»9|Pintura«

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»Desde los 13 años Jack fue enseñado por su padre a utilizar un rifle de caza, llevándolo cada verano a cazar un ciervo«

- ¿Seguro que lo revisaste bien? -

La voz del hombre de mayor edad volvió a la misma pregunta que había hecho durante todo el recorrido, arrancando un gruñido de su hijo de 19 años.

- Papá, lo revisé dos veces en casa, tú lo revisaste en el cobertizo y cuando salimos del auto ¡Incluso nos detuvimos hace treinta minutos porque no parabas de insistir! -

El comentario pareció hacerle gracia al padre, quien dio una risa ronca mientras caminaban por el terreno irregular del bosque de Texas. La rodilla molestando como siempre, pero como siempre su hijo lo notó y lo ayudó con un leve empujón para que avanzara.

- Ya te estás volviendo viejo. -

Bromeó el más joven de los dos, mirando a su progenitor y subiendo con mucha más facilidad, adelantándose.

- Niño, tendrás suerte si a mi edad te conservas tan bien como yo. -

El hombre canoso prácticamente lo desafío, sacando un murmullo bajo que solo denotaba ironía.

- Podré estar viejo pero aún puedo patear tu trasero. -

El hombre rió entre dientes poco después de haber dicho aquello. La naturaleza, su hijo y él, por eso le gustaba el verano, era una lástima que Simon no se haya unido a ellos ese día, aunque podrían volver a repetirlo en unas semanas.

- Papá. -

El pensar del anciano se detuvo cuando el joven de cabello negro lo llamó en un susurro, arrodillándose detrás de un tronco caído. Cuando el hombre llegó vio a varios metros de ellos un arroyo y a las orillas de este había un hermoso venado con grandes astas.

El animal se veía en buen estado, bello a la vista y con ese paisaje parecía como si fuese parte de una poética pintura. Una pintura que pronto sería arruinada.

El pelinegro tomó el rifle que colgaba de su hombre, apuntando con cuidado y movimientos lentos directamente al dichoso animal. Su padre solo lo miraba, pero el joven sabía que este solo lo estaba juzgando como si fuese un profesor viendo el aprendizaje de su alumno de mucho tiempo.

Rifle en mano, directamente apuntado hacia el venado, los orbes del adulto joven agudizados, mostrando un temprano talento con el arma, o un temprano talento para matar, apoyó bien el arma, preparado para el retroceso. Un disparo, una bala, una muerte rápida y pacifica para aquel animal. La pintura se deshizo, la sangre en la tierra y el agua como si fuese una mancha arruinando a la Mona Lisa; la muerte de un ser inocente por la mano de un joven que no veía más allá de un simple animal, un logro del que presumiría un tiempo antes de olvidarlo.

- Buen tiro. -

Dijo su padre.

- Lo se. -

Respondió el futuro asesino.

»Jack's Facts«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora