五十

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El día siquiera terminaba y al parecer la vida me tenía preparadas más mierdas.

Mientras viajábamos en el auto a casa, pasamos junto a mi vieja escuela preparatoria. Los mocosos comenzaron a salir de sus clases por lo que comenzó a haber algo de tráfico. Los padres de familia parecían no saber conducir con tal de recoger a sus hijos incluso aunque la mayoría se van en el transporte público.

—Detesto a los niños de preparatoria —dijo Jinyoung.

—¿Hay algo que te haga feliz? —pregunté.

—El dinero, el profesor Kwak, el éxito.

—Esperaba escuchar mi nombre dentro de esa lista.

—Estarías englobado en "mis amigos" como fuente de felicidad. 

—"Englobado", siquiera tengo un lugar especial. Me siento halagado.

—Y haces bien en sentirte de esa forma.

Jinyoung bajó la ventanilla de su lado. Comenzamos a escuchar bullicio y gritos de emoción por algo que estaba ocurriendo. Debido a los autos, no podía apreciar qué era lo que pasaba.

—¿Ves porqué los detesto?, ¿no tienen qué ponerse a estudiar en lugar de comportarse como simios? Incluso creo que los simios se comportarían mejor.

—Jinyoung, no sabes qué está sucediendo como para sacar una conclusión de ese tipo.

En el momento en el que el vehículo frente al lado mío avanzó pude apreciar la desconcertante escena: un chico se encontraba con una chica, parecía que él le coqueteaba a ella pero esta última no parecía halagada o estar cómoda con la situación. Los estudiantes varones alrededor alentaban al chico, parecían ser sus amigos porque clamaban un nombre. Otros estudiantes cotilleaban cosas y miraban con una extraña expresión de desaprobación.
Entonces el tipo intentó meter su mano por debajo de la falda de la chica de forma disimulada. Justo en el instante en el que ella gritó, mi hermana salió de la nada corriendo hacia el tipo justo por detrás para saltar a su espalda y sujetar su cabeza. Apoyada con sus pies en la espalda del cabrón, se dejó caer hacia atrás y en el transcurso de la caída, giró el cuerpo del chico para que cayera de pecho.

—¡Estaciona el auto! —le dije a Jinyoung para bajarme y correr hacia la escena de entre los autos.

Realmente un pensamiento no llegó a mi cabeza en el instante que aprecié el movimiento. Sólo actué por impulso de bajar del auto y tratar de sacar a mi hermana del embrollo.
Miré cómo Jaehwa le soltó un puñetazo en la cara mientras la chica trataba de detenerla tomándola por la espalda.

—¡Jaehwa, por favor! —gritó—. ¡Estoy bien!

Logró separarla del sujeto en el momento en el que llegué. 

—¡Te advertí que la dejaras en paz! —clamó mi hermana—. ¡Lárgate si no quieres que te rompa el cuello!

—¿¡Crees que te tengo miedo, niña-niño!? —exclamó el idiota colocándose de pie—. No creas que porque eres una niña aparentemente no voy a golpearte. Las chicas como tú necesitan una buena polla para volver a ser normales.

Jaehwa se soltó del agarre de la otra chica para volver a soltarle otro puñetazo. Por el balanceo del impacto, el imbécil cayó en mis brazos, donde yo lo enderecé para girarlo hacia mí y darle otro puñetazo en la barbilla y que cayera sobre el culo.

—¡Jaebeom oppa! —clamó mi hermana sorprendida colocando a la chica detrás de ella—. ¿¡Qué haces aquí!?

—¿Ibas a golpear a mi hermana, cabrón? —lo tomé de las solapas del saco del uniforme para levantarlo hacia mí—. ¿¡Ibas a golpearla!?, ¿¡o tenías planeada otra idiotez!?

I guess this is KARMA [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora