Capítulo XVI

2.4K 393 247
                                    

Tras acabar con el pedido del día y realizar su cometido de descomponer la máquina de coser, estaba parada frente a la puerta de la habitación de estudios de Nikola Tesla. El nombre rara vez le salía bien decirlo a ______, siendo bastante largo y extraño a su parecer.

Marica, la hermana menor del muchacho, le indicó que desde la mañana se había encerrado allí a estudiar, así que lo encontraría en ese sitio.

Dio unos ligeros golpes a la puerta, aguardando unos segundos. Sentía su corazón latir con fuerza de los nervios.

—¿Nikola? Soy yo, ______— dijo insegura, alzando un poco el volumen de su voz para que la oyera.

Miró a todos los lados para volver a llamar a la puerta, y esta vez si obtuvo respuesta.

—Buenas... tardes...— mencionó el muchacho tras ver el ambiente a su alrededor —. ¿Qué necesitas?— preguntó con cierto cansancio como si acabara de despertarse, lo cual provocó que la muchacha se sintiera en un apuro por pedirle ayuda.

—Venía a pedirte que me arregles la máquina de coser... Está descompuesta, no funciona el pedal...— dijo bajando el volumen de su voz, algo insegura.

Vio como Nikola dio un pestañazo, soltó un suspiro y una sonrisa de lado pintó en sus labios con cierta pereza.

—Bien, tendré que ir a arreglarla, más si tienes mucho trabajo por hacer.

Ella asintió al tiempo en que el joven ingresaba a buscar una caja de herramientas, luego pasaba por el umbral y juntaba la puerta, así enprender camino al taller de la Haracic.

Ella asintió al tiempo en que el joven ingresaba a buscar una caja de herramientas, luego pasaba por el umbral y juntaba la puerta, así enprender camino al taller de la Haracic

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras estaba sentada, veía como Tesla estaba agachado arreglando la máquina de coser, sin decir ni una sola palabra, lo que la ponía más nerviosa. ¿En serio se atrevería a contarle lo que sentía así de la nada y en aquella situación?

No podía tener tanta valentía para hacer eso. Miró atentamente los ojos azules del muchacho que estaban atento a sus propios movimientos, hasta lograr que la máquina volviera a funcionar de forma adecuada.

—Hiciste un movimiento que te advertí de no hacer si no querías que esto sucediera— mencionó tranquilamente, incorporándose y guardando las cosas en la caja de herramientas —. Lo hiciste a propósito.

Bien, de eso se había dado cuenta con mucha facilidad. Por la vergüenza, sintió como el calor iba apareciendo sobre su rostro.

La mirada de Nikola se fijó sobre ella, esperando respuesta alguna, mientras tenía la cabeza ligeramente agachada y uno que otro rizo cubría su expresión neutra.

—Sí, fue a propósito— confirmó tratando de no apenarse al respecto —. Lo hice porque quería hablar contigo, y más si este último tiempo, se me ha dificultado verte.

Por la cabeza del muchacho cruzó el pensamiento de que si él no hubiese visto a Marko Harvot en la mañana, estaba cien porciento seguro de que ella lo vería. Pero ¿por qué quería hablar con él?

AMOR |Nikola Tesla y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora