Obsesión de un Asesino

Capitulo 15

Holaaa mis queridos lectores. Perdón por la tardanza de publicar un capitulo más de esta historia... Estado bastante liada. Espero que lo estéis disfrutando y os guste. Espero vuestros comentarios y opiniones. Un saludo.

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Diana observa la ropa de ese hombre, esta roñoso y con el rostro demacrado por los años que lleva en Azkaban

—¿Señor Peter?

Continúa mirando a través de la ventana.

—Señor Pettigrew, ¿estás tomando la poción que le están dando?

Cruza los brazos detrás de su cabeza, se pone cómodo en el sofá.

—Peter no esta señora, ya no esta...

—¿Vuelve a divagar señor Pettirgrew? —pregunta Diana, imprimiendo calma en la voz.

Se encoge de hombros en un gesto despreocupado. —Me deshice de ese Muggle.

La punta de la varita de Diana se detiene para dejar de redactar lo que estaba escribiendo. —¿A qué se refieres con deshacerte, Señor Peter?

—La torture, señora Gran... Le mandé unas fotos divinas, no las vio.—. Lo hice por todos, créame, el me felicitara. Era lo mejor, van a agradecérmelo. ¿Quiere que le cuente cómo fue?

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El señor Maxwell, estaba esperando a Diana apoyado en unas de las columnas que había en la sala.

La entrevista con el señor Peter, la dejo a Diana exhausta drenó toda su energía, dejándola sin nada que ofrecer, al llegara a su de partamento.

La puerta de entrada se abre, Antoni Murfhy pasa con su guitarra al hombro. Automáticamente, los dedos del señor Maxwell se entrelazan con los de ella Observa su mano.

—Hola Dana, ¿cómo estás? —Antoni le sonríe hasta que alza la vista y mira a Maxwell—. Cómo están, quiero decir.

—Muy bien, Antoni. Gracias.

Subimos al ascensor; Diana marca el sexto piso y Antoni, el quinto.

Maxwell observa a Diana como si estuviera maravillado con cada parte de su ser y eso la sorprende lo bien que finge. Se lleva la mano de ella a los labios y deja un beso húmedo y eterno en el dorso. El calor de su boca acaricia su piel, se apodera del resto de su cuerpo y la hipnotiza.

Antoni carraspea, rompiendo la sensualidad del momento.

—Adiós, Dana. —Mira a Maxwell y le hace un gesto con la cabeza—. Maxwell.

—Hasta la próxima, señor Murphy —responde, deslizando el brazo alrededor de la cintura de ella.

El rostro del vecino desaparece y Dana toma distancia. Hace calor, necesitaba una ducha.

—Espero no haberla incomodado, señorita Gran.

Niega.

Diana sale del ascensor sin esperar a que las puertas se abran por completo.

Necesitaba especio. Espacio y una ducha muy fría...

Maxwell entra primero, como siempre, desactiva y vuelve a activar la protección que puso en el apartamento.

—Permítame que la ayude —dice y le quita la chaqueta como si ella no pudiera hacerlo.

Dana lo observo.