»15|Efecto Mariposa«

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»Frank pasó por un largo entrenamiento con múltiples candidatos tan calificados como él y, después de meses de llevar su cuerpo hasta el límite, perfeccionando su letalidad y convirtiéndose en lo que según sus superiores sería "uno de los soldados más letales del mundo", Frank sería elegido para el puesto disponible en los Ángeles Oscuros«

»Ángeles Oscuros 2/5«

Lieja, Bélgica

Cuatro hombres de aspecto chino es encontraban un tren en movimiento sin darse cuenta que unos asientos más atrás eran observados por un grupo de tres personas. Estos se encontraban aparentado que simplemente eran un grupo de personales en su día a día, amigos, compañeros de trabajo, lo que sea, el tipo de persona en la que uno no se detiene a observar más de una vez.

El hombre mayor entre ellos, poseedor de una tez morena y un sombrero de pesca entre sus manos habló en voz baja a su auricular.

- No-Perdonado, Ángel Caído, aquí Fénix ¿Me reciben? -

A kilómetros de distancia se encontraban dos hombres bajando de un auto. El más alto y de cabello negro no respondió, preparando su pesado rifle de francotirador, por otro lado, su compañero confirmó la presencia de los dos.

- Fénix, aquí Ángel Caído, No-Perdonado se está preparando. -

Frank ignoraba la conversación, sabía lo que tenía que hacer; unos idiotas de las Triadas Chinas habían decidido expandir su negocio a Bélgica, Estados Unidos tenía ciertas relaciones secretas con Bélgica y decidieron hacerle un favor, si favor se refería a una acción que dejaría cierta deuda que el país utilizaría cuando le convenga, eliminando su rastro.

Una vez armado su rifle se acostó en el suelo, sacando algo de su bolsillo; una máscara de tela negra, esta caía hasta su cuello y solo poseía dos agujeros para sus ojos; la tela no permitía que su rostro fuese visible, pero respirar no era un problema, lo que sí lo molestaba era la incomodidad de la misma.

- Vamos, Charly ¿En serio debo ponerme esta cosa? -

Preguntó a su compañero, recibiendo un asentimiento. No le gustaba usar esa cosa, le hacía sentir claustrofobico, le daba calor y le picaba la nariz, además de que decía que le entorpecía la vista, pero su equipo siempre decía que solo debía acostumbrarse.

- Estamos a cuatro millas, ni siquiera verán mi rostro. -

Argumentó, pero Charly solamente alzó sus hombros y por el intercomunicador una voz más joven pero ligeramente mayor que Frank interrumpió.

- ¿Otra vez No-Perdonado quejándose? Solo ponte la jodida máscara y haz tu trabajo. -

Habló Palatino, o Benjamin, el idiota siempre había tenido cierta rivalidad con él, quizás porque era el novato en el equipo, aunque Frank estaba acostumbrado a ello, un aspecto que había estado presente en su vida en varios aspectos; en el boxeo, en el fútbol, incluso en los SEAL. Bufó y se ganó una leve palmada en su hombro de parte de Charly.

- Vamos , Jack, cuando acabemos con esto te compraré una cerveza. -

"Jack", ese nombre sonaba tan extraño que a veces se olvidaba de que se refería a él. Su escuadrón, a parte de sus nombres en código que usaban por los intercomunicadores, tenían nombres falsos, Benjamin, Charly, Jack, incluso el sargento Otter y la especialista en explosivos Ghost, todos eran nombres que se les asignaron, era irónico, pasaría años con estas personas y ni siquiera sabría sus nombres o ellos el suyo. Eso le había perturbado durante un tiempo, los primeros meses, pero toda esa soledad se esfumó cuando recibió las noticias de Alejandra; aunque Frank tardaba mucho tiempo, siempre tenía sus tiempos entre misiones cuando podía volver a casa y olvidar toda la sangre que se cobraba en misiones secretas, podía pasar las noches en el cálido abrazo de su esposa y un día simplemente sucedió. Entre lágrimas de felicidad los dos se dieron cuenta de que estaban a punto de comenzar a formar una familia.

Con un gruñido y derrotado, Jack se puso la máscara en su rostro y colocó su pecho sobre la tierra. Charly, un hombre de cabello rubio que le acompañaba, también se puso su máscara, una igual a la de Jack, una igual a la de todo el equipo. El hombre rubio se sentó a su lado, sacando de entre su cinturón un pequeño libro con un lápiz entre sus páginas.

Mientras el más alto ponía uno de sus ojos contra la mira de su arma, el rubio utilizó los binoculares que llevaba en su cuello para observar al mismo lugar; el objetivo, un hombre de mediana edad, según la información que les dieron, ese sujeto era el que estaba a cargo de los negocios que se estaban llevando en Bélgica.

- Vagón 6. -

Habló la voz femenina de Ghost, Fenicia en nombre clave.

Jack miró el tren y luego el largo trayecto que le quedaba hasta el túnel.

- Va rápido. -

Admitió con un tono neutral.

- Es un tren bala. - Respondió Charly, su mirada enterrada en los binoculares y esta a su vez en el tren. - ¿Seguro que puedes hacerlo? -

Jack dio un leve sonido de afirmación.

- Por supuesto que puedo. -

Esas palabras cargaban consigo cierta arrogancia y presunción que sacó una leve risilla de entre los labios del rubio. Jack cargó el arma, una sola bala, un solo disparo, eso le bastaría, tenía una total confianza en ello. Una vez más puso su ojo en la mira, Charly de fondo le informó sobre longitud y latitud, además de la velocidad del viento, todos datos que había anotado hace unos segundos en su cuaderno.

El silencio dominó una vez Jack ajustó su visor. Tenía todo tan memorizado que para ese punto era parte de él, inhalar, exhalar, inhalar, exhalar, el sonido de la naturaleza invadiendo sus oídos, pero no era una molestia, era relajante, como la calma antes de la tormenta, una tormenta que empezaría con el disparo que estaba a punto de efectuar, un disparo que como un efecto mariposa condenaría su futuro sin que siquiera se diese cuenta hasta muy tarde.

- Velocidad. -

Pidió y Charly ni siquiera tuvo que buscar entre sus notas algo que ya había memorizado.

- 238 kilómetros por hora, velocidad estable. -

La mira de su arma dio con la cabeza del criminal, estaba levemente inclinado sobre su computadora portátil sobre la mesa. Inhaló, su cuerpo totalmente alineado con el arma, su mejilla presionada, sus ojos abiertos y uno de estos usando de apoyo la mira.

- Fénix, pido confirmación. -

Desde dentro del tren el mencionado miró disimuladamente hacia los lados, asegurándose de que el tiro fuese seguro y ningún civil saliese herido.

- Confirmo, luz verde. -

Y con eso, Jack dirigió su mira hacia el punto que, según sus cálculos, daría con el disparo perfecto. Una vez más respiró profundamente y... Disparó. Después de disparar, soltó el arma y dio un leve suspiro. Ni Charly ni él dijeron algo más, solo esperaron hasta que sonó la voz del sargento desde el otro lado.

- Dio en el blanco. Buen tiro, No-Perdonado. -

Estaba hecho.

»Jack's Facts«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora