Capitulo 1

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"Nada está predestinado, los obstáculos de tu pasado pueden convertirse en los portales que te guíen a nuevos comienzos."

-Ralph Blum-


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La tormenta no tarda en desatar su furia.

Lo sentía en sus propias carnes, algo está por cambiar esa noche.

Jugando con las sombras, siguiendo los pasos. Lo único que puede sentir, es su propio miedo.

Se esconde detrás de una columna, nota su pulso galopar en sus oídos. Asoma el rostro.

Busca algo en su ropa, se agacha y abre la puerta que lleva al sótano.

Una brisa gélida le adormece el cuerpo cuando recorre la estancia antes de bajar.

Espera, sintiendo los minutos acumularse en su garganta, asfixiándola.

La imaginación le crea malas pasadas.

La pequeña puerta del piso se abre y, allí, entre las sombras de tono amarillento de la vela que llevaba en la mano, está él. Tiene el cabello alborotado y la camisa desabrochada. Se dirige al baño, llevándose la luz y la esperanza.

La furia actúa como un impulso eléctrico que la obliga a descalzarse y correr hacia el sótano.

Baja dispuesta a encontrar la verdad.

Baja sin saber que estaba descendiendo al mismísimo infierno.

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Mira fijamente a lluvia. Como lagrimas se deslizan por los cristales de la estancia.

—¿Connor? —Sus ojos vuelven a esa persona que tenia enfrente de él—. ¿Puedo ver lo que dibujaste?

Mira los lápices de colores que dejó a su lado, sobre el sofá, y acaricia la hoja.

—¿Connor?

Su respiración se vuelve ligeramente pesada, la transpiración comienza a pegarle el cabello moreno a las sienes, su pie se mueve a un ritmo frenético.

—No... —masculla con voz grave.

—¿Connor? —habla suave.

Inhala profundo, gira el cuello haciendo tronar sus huesos.

—¿Con quién estoy hablando?

Silencio.

Hace un gesto con su varita y la pluma de ja de escribir repentinamente. Respira con suavidad, intenta no pensar en qué día es hoy. Tenía que concentrarse.

—¿Por qué estás tomando el mando, Connor?

Una risa fresca, un derroche de egocentrismo.

Tira la hoja y los lápices sobre la mesa del centro, desabrocha algunos botones de su camisa y se deja caer en el respaldo.

—¿Algo te está molestando, Connor?

—Puf... —Suelta el aire, hace rodar sus ojos.

—Quiero que me digas qué te está molestando, Connor.

—Tiene que deshacerse de Aisha.

Con un movimiento de varita, la pluma traza un círculo alrededor de la chica nombrada por Connor.

Obsesión de un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora