Capítulo II

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A primeras horas, el muchacho pasó por su pequeño taller, justo antes de salir con Lyubina a comprar. Creyó que pasaría más tarde y podría invitarlo a tomar algo en pocos minutos.

Mientras que su hermana menor observaba las verduras que vendían, ella quedó observando como Nikola iba rumbo a la ciudad a trabajar. Hasta perderlo de vista. A veces solía olvidar que él tenía trabajo por allí ciertos días.

—Mira estos tomates, _____. ¿Te parecen si llevo cinco?

Regresó a la jovencita de trece años, que estaba atenta a los vegetales, como si evitara que se marcharan.

—Claro.

—Podría prepararlos rellenos. A Rada y Velemir les encantan.

—Si no tengo mucho trabajo, te ayudaré— mencionó para caer en cuenta que estaba de compras.

Dio unos cuantos pasos, mirando lo que vendían a la vez en que Lyubina cargaba los tomates y entregaba unas monedas.

—Querida hermana...

Al escuchar como la llamaba de esa forma, sabía que a algún punto quería llegar.

—¿Aún te sigue gustando el "Innombrable"?

Ante la pregunta, dejó escapar un suspiro cansada mientras que sus hombros caían.

Lyubina era la única persona que sabía de los sentimientos de la muchacha hacía el joven Tesla, gracias a un pequeño bordado de corazón que _____ hizo en el chaleco de él hacía pocos años. Tuvo que deshacerlo mientras trataba de dar explicaciones hasta confesarle la verdad.

—No sé si me sea fácil dejar de lado lo que siento— mencionó, levantando un pimiento para descubrir su estado.

—No creo que lo sea— se acercó a ver las zanahorias —. Entonces es un sí...

—Algún día, quizás, cuando encuentre alguien que me ame y yo lo ame.

—Podría ayudarte a encontrar algún soltero del pueblo. A veces llegan unas vecinas a rumoriar.

La mayor cargó unos pimientos y unas cuantas zanahorias en su canasta, para seguir viendo un poco más para pagar.

—Tengo una idea...

Habló repentinamente Lyubina tras ser ignorada por su hermana en lo último que había dicho. _____ frunció sus cejas confundida, para buscarla con la mirada. Al hacerlo, estaba a unos metros de ella.

—¡Mi hermana, la señorita _____, se encuentra soltera!— gritó, haciendo que varias personas que pasaban por allí la vieran extrañados.

La nombrada no hizo más que tapar su rostro con una mano y darle la espalda. Estaba sonrojada hasta las orejas.

—Ni siquiera un bobo caería con eso— llegó riendo a su lado, para darle un ligero codazo a la mayor.

—Ni que hubiera solo aire en su cabeza— agregó ______, respirando profundamente para tranquilizarse.

—¡Lyubina!

Ambas regresaron a ver el muchacho que llegaba corriendo a ella.

—Buenos días, Boris— sonrió a la vez en que la mayor también saludaba.

—Escuché tu voz y no dudé en venir a saludarte— comentó sonriente el jovencito de la misma edad que la de su hermana.

—Creo que exageré un poco con el grito— avergonzada, posó una mano en una de sus mejillas.

A _____ no le hacía falta preguntarle si le gustaba Boris. Después de todo, con él era tímida.

Tomó con cuidado la canasta de Lyubina, ganando su atención.

—Pero-...

—Los dejaré hablando mientras termino con las compras. Cualquier cosa, me encuentras en casa, hermana— asintió con la cabeza para seguir con lo dicho.

A los segundos, vio por el rabillo del ojo como ambos se alejaban para pasear un rato y sin dejar de hablar, sobre todo Boris mientras que Lyubina soltaba pequeñas risitas.

Lentamente, dirigió su mirada a las cosas con las que cargaba. Quizás, si Nikola Tesla hubiese sido otra persona, ya estuviesen casados. Pero a ella le gustaba el joven Nikola tal y como era, aunque implicara que no le diera mucha atención. Era feliz con muy poco.

 Era feliz con muy poco

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Ya era la noche. Se tuvo que levantar de su cama, siendo que recordó que había dejado abierta una de las ventanas de su taller. No le gustaría tener que sacar otro gato intruso de allí, y para sumar, nada amigable.

Se movía con cuidado entre la oscuridad, escuchando algún ronquido o respiración que provenía de sus familiares ya dormidos. Sus pies iban evitando arrastrarse a la vez en que sus ojos hacían su mejor intento de mantenerse abiertos.

Logró llegar sin chocar nada que provocara ruido para despertar a los demás. Abrió la puerta que daba a su habitación de trabajo, que era iluminada por esa ventana olvidada.

Dio unos cuantos pasos. Asomó parte de su cuerpo a tomar las pequeñas puertas de madera, pero detuvo todo movimiento. Veía una figura que se movía entre el pueblo, como si tuviese un camino predeterminado.

Fijó un poco más su vista, hasta lograr dar con que se trataba del apellidado Tesla. ¿A esa hora regresaba de trabajar?

Por la sorpresa, no pudo evitar perder el sueño. Notaba su postura cansada y una de sus manos posada en su cabeza. Nunca esperó ver una imagen así de él. Pensaba que regresaba más temprano a casa y ella no se enteraba.

Lo perdió a los pocos segundos, haciendo que ella se asomara más a intentar verlo. Eso le preocupaba. Luego observó su alrededor hasta toparse con las estrellas que apenas se veían por las nubes que tomaban gran parte del cielo. Incluso veía como algunas se iluminaban por relámpagos.

Aquello equivalía que, seguramente, en un rato tendría a alguno de sus hermanos menores acostado en su cama.

Cerró finalmente la ventana tras echar un último vistazo por donde había desaparecido Nikola. Sólo esperaba que lograra descansar bien esa noche.

 Sólo esperaba que lograra descansar bien esa noche

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Próxima actualización, el martes, creo jj. Buen finde!!

Besos ♥

AMOR |Nikola Tesla y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora