—¿Entonces vamos a pretender que no me estabas evitando?
Diana sonríe sin mucho entusiasmo y probando un bocado de su tarta de manzana.
—Estoy con demasiado trabajo y la cabeza llena de cosas, Marc. No te lo tomes como algo personal, necesitaba un poco de espacio.
Marc le sonríe con afecto y comprensión, apoya su mano sobre la suya.
—¿El señor Maxwell es una de esas cosas?
Diana suspira, lo observa a la distancia.
—No es fácil acostumbrarse a tener a un desconocido pegado a ti las veinticuatro horas. Apenas puedo ir al baño sola.
—¿Por qué no me dijiste que necesitabas seguridad? —Acariciando el dorso de la mano de Diana —. Sabes que puedo hablar con mi superior y me tienes como escolta al instante.
Diana niega con la cabeza, saboreando la tarta.
—No lo elegí yo, Marc. Mi hermano lo trajo a casa cuando llegó... el ramo de flores.
—En el departamento de aurores no tiene nada, Diana. Están en blanco. Las pericias no arrojaron ningún dato. —Ve como en la cara de Marc hay preocupación—. ¿Qué dice tu instinto?
—¿Mi instinto? Mi instinto dice que todo esto es otra forma de llamar mi atención. Tom quiere verme, Marc. Lo sé.
—En serio Diana, pero si Riddle hace tiempo que no esta, desapareció, a demás, uno de sus cómplices sigue en la cárcel, no puede hacerte ningún mal. No hay forma de que se comunique con nadie. No puede estar detrás de los sobres y paquetes, Diana.
Diana sonrió con tristeza.
—Cuando Tom Riddle quiere algo lo consigue, Marc.
Tu no lo conoces lo suficiente, tiene aliados, a demás dicen las malas lenguas que creen que su unjo a ya sabes quien.
—Diana, si piensas que está haciendo todo esto para llamar tu atención, para que vayas a verlo. ¿Por qué no lo haces? ¿Por qué no vas a verlo y vuelves a tu vida normal? Puedo acompañarte, no tendrías que hacerlo sola. Quizá sea la única forma de zanjar el tema de una vez...
Diana apoya el tenedor en el pequeño plato y lo observa.
—Estas loco Marc, eso es exactamente lo que quiere. Ir a verlo una vez más no es el final, es el comienzo. Si hago lo que dices, volverá a manipularme y esta vez no se si seré capaz...
Marc se inclina hacia ella ladeando su cabeza, la confusión ensombrece su bello rostro.
—¿El comienzo de qué, Diana?
—De su promesa...
La tensión crece, pero no es la deseada.
—¿Te parece si pago la cuenta y vamos a casa? —propone Marc acariciando la mejilla de ella—. Necesitamos charlar, un poco de tiempo juntos. ¿No crees?
Diana asiente.
—Voy a lavarme las manos, vuelvo en un minuto.
Diana se levanta, agarrando su bolsito y busca el baño.
Maxwell la sigue, por supuesto. Diana se detiene antes de entrar. Se gira para ver a Maxwell que esta detrás de ella.
—Maxwell, voy a ir a la casa de Marc. Anote la dirección así puede seguirnos.
Maxwell da un paso al frente, con la mirada desafiante.
—¿Seguiros?
—Sí. Anote la dirección, por favor.
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Obsesión de un Asesino
FanfictionCuando el romance y la pasión se entrelazan peligrosamente con la oscuridad.