CAPÍTULO 28 (Momentos incómodos)

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JOSEPHINE MUNSON

—Te pegas mucho a tu derecha —regañó Aaron exhausto.
Aaron me estaba enseñando a conducir, mi padre lo había intentado pero dijo que era un desastre y le pidió a mi primo que me ayudara.
La paciencia de Aaron se está agotando y no puedo perder a mi segundo maestro de manejo.

—Pero yo siento que voy bien —defendí.

—Si, bien desviada —soltó burlesco.

—Aaron creo que lo mío no es manejar —me rendí.

—No puedes rendirte tan fácilmente —animó.

—Yo me rindo muy fácil —dije. Apagué el auto de mi primo y me recosté en el asiento, pero el rubio me lo impidió.

—No te rindas hasta conseguirlo —Aaron volvió a encender el auto y me obligó a poner mis manos al volante.

—Creo que eres tú el que no se quiere rendir con algo, y no me refiero a ser mi maestro de manejo —canturreé.

—Mariana no muestra ni un solo interés en mi —se quejó casi en un berrinche y esto provocó que soltara una leve carcajada.

—Bueno, no la culpo, te has ganado una reputación bastante conocida —dije encogiendo los hombros.

—¿Reputación? —cuestionó lleno de confusión.

—Aaron has salido con casi toda la preparatoria, y todas tus amigas terminan teniendo sexo contigo —respondí con disgusto.

—Pero Mariana es diferente —argumentó.

—Mariana no es tonta, ella te conoce muy bien y por eso no muestra interés en ti —expliqué. Aaron se cruzó de brazos y soltó un gruñido de frustración.

—¿Y que debo hacer?

—Dale tiempo, que ella se sienta segura y que pueda ver que tus intenciones son buenas, ¿Son buenas? —cuestioné señalándolo.

—Si —respondió con seguridad.

—Entonces tendrás que ser paciente.

—Pero no puedo ser muy paciente —se quejó.

—Entonces renuncia a la idea de que Mariana esté contigo —aconsejé.

—Pégate a tu izquierda —ordenó Aaron. Volví a enfocar mi vista al frente, hice caso a su orden y el rubio aplaudió.

—Ahora sin manos —Solté el volante y Aaron lo tomó enseguida. Comencé a burlarme de la situación y después frené el auto.

—Me rindo —soltó Aaron, el rubio desabrochó su cinturón de seguridad y abrió la puerta del auto.

—Aaron, espera no te rindas —supliqué. Me bajé del auto para seguir a mi primo pero este se había quedado estático.

—Ya vámonos, es tarde y mañana nos iremos temprano al torneo —ordenó. Aaron me empujó o más bien se convirtió en un muro que parecía querer impedirme ver detrás de él.

—Son las seis de la tarde, no seas ridículo —dije burlesca. De pronto el muro había hecho un mal movimiento y había logrado ver detrás de él, Aaron no jugueteaba conmigo, él trataba de impedirme que viera este escenario. Luke y Lori se estaban besando frente al puesto de helados en el que ella trabaja.

HUDSON'S (SPIN-OFF MI VERANO EN AUSTRALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora