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La mañana era cálida, no hacía ni frío ni calor, el ambiente era tranquilo, tanto que YoonGi estuvo a punto de dormirse en el transcurso de la oración, más lo soportó gracias a la angelical imagen de JiMin.

—Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas; Apocalipsis 4:11.

—Amén.— se escuchó en coro por toda la iglesia.

Era la oración del domingo, como siempre el padre Park JiMin se encontraba profesando la palabra. Los seguidores lo amaban por su corazón bondadoso, era alguien en extremo amable y noble. Se le reconocía porque no había hombre más entregado a Dios que él, pero había alguien entre los asientos que no pensaba igual, que no lo veía con esos ojos de pureza.

Los creyentes comenzaron a levantarse de sus lugares, algunos iban directo al padre para hablar con él y agradecerle por su fidelidad. Pero YoonGi no tenía esas intenciones, de hecho, esperaba tal cual serpiente a que JiMin se encontrase un momento solo para dirigirse hacia él.

—Padre Park.— llamo YoonGi en cuanto el peli gris se despidió de la última mujer.

—Oh... hermano Min.— exclamó JiMin, deteniéndose a mitad del camino y esbozando una dulce sonrisa.

YoonGi se acercó todo lo posible a él, buscó su mano y la tomó con confianza —Hoy tuve el honor de escuchar su hermoso coro.

El padre se sonroja hasta las orejas y tímidamente rehúye al tacto del mayor, no le gustan los halagos y dios lo sabe, pero escucharlos de vez en cuando alegran su corazón.

—G-gracias.

—Me preguntaba si acaso usted irá al próximo retiro...

El padre TaeHyung los interrumpe —¿Qué haces molestando al padre Park? Está ocupado, busca a otro para tus confesiones.— señala con mal humor alejando un poco a YoonGi del peli gris.

—¡Padre Kim! — reprocha JiMin negando con el rostro y separando a su amigo, hermano en Dios, del creyente Min —Está bien, no sucede nada.

—Solo le preguntaba si iría al próximo retiro.— aclara YoonGi conteniendo su ira, no quería quedar mal visto con el padre Park.

—¿Acaso no se lo has dicho a los hermanos? — interrogó TaeHyung con una ceja alzada y los brazos cruzados en el pecho, echándole una mirada tajante a su compañero.

JiMin sonrió un tanto nervioso —No, no lo he hecho.

YoonGi no comprendía que ocurría, él había estado juntando dinero de sus empleos de medio tiempo para poder asistir al retiro, ya que tenía la esperanza de que fuera el padre Park. Haría lo necesario por estar en el mismo lugar que JiMin y únicamente por eso asistía relativamente a todo lo que tenía que ver con las actividades de la iglesia.

—¿Sucede algo?

—El padre Park se irá al extranjero este fin de semana.— informa el padre Kim entrometiéndose, lanzó la noticia como bomba y se retiró sin más, típico de él.

JiMin se tensa, acaricia su hombro con nerviosismo y acto seguido trata de calmar el ambiente. Su amigo TaeHyung es muy directo, no tiene tacto con la gente y es por eso que siempre se le niegan las confesiones. Pero vaya, que metida de pata al decirle a uno de los creyentes más "fieles" de la iglesia que se iría sin haber avisado con antelación.

El padre Park sentía que estaba haciendo mal, cometiendo un pecado, estaba dejando a todos y a todo sin aclarar nada... Sobre todo, estaba dejando al "pequeño ciervo" YoonGi sin previo aviso.

𝓜𝔂 𝓻𝓮𝓵𝓲𝓰𝓲𝓸𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora