Capitulo 7

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Miedo... Solo estaba temblando.

"Todos tenemos un lado oscuro, mi querida Diana, incluso un ángel como tú".

—No se mueva, señorita Gran.

Diana asiente, observa como Maxwell sale al pasillo.

Inhala profundamente, exhala, cuenta hasta diez, intenta calmarse. Pero el recuerdo entierra sus garras en su columna, la paraliza, la arrastra hasta las profundidades...

Recuerdo.

"Acurrucada entre sus brazos, disfrutando de los dibujos que las yemas de sus dedos dejan sobre su espalda.

—Nadie más lo sabe, Tom —su voz es un susurro avergonzado—. Nadie, solo tú, y quiero que siga siendo así...

Sus labios rozan su frente, cierra los ojos.

—Tu secreto está a salvo conmigo, Diana. No debes avergonzarte. Todos tenemos un lado oscuro, cariño mio, incluso un ángel como tú."



—

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—... ¿DIANA?

Diana parpadea hasta que el rostro del señor Maxwell cobra nitidez. Maxwell muestra un interés en la oscuridad que esconde Diana.

—¿Está bien? Luce pálida. ¿Quiere sentarse?

Diana niega.

—Yo... —señala la habitación— tengo que... Mi cita con... el profesor Dumbledore.

Un paso, dos, tres. La altura de Maxwell se cierne sobre ella.

—¿Sabe qué puede significar esto, señorita Gran? —Da vuelta la nota entre sus manos, la estudia—. Parece bastante personal.

—No tengo idea.

Su mirada extingue el oxígeno.

—Regla número cuatro, señorita Gran.

La respiración de Diana se acelera. Todo lo que era capaz de escuchar es su respiración.

—A la mierda señor Maxwell. A la mierda sus regalos. A la mierda sus reglas...

Diana se gira, es un huracán y arrasando con todo en su camino hacia el dormitorio.

Un portazo.

Otra vez en sus pensamientos, jugando con su mente de nuevo... Tom Riddle. Diana se siente poseída, saca su varita y empieza a lanzar hechizos. Una fuerza oscura la posee, no puede controlarla esa ira... Imagina que cada golpe borra un pedazo de él que aún vive en ella. Se destripa en busca de una liberación...

Adiós a las sonrisas capaces de matar...

Adiós a los besos dulces y fogosos...

Adiós a la deliciosa electricidad de sus caricias...

Obsesión de un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora