Cuando el padre Kim realizó la denuncia, la policía fue directamente a la casa de Min YoonGi. No había pruebas en su contra, pero TaeHyung les había llenado de teorías y les insistió tanto que no les dejó otra opción.
Al llegar a la residencia de YoonGi tocaron tres veces la puerta, pero al no recibir respuesta tiraron la puerta por la fuerza y al entrar encontraron a Park JiMin cocinando alegremente en compañía del supuesto agresor.
TaeHyung iba con los oficiales porque temía por su amigo y hermano, pero al encontrarlo vestido con ropa casual y mundana al lado de YoonGi no supo qué pensar.
La pareja dejó de preparar la comida y ambos se alarmaron al ver a los policías en su hogar. El pelinegro por puro instinto colocó a JiMin a sus espaldas y el menor le abrazó por la cintura desde atrás en busca de refugio.
Los policías los vieron como una pareja normal, ambos estaban aturdidos por una intromisión indeseada y por eso se retiraron sin cuestionar nada, ya que era bastante claro que el padre Park estaba por voluntad propia en esa residencia.
Lo único que pudieron hacer fue pedir disculpas, asegurarse de pagar por el daño a la propiedad y dar por cerrado completamente el caso de la supuesta desaparición de Park JiMin.
—¡¿Estás loco?! — preguntó en un grito el padre Kim.
JiMin se hizo chiquito y apretó su agarre en YoonGi, no quería afrontar la realidad, no quería volver al mundo, quería quedarse a lado de su pareja y seguir viviendo como lo han hecho desde meses atrás.
—TaeHyung tendré que pedirte que te retires, estás alterando a mi novio— señaló el mayor apuntando hacia su puerta.
—¿N-novio? — boqueo más que sorprendido el padre Kim —Padre Park, no, JiMin... tú no eres esto— señaló con desdén apuntándole —Tú eres una persona pura que se dedica a Dios en cuerpo y alma, alguien santo ¿Te está extorsionando? ¿Con qué te tiene amenazado? — insistió desesperado.
YoonGi por un momento creyó que el menor lo abandonaría y se iría con el padre Kim, más eso no ocurrió. JiMin salió de su escondite para darle la cara a TaeHyung, empuño sus manos y lo miró de manera fría.
—Yoonnie no me tiene amenazado ni extorsionado, me gusta, nos gustamos y por eso estamos juntos— aseguró firmemente mirando de reojo al pelinegro con una sonrisa.
El padre Kim negó horrorizado —¿Te gusta? ¿Desde cuándo JiMin? Siempre te dije que tuvieras cuidado con él, pero me jurabas y perjurabas que eso era imposible, que no sucedería porque tú solo tenías ojos para nuestro Señor.
JiMin dudó por un momento al escuchar el argumento, no sabía qué pensar realmente, pero estaba consciente de lo que sentía por YoonGi. De hecho, sentía algo por el hermano Min desde que lo conoció y él nunca sintió atracción por las mujeres. O más bien nunca sintió nada por nadie que no fuera empatía, pero con YoonGi todo era distinto.
Lo sabía, lo tenía presente porque sentía algo extraño cada que sus oscuros ojos lo miraban, cada que lo tocaba, aunque fuese mínimo el tacto. Cada que escuchaba su voz y terminaba embelesado con él, sabía que eso no era mentira o un engaño.
Pero eran cosas que no estaban bien, Dios no aprobaba el amor entre hombres, por eso creó a Adán y Eva, no a Adán y Esteban.
JiMin vivió toda su vida en el orfanato de la iglesia, creció con la palabra del Señor y Dios lo era todo para él, jamás dudó de sus elecciones ni de sus metas. Siempre quiso ser un padre, profesar la palabra y encaminar por el bien a las demás personas, pero ahora era un pecador, no podía considerarse a sí mismo como alguien puro o santo.
Sentía atracción, rompió sus votos en cuanto se enamoró y peor aún de un hombre. Estaba dictando su sentencia al infierno y lo sabía, pero no había manera de no caer en la tentación cuando se trataba de su mayor.
Quizás sonaba enfermizo, pero era la realidad, no sería feliz sin YoonGi y por eso eligió arder en el infierno a su lado.
—El lobo se enamoró de la oveja— comenzó JiMin mirando al pelinegro —que estúpida oveja...
YoonGi sonrió —Que masoquista el lobo.
TaeHyung no entendía cómo era posible que el padre Park se cegara tanto, que cayera tan bajo y le diera la espalda a Dios por un simple hombre. Su rostro se llenó de cólera y decepción, no había nada que hacer si JiMin ya había elegido de qué lado quedarse.
—2 Corintios 6:14-15; No se unan con los incrédulos en un yugo desigual. Pues ¿qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz y las tinieblas? ¿Y qué concordia tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? — recitó el padre Kim.
JiMin entendía muy bien lo que quería decir, pues en pocas palabras le estaba dando un ultimátum, ahora cada uno tomaba un camino distinto y eso terminaba con su hermandad. La cual no era un simple lazo por la iglesia, sino uno que se había forjado a lo largo de los años, desde que eran niños y se conocieron en el orfanato.
TaeHyung fue durante mucho tiempo lo único que JiMin tuvo, eran como familia, por eso ellos jamás se sintieron solos a pesar de no tener a nadie. Los dos crecieron para convertirse en lo que son ahora, pero había un detalle que solamente un tercero podía notar y es que esto no era únicamente fraternal.
El padre Kim siempre cuidaba demasiado a JiMin y no había mejor testigo de ello que YoonGi, por eso es que podía ver el verdadero motivo. Quizás ni siquiera el propio TaeHyung se daba cuenta de lo que hacía o sentía, pero no había duda alguna de que estaba enamorado.
YoonGi entendía lo que se sentía amar a alguien en secreto y callarlo durante años, así que le era fácil reconocer ese comportamiento.
TaeHyung quería a JiMin y no solamente como un hermano.
Sin embargo, ellos no parecían darse cuenta de lo que sucedía y Min no pretendía intervenir para luego confundir a su pareja, solamente podía dejar que las cosas siguieran su curso.
—No puedo convencerte TaeHyung, si esto es lo que deseas te apoyaré porque a diferencia de ti... yo creo que está bien mientras seas feliz— respondió JiMin con voz temblorosa por el dolor de perderlo.
YoonGi a su lado al verlo con la mirada acuosa le tomó por el hombro y lo protegió contra su pecho, no quería que sufriera, pero esto iba a pasar tarde o temprano. TaeHyung solo los observó unos instantes con el corazón roto, no planeaba dejar sus votos ni darles la espalda a sus creencias por JiMin y por eso se retiró sin decir nada más.
Cuídense mucho y muchísimas gracias por leer, ojala les haya gustado ♥
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𝓜𝔂 𝓻𝓮𝓵𝓲𝓰𝓲𝓸𝓷
Fanfiction-Padre Park... - llamó mirándole desde el piso y sonriendo mientras admiraba las cuerdas en el cuerpo de su ángel, de su dios. JiMin sollozo y negó aturdido, no comprendía qué demonios sucedía, pero su preciado creyente de rodillas ante él estaba p...