Diana y el señor Maxwell, Subieron al departamento de la señorita Gran, pero, antes de que las puertas del acensar se cerrasen, un tal Antoni Murphy, el vecino del quinto, entra.
—Oh señorita, ¿cómo estás, hacia muchos días que na la veía por aquí? —Sus ojos marrones desnudan el cuerpo de Diana.
—Bien, señor Murphy. ¿Y usted? —Diana devuelve la pregunta por cortesía.
—Fantásticamente. Este viernes hacemos un partido de cartas con unos amigos, ¿Le gustaría venir?
Diana juega con sus pulgares, Maxwell nota que lo hace cuando está nerviosa.
—Agradezco la invitación, pero tengo mucho trabajo.
El señor Murphy le regala su sonrisa mostrándole toda su dentadura.
—¿Segura? ¿Ni siquiera unas horitas para relajarte y disfrutar de con un amigo?
Diana mira a Maxwell en busca de ayuda.
Maxwell tenia conocimiento del repertorio de ese tal Muggle Murphy con las mujeres.
—Señor Murphy, no...
—Dana, mi amor —la interrumpió, pasando el brazo por encima de los hombros de ella—, no me presentaste a tu queridísimo, amigo.
Diana parpadea desconcertada, pero le sigue el juego.
—Ehm...te presento al señor Antoni Murphy, mi vecino del quinto piso.
Maxwell, extendiendo la mano, esperando el apretón.
—Un gusto, señor Murphy. Soy Dylan, la pareja de la señorita Dana.
Diana se muerde el labio para no reír y comienza a buscar algo en su bolso.
El señor Murphy la mira a ella y luego a su acompañante. Parece que acaba de recibir una patada en el estomago—. Un gusto, caballero. Soy... el vecino.
Maxwell, aprieto su mano con demasiada fuerza, dejando las cosas claras.
—Están... invitados los dos.
—Gracias, señor Murphy. Quizá la próxima —dijo Maxwell y asiente. el señor Murphy.
Las puertas del ascensor se abren, Maxwell beso la cabeza de Diana y salieron abrazados.
El idiota del señor Murphy se pasó un piso y ni siquiera se dio cuenta.
—¿Qué quieres que te prepare de cenar, amor? —Maxwell se asegura de que su voz sea audible.
—Sorpréndeme —responde Diana, sonriendo.
Cuando entraron al departamento, Diana se destornilla de la risa.
—Por Merlín —Inhala profundamente varias veces, se seca las lágrimas—. ¿viste su cara? Eso fue épico. Señor Maxwell, eres un héroe. No sabes la cantidad de veces que tuve que soportar al baboso del señor Murphy.
Después de hoy, ni siquiera volverá a mirarla.
—No le digas así, Maxwell. —Diana deja su bolso en el perchero—. No tenemos que ser malos con él.
—Por lo que se, lleva molestándole desde que te mudaste a este edificio...
—No me molesta, señor Maxwell solo me invita a salir y yo lo rechazo amablemente.
Maxwell hace rodar sus ojos, se tira en el sillón.
Diana sonríe, mientras el señor Maxwell y enciende el televisor o por lo menos lo intenta. Las cosas Muggle no las entiende mucho. Mientras Diana le regala miradas furtivas mientras se quita los zapatos.
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Obsesión de un Asesino
FanfictionCuando el romance y la pasión se entrelazan peligrosamente con la oscuridad.