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*este capítulo contiene escenas +18 si no es de tu agrado, salta el capítulo*

•Pov pedri

nos bajamos del auto después de haber llegado al lugar, debíamos de parar acá y después pasar un muro y luego caminar hasta el lugar

—crees que nos roben el auto? —pregunta Amelia asustada y yo niego, nadie sabía de este lugar, parecía que estuviera abandonado

—venga, pone tu pie aquí

ella al principio me mira desconfiada pero me hace caso y yo la impulso hacia arriba para que quede arriba del muro

—Amelia salta —le digo al ver como se quedaba sentada en la punta del muro

—joder es que es muy alto —dice negando repetidas veces con la cabeza

—no vengas con que es alto que me hiciste hacer puenting y subir a un globo aerostático —le digo y ella me mira mal

—pero eso es seguro! si salto me puedo quebrar un pie

yo volteo los ojos antes de subir el muro y pasar para el otro lado, cuando ya estoy ahí, elevo mis brazos para que Amelia se tire y yo la asujete

entre varias negaciones de que no lo quería hacer lo termina haciendo de todas formas, salta y yo la tomo de la cintura para poder finalmente bajarla

—cayendo se me debieron haber visto las bragas —dice arreglándose la falda cuando ya estaba en el suelo, yo solo la miro riéndome

—muy lindas por cierto, de un tono rosado justo como tus mejillas ahora

ella me voltea los ojos antes de seguir caminando, se que se contuvo por sonreír

todo era césped , mucho mucho césped y árboles por todos lados, en realidad parecía como si estuviésemos en un terreno privado, pero bueno, a quien le importa

llegamos al lugar de la Fuente de cascada y Amelia estaba fascinada por las flores, caminaba con cuidado de no pisar ninguna, menos mal habían faroles o hubiésemos estado a oscuras ya que era tarde

—es hermoso pedri ¿como lo encontraste? —me pregunta con una sonrisa mientras se ponía una flor que estaba suelta detrás de su oreja, era un narciso

—larga historia, pero crei que te gustaría

—si me gusta, y mucho, gracias por pensar en mi —ella me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa antes de sentarme a su lado

nos quedamos en silencio, un largo rato, solo nos quedamos mirando las estrellas, la noche estaba increíble y el cielo estrellado era lo mejor 

hablamos de diferentes cosas, solo éramos yo y ella, así debía de ser

saltamos el muro con cuidado para volver al auto, en el camino nos fuimos escuchando música, Amelia la escogió así que Taylor swift estaba sonando por todo el auto

llegamos al hotel y subimos a su habitación, dejamos las cosas que teníamos de lado y salimos a la terraza, bastante grande y bonita

nos quedamos en silencio nuevamente hasta que Amelia decide hablar

—pedri... —me dice en un susurro Amelia y yo me doy vuelta para poder mirarla, le respondo un dime y ella sigue hablando — aún te sigo necesitando en mi vida

—como amigos, no es así? —le respondo después de haber estado pensando unos segundos, al ver como se quedaba en silencio decido seguir hablando— no puedo ser tu amigo Amelia, es muy difícil

¿Destino o casualidad? - pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora