¿Estaba listo? No tenía ni la más minima idea, pero ese día tenía que serlo, guardar su miedo en lo más profundo de su mente y hacer lo que tenía que hacer.
Se habla preparado, o eso creía, no era muy fan de meterse un dildo un día fuera de su celo, era más extraño y menos placentero.
Sí, ese día iba a dar un siguiente paso en la relación.
Había agradecido de que su Alfa no le hubiera presionado por eso, desde el día en que lo había dejado fuera de su cuarto, casi toda la noche.
En fin, él se la había buscado, así que no tenía nada de qué quejarse.
Tenía una cita esa noche, en la casa del mayor, comida hecha por él, y estaba conforme con eso.
Una vez Pedri le había preguntado porqué nunca había pedido una cita en algún restaurante o algo.
La respuesta era simple, en realidad, al vivir casi como un ermitaño no se sentía cómodo en un lugar con muchas personas, por eso preferiría comer en casa, además, estaba seguro que las cenas en esos restaurantes caros no se iban a comparar con las que hacía su Alfa.
Había acabado de salir del baño, buscó en su cajón de ropa interior algo cómodo pero a la vez "atractivo" para ponerse, después de todo sería una velada especial, quería lucir bien para su encuentro nocturno y esa prenda negra fue de su agrado.
No hacía mucho frío, así que optó por colocarse un pantalón de jean algo ajustado, una remera blanca junto con su típico calzado, unas zapatillas blancas.
En su mochila negra metió un cambio de ropa para la noche y otras cosas más, y así partió a la casa del Alfa.
Estaba pensando de verdad mudarse con él, puede que esa noche se lo mencione.
Minutos después, ya en la puerta principal de la casa del pelinegro, tocó el timbre, fue abierta a los segundos.
Vió como el Alfa le iba a decir algo, pero se quedó en silencio cuando lo observó, con una expresión sorprendida en su rostro.
Sonrió algo nervioso, camino hasta quedar cerca y dió un pequeño beso en los labios del Alfa.
Después simplemente se dirigió hacia dentro meneandose "disimuladamente".
-Que bien que huele pedri, ¿Hiciste croquetas?-preguntó colocando su mochila en uno de los sillones del recibidor.
Vió como la pequeña Sofia corría hacia él con una sonrisa en su carita.
-¡Mamá, mamá!- exclamó la niña, alzando sus manitas y el Omega la alad gustoms.
-Mi peque, ¿Ya cenaste? ¿Querés comer?- Gavi la apapachó con cariño haciéndola reir, volteó hacia el Alfa, quien parecía haberse quedado sin habla. -Pedri ¿Sofia ya comió su papilla?
El Omega podía sentir esa mirada devorarlo, recorriendo de arriba abajo su cuerpo por completo.
Lo vió tragar saliva y asentir lentamente.
-Sí, ya comió .- fue lo que contestó al final, y Gavi asintió pero Sofia palmeó los pechos del castaño, eso significaba que quería comer más.
-Bien, bien, vas a comer un poco más, pero no mucho para que tu pancita no duela, ¿Si?-Gavi ronroneó frotando su mejilla contra la de la pequeña, después miró al Alfa de reojo.- Pedri, no descuides la cocina, yo voy con Sofi- Gavi se fue al cuarto del pelinegro, dejando solo a éste en la cocina.
Al llegar suspiró, estaba nervioso, había tenido que usar todas sus fuerzas para que sus piernas no estuvieran temblando.
Había visto la mirada del mayor en sus muslos, Solo esperaba que sus esfuerzos dieran buenos resultados.
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I love you mom PEDRI Y GAVI
RomanceTERMINADA. Donde Gavi , siendo cuidador de cachorros en una guardería, se encariña tanto con la cachorra de uno de sus clientes que ella empieza a decirle mamá. • La historia original no es de mi propiedad, es una adaptación, todos los créditos a @...