Capítulo 3

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NARRA LÍA
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Subimos al coche de Sira, Pedri en el asiento del copiloto y yo atrás.
Veía a Sira desde donde yo estaba, y como no, ella me sonrió cuando Pedri subió al coche.
Sira siempre con sus historias, nunca cambiará. Seguro que ya se había imaginado de todo.

- Poneros los cinturones eh, que no quiero que me multen por ilegalidad.- dijo Sira intentado cortar la tensión-.
- Tienes razón.- dijo Pedri riendo.- A que casa vamos primero? Yo tardo muy poco en prepararme, y el restaurante queda cerca de mi casa. Asi que podemos ir primero a las vuestras.- continuó Pedri.
- A mi me da igual, la que tarda años en prepararse es Sira.- dije mirandola por el espejo retrovisor mientras me reía-.
- Anda que sois, vamos primero a mi casa entonces .- dijo Sira-.
De camino a casa de Sira, todos habíamos hablado un poco del partido, incluso yo que no sabía mucho de eses temas.
Pedri me explicó muchas cosas de fútbol, y aunque no entendiese la mitad, me parecía divertida la conversación.

Tambien hablamos de mí, y Pedri me preguntó de donde era. Cuando le dije que yo era de Sevilla... Se montó una buena, resulta que el próximo partido era alli, y Pedri odiaba al Sevilla fc.

Me contó que Gavi era de Sevilla, y aunque yo ya lo sabía gracias a Sira, me hice la tonta. Me gustaba hablar con Pedri, era muy extrovertido y simpático.

Después de tanta charla, llegamos a casa de Sira. Menduo casoplón tenía la chiquilla. Parecía una mansión, bueno, en realidad, lo era.
Sira tenía mucho dinero, ya que su madre tenía un restaurante famoso y su padre era Luis Enrique.
Cuando llegamos a su habitación, Pedri y yo nos quedamos con la boca abierta. Era enorme, y tenia un armario y un vestidor nuevo. En cuánto abrí el armario pensé: Siempre tiene ropa nueva, que envidia me da a veces.

Claro, yo estaba estudiando allí. Y mis padres de vez en cuando me mandaban dinero. Normal que no tuviese mucha ropa, entre pagar el piso, la matrícula e ir a hípica, no me quedaba tanto dinero para comprarme ropa etc...

Sira se dirigió a darse una ducha, y como no, es Sira, siempre tarda mucho en hacer todo.
Yo le pregunté a Pedri donde estaba la cocina, por que como no, aunque luego fuésemos a cenar, tenía hambre.

Pedri se rió, y aunque era la primera vez que estaba en la habitación de Sira, ya había pisado la casa muchas otras veces. E imaginé que sabía donde estaba la cocina.

-Está en el piso de abajo, doblando el salón. Te acompaño si quieres.- dijo Pedri.
- Me parece bien, estoy más perdida que en clase.- dije riendo.

Llegamos a la cocina, y no sabía muy bien que comer. Pedri se dirigió a un armario de cocina y lo abrió.
Era increíble, había un monton de comida para picar, patatas de bolsa, pipas...
Pedri me preguntó que quería y yo le contesté que no sabía, que eligiese él.

NARRA PEDRI
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Me ofrecí a acompañarla hasta la cocina, se le veía algo perdida.
La verdad es que Lía me había caído muy bien. Tenía algo que nunca había visto a nadie, a parte de sus ojazos, obviamente. Era diferente, se le veía una chica maja y feliz, como si le diese igual lo que a una chica de su edad le importaría. No tenía pinta de tener novio, y tampoco de que le importasen los estudios mucho, pero a la vez, se le veía aplicada en su carrera. Lo dicho, algo diferente y difícil de explicar.

Me dijo que no sabía que pillar en el armario de la cocina. Asi que, le di unas pipas. El armario se encontraba en lo alto de la cocina, y ella en medio. Para alcanzar las pipas tenia que acercarme mucho a ella. Pero la verdad es que me importaba poco, se le veía diferente y que no le importaría.

NARRA LÍA
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Pedri alcanzó unas pipas que estaban en lo alto del mueble. Poniéndose detrás de mí, quedando yo atrapada entre él y la encimera. La verdad es que Pedri era un chico majo, y tenía todo lo que una chica podía querer, pero yo le veía amigable. Y eso me gustaba.

Senti su respiración tranquila en mi oreja, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al notar como su cuerpo rozaba con el mío.
Cuando me di cuenta, ya me había puesto roja, odiaba eso de mí. Quizás Pedri se había dado cuenta, y lo confirmé cuando me dijo.
- Te has puesto colorada .- dijo Pedri riéndose.
- Sí, pero porque en casa de Sira siempre hace calor .- intenté disimular.
-Pues la verdad es que sí. Vamos a esperar a Sira en el salón, que tiene pinta de que aún va a tardar.-dijo Pedri creyéndose lo que le había dicho.

Nos dirigimos al salón, y nos sentamos en el sofá de Sira. Había una mesita en medio y allí dejamos un cuenco para tirar las cáscaras de las pipas.
Pedri y yo comenzamos a hablar de nuevo. Estuvimos una hora charlando sobre nuestros gustos y amigos.
Parecía que en la casa no había ningún familiar de Sira, "estarán trabajando" pensé.

Cuando nos dimos cuenta de todo el rato que había pasado, escuchamos a Sira gritar desde la habitación.

- LÍAAAA, PEDRIII, DÓNDE OS METISTEIS? SOLO TENGO QUE MAQUILLARME Y SALIMOS YA EHHH.- dijo intentando que la escucháramos-.

Pedri y yo nos dirigimos de nuevo a la habitación, no sin antes recoger todo lo que habíamos comido.

Al entrar, Sira estaba maquillándose.

-Anda que no sois golosos, tan pronto llegáis, os ponéis a comer.- dijo ella riéndose.
- Ehh, que Lía tenía hambre y la acompañé a la cocina porque no sabía donde estaba.- dijo Pedri quitandose culpa.

Sira nunca me decía nada cuando le cogía cosas prestadas sin preguntar, y no creo que lo hiciese con comida.

-Es que tanto fútbol da hambre.- dije riéndome.

Una vez que Sira había acabado nos dirigimos de vuelta al coche, para ir a mi pisito y cambiarme rápido. Yo ya me había duchado a la tarde antes del partido, asi que solo tenía que cambiarme, y eso no me llevaría mucho tiempo.

Cuando llegamos a mi piso, Pedri esperó en el salón, y Sira y yo fuimos a mi habitación.
Si os soy sincera, Sira estaba guapísima, se habia puesto un vestido rojo corto, unos tacones negros, y un pinta labios rojo también. Todo le quedaba bien.

Me acompañó a elegir la ropa para cambiárme, y como no, es Sira. Me preguntó que habíamos estado haciendo mientras ella se duchaba, de que hablamos y muchas preguntas más.
Le respondí a todas con sinceridad, omitiendo el suceso de la cocina.
- Entonces, os lleváis bien?.- preguntó ella.
- Claro que sí, Sira.- respondí.
- AAAAYYYY QUE ILUSIÓN, LÍA CONOCES A UN JUGADOR MUY GUAPO Y FAMOSO Y TE LLEVAS BIEN CON EL. MIS 2 AMIGOS JUNTOS.- dijo entusiasmada y casi saltando.
- Que siii Sira, no es para tanto, anda, elígeme un vestido para la cena y no hagamos esperar a Pedri.- dije ignorando los gritos que pegó y rezando porque Pedri no hubiese escuchado nada.

Whenever, Wherever || GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora