Cuatro años después.
—Soy gay —dijo sin reparo mi hermano después de un largo suspiro.
Arqueé una ceja negando con la cabeza en un movimiento rápido, exigiendo una explicación. Yo no entendía realmente el porqué me llamó a las diez de la noche para aceptar mi propuesta de convivencia, quedarse diez minutos sin decir nada y terminar diciendo semejante ridiculez.
—¿No te sorprende? —preguntó con una expresión de vergüenza y sonrojo que sencillamente me incomodaba por lo infantil que se veía.
—Me sorprende que creas que eso es algo que me tiene que importar. Es tu culo después de todo —respondí acomodándome sobre el cojín que me dio para sentarme en el suelo de la habitación. Parecía decepcionado, por lo que tuve que reparar mis palabras—. Escucha, hyung, cuando dije que quería volver a pasar tiempo con ustedes era porque tenemos un problema de distanciamiento, ¿sabes? No para que me cuentes tu vida.
—Eso suena bastante contradictorio, Jaebeom —soltó con voz seca—. Quise decírtelo por lo mismo que alegas. Sé que si intentamos volver a conectar como en años atrás es importante ponernos al tanto de nuestras vidas.
—No es como que tengas muchos amigos, hyung.
—Creí que intentabas cambiar esa actitud tan prepotente que tienes.
—Lo siento —dije recordando esa estúpida promesa—. Pero si lo que querías escuchar es un sermón o palabras de odio, no tendrás ninguno. Que seas gay no quiere decir que tengo que tratarte de forma diferente, ¿o sí?
—Para nada —sonrió finalmente. No parecía una sonrisa de alivio, parecía una de cansancio.
Una de las muchas cosas que me molestaban era tener que cuidar lo que digo para no herir a otros. No me malentiendan, no me volví un insensible, pero mi hermano y madre son algo fáciles de lastimar con las palabras. Hay ocasiones en las que digo la cosa más banal posible y mi hermano mayor me deja de hablar por ello y eso es porque es la clase de persona que no le gusta iniciar las conversaciones con "me molesta" ya que siente que sus inconformidades no deben de cambiar el rumbo o ambiente de una relación. En pocas palabras: tengo que estar adivinando cómo se siente o seré el peor hermano del mundo.
—¿Y tienes novio? —pregunté sin el más mínimo interés internamente, pero por fuera cambié mi semblante dando una sonrisa más amable.
—¡No, no, no! —exclamó sonriendo—. No he llegado a eso, acabo de salir del clóset no hace mucho —añadió en voz cada vez más baja.
Di en el clavo. Quiere que le pregunte sobre ello.
—¿Seguro? —inquirí como amiga chismosa ladeando mi cabeza para verlo a sus ojos que miraban hacia la alfombra gris.
—Espera.
Se colocó de pie de su cama con rapidez para cerrar la puerta.
Sus pesados pies retumbaron el suelo de madera y aún más por el hecho de que mi hermano es un joven musculoso. Es un estereotipo en vida: el hermano mayor estudioso, atleta, carismático, bonachón, amable, caritativo, buen oyente, guapo, piel perfecta, cabellos negros, cejas rectas y oscuras, ojos grises, entre otras características que hace que todas las mujeres que conozca suspiren por él. Pero como todo buen estereotipo también es tímido, ignorante en temas sociales, incrédulo, idiota, demasiado confiado, virgen, le gusta el anime y ahora gay.
Siempre lo llamé Bebé Grande, hasta que mamá me dijo que me detuviera.—Me gusta un chico, Jin sunbae —soltó con su atractiva sonrisa blanca de comercial de dentífrico—. Conectamos perfectamente. Es literalmente todo lo que busco.
—¿Y qué esperas? —inquirí—. Si es tu tipo ideal, no veo el porqué no intentarlo. La abuela siempre dijo que conquistas todo lo que te rodea, estoy seguro de que ese chico caerá por tí en cuánto se lo propongas.
Sonrió ampliamente haciendo desaparecer sus ojos. Él estaba realmente feliz y no puedo negar que eso también me hace feliz. Más allá de esa máscara de idiota perfecto existe alguien que teme amar. Cosa que yo no pude hacer.
—Es la primera vez que intento salir con alguien, Jaebeom. Es mayor que yo y eso me aterra un poco.
—¿Qué tan mayor?
—Ni idea, lo conocí en el departamento de maestrías y especialidades de la facultad —murmuró.
Me detuve a pensar por un momento.
—¿Mis padres lo saben? —pregunté.
Nunca supe la postura de ninguno de mis padres respecto a la homosexualidad porque realmente nunca pregunté y cuando pude hacerlo preferí omitir cualquier tipo de conversación incómoda.—Creo que mamá sí, o al menos lo sospecha. Me atrapó desvelándome por charlar con él por teléfono —respondió rascando su cabeza.
—Puede que crea que estabas hablando con una chica. Mamá a veces escucha las cosas que le conviene.
—Dejemos de hablar de mí —clamó mientras volvía a la cama—. Acabas de volver de tu servicio militar, ¿cómo te sientes?
—Te puedo decir cómo no me siento. A diferencia tuya, mis músculos no crecieron ni un poco.
Soltó una carcajada.
—Te recuerdo que yo era más regordete que tú. Mi masa muscular era mayor por eso fue un poco más fácil que mi musculatura se desarrollara. Tú eres más delgado, necesitas alimentarte bien y hacer cierto tipo de ejercicios para ganar masa y peso.
En efecto, Jaesang hyung era mucho más regordete. De ahí viene su timidez y falta de confianza.
Por consejo de nuestra hermana menor, Jaehwa, él empezó a hacer ejercicio convirtiéndolo de un pasatiempo a una necesidad. Entró al servicio militar y al salir nos encontramos con un Jaesang totalmente diferente.—Como sea, no tengo mucho que contarte, hyung, no tengo ni una semana de haber regresado. Sabes cómo es el servicio y esas mierdas.
—Volviste más grosero.
—Lo siento, otra vez. Te juro que estoy intentando cambiar.
—No sé qué es lo que tanto insistes en cambiar, Bum, no es como que seas una mala persona.
—Tengo mis motivos —dije alzando los hombros—. Ahora quiero hacer las cosas bien.
—¿Pasó algo grave en el servicio? —preguntó preocupado.
Odio que se preocupen por mí. No en papel de víctima, solamente odio tener que contar todo lo que me pasa para un simple abrazo y un "todo va a estar bien". Detesto tener que "abrirme" y todas esas mierdas debido al motivo anterior de que mi hermano y madre son muy sentimentales, ellos tienden a dar un discurso motivacional y preocuparse más de lo debido.Eso hacen las personas, se preocupan más de la cuenta, o fingen hacerlo como yo. Y ambas cosas son detestables.
—No, hyung, fue mucho antes de eso. Pero no tienes de qué preocuparte —dije sonriendo forzosamente, para mí, él no lo notó—. Simplemente me di cuenta que estaba dejando ir a personas que quiero, ya sabes, a ti y a Jaehwa, por lo que quiero recuperar tiempos perdidos.
Nuevamente, di en el clavo.
De un salto bajó de la cama y me abrazó con todas sus fuerzas.—No hay nada perdido, Bum —chilló sin realmente llorar—. Somos hermanos, tenemos toda una vida.
«No hay nada perdido... ¡Claro que lo hay!».
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I guess this is KARMA [2Jae]
Fiksi PenggemarYugyeom tiene una peculiar forma de llamar a su grupo de amigos: «El Club de los Aferrados» y no es de extrañarse el porqué. Cada uno de los integrantes de este pequeño círculo social se encuentra aguerrido a un objetivo que es poco aceptado socialm...