a un lado de la puerta y miró al cielo, estaba despejado y salpicado de unas pequeñas y esponjosas nubes.

—Ho-hola...—dijo una débil voz que a la chica se le hacía conocida.

Ella bajó la vista.

Era Allister.

~Sus ojos tras la máscara~ Allister x tu [pokémon espada y escudo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora