Cruel realidad

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El día paso en un abrir y cerrar de ojos, él aún estaba calmando su confundido corazón, cuando de pronto tocan la puerta de su habitación.

— pase

No tenía ánimos de ver a nadie, pero estaba seguro que sería la viejecita, quien le llamaría la atención por no alimentarse, para evitar eso, dió la espalda mirando a la pared, mientras llevaba las sábanas hasta la altura de su nariz, escucho los pasos y como la puerta era cerrada, también escucho algo siendo dejado en la pequeña mecita de noche.

— ¿Te duele algo?

Su cuerpo respingo al escuchar aquel tono de voz, como un auto reflejo, se cubrió más con la sábana.

— no, yo, solo ....

No pudo continuar, una brazos fuertes lo giraron para quedarse boca arriba, luego tocaban su frente.

— no tienes fiebre

— ¡Pero que bruto eres!! Deberías ser más amable

— ¿Con quién? Eres una fierecilla

— no todos podemos ser delicados, a perdón, tú amiguita si lo era, mira que asustarse con una abejita

— ¿Qué tiene que ver Hinata en todo esto?

— ¡Nada!! Mejor déjame tranquilo

El Doncel intento volver a girarse, pero el varón se lo impidió

— ¡¡Ya déjame dobe!!

— no, desde que llegaste te has venido aquí y no probaste alimento.

— no me lo he ganado, acaso no dijiste que debo trabajar para ganarme el pan

— las cosas cambiaron

.— ¿Cómo que cambiaron?

— acaso debo repetir lo que hablamos en el hospital, pienso ayudarte en tu plan de venganza, eso también incluye el darte un techo y comida

— no es verdad

— para mí si, ya deja el drama y mejor come algo

— no tengo hambre

— pues que pena, ahora será mejor que te sientes y comiences a comer

— oh sí no que

— te daré un par de nalgadas

El Doncel frunció el ceño

— acaso no me crees, soy capaz de eso

El Doncel se le quedó viendo, entonces sus ojos se abrieron cuando el rubio se acercaba

— ¡¡Está bien!! ¡¡Está bien!! Comeré

— así me gusta teme

El doncel solo formó un puchero, mientras tomaba el tazón de sopa, aquel gesto infantil le pareció gracioso al rubio.

— Cuando buscaremos a mi tío.

— ya tengo a una persona buscándolo, el hallar a tus amigos será más difícil.

— pero te di sus direcciones

— dudo mucho que estén ahí después de lo sucedido en esa fiesta, estarán escondiéndose hasta sentirse más seguros.

El Doncel dejo de comer, su mirada se quedó en un punto fijo.

— ¿Qué sucede?

— en aquella fiesta, yo, yo perdí a Juugo

El varón no dijo nada, aquel sujeto debió ser alguien importante para el doncel.

— pues lo lamento, estas cosas pasan, en este mundo verás morir a muchas personas, incluso a las que amas, por eso es que no pienso vivir en ese ambiente.

Heridas Del Corazón (M Preg) Narusasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora