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•Pov pedri
Tres semanas después

Tres semanas, eso había pasado desde el accidente de Amelia, tres semanas donde mi rutina es ir a la clínica cada día

la gran pregunta era si ya había despertado, pero no, aún no, eso que quedaba una semana para que se cumpliera un mes desde el accidente

estas semanas  sin ella habían sido una puta mierda, no soportaba verla en esa camilla pero aún así iba cada día a la clínica para verla, cada día le trataba de contar lo que había hecho apesar de que no me escuchara

aunque en realidad hacer mucho así como tal no hacía, trataba de ponerle canciones o leerle algún libro en voz alta para pasar el rato, había empezado a leer uno de sus libros favorito, nosotros en la luna

ya iba por la mitad, sinceramente era bastante bueno y me había gustado, en realidad no me gustaba mucho leer romance, era más de otros estilos, pero si a ella le gustaba yo lo iba a hacer

—Rhys es un tonto, para que la sigue tratando como amigos si en realidad le gusta, pobre ginger —le digo frustrado mientras dejo el libro de lado— sabes? a veces no entiendo a las personas, sienten algo y hacen todo lo contrario, así como tú antes, te demoraste en darte cuenta que te morías por mi rubia —yo me rio al acordarme todas las veces que ella se seguía aferrando a la idea de que quería a marco y no a mi — el otro día hablé con tu abuela, le omití la parte que estabas en la clínica pero ya se le hacía raro no saber de ti, ella esta bien al igual que tú abuelo, al final ha accedido a que una enfermera la ayude a cuidarlo, fui yo quien la convencí eh, soy el mejor así que debes de agradecerme con hartos besitos cuando despiertes, vale?

me fijo en las heridas que tenía antes producto del accidente, algunas ya estaban sanadas, otras no tanto, la de su muñeca que era la más profunda le había dejado una cicatriz a diferencia de las otras heridas

me acuesto a su lado, acurrucándome cerca de ella, por un momento me quedo ahí, por largos minutos

hasta que la puerta se abre , era ferran y sira, a ella le habían dado el alta antes de ayer, no podía andar con muletas ya que igual se había fracturado el brazo asi que por una semana debía de estar en silla de ruedas hasta que su brazo se recupere al 100

—Hola pedri —me dice sira y yo le devuelvo el saludo con un beso en la mejilla, a ferran le doy un apretón de manos— ya no soporto esta silla, no me gusta depender de otros

—te queda una semana sira, se pasará volando —le digo con una sonrisa

En realidad lo que menos quería era que esa semana pasara volando, porque eso significaba que Amelia podían desconectarla si es que no llegaba a despertar, quería pensar en positivo pero joder cada vez quedan menos días

los dejo un rato a ellos dos solos con Amelia para aprovechar de bajar a la cafetería, necesitaba un buen café

me siento en la mesa por unos minutos hasta que siento como alguien se sienta al frente mío, era allison

—subamos, la doctora quiere hablar con nosotros

yo asiento subiendo el elevador junto con allison, tenía una sensación rara, todo me daba vueltas una y otra vez

entramos a la habitación y todos están llorando

—ella ya no está aquí —dice la mamá de Amelia con una sonrisa de burla

el monitor que antes tenía su ritmo cardiaco ya no emitía un sonido, solo hacia el biiiip por un buen rato

—Pedri! —me grita sira pero yo no la escucho, me rompo a llorar ahí mismo, ya no estaba?

—joder pedri despierta! —me grita ferran dándome leves golpes

Me levanto de golpe, exaltado, jadeando de manera fuerte, siento mis mejillas mojadas

—Amelia, donde está Amelia

—Pedri sólo fue un sueño, ella está acá —sira me da una sonrisa tranquila apuntando hacia el lado para que vea a Amelia, con el monitor sonando perfectamente bien indicando que si se encontraba viva

me había quedado dormido cuando me acosté con ella en la camilla después de haber leído el libro

le doy repetidos besos en la frente,por un momento el sueño se sentía tan real que creí que la había perdido para siempre, pero aún quedaba una semana, una semana para que ella no se rindiera todavía

—se sintió tan real —les digo con lágrimas en los ojos y ferran rápidamente me da un abrazo

—pero no lo fue pedri, ella está bien y en una semana veremos que ya está con nosotros devuelta

le recibo el vaso de agua a ferran para después tomármelo de una, el sueño se seguía repitiendo una y otra vez en mi mente y lo único que podía pensar es que no quería que se cumpliera por nada en el mundo

lo único que quería era que despertara, que me viera con esos lindos ojos celestes que tiene ella, que estemos haciendo lo que sea sólo si estoy con ella

—tengo mucho miedo —les confieso a los chicos, es primera vez que lo digo en voz alta, donde lo asimilo

porque si, tenía un miedo de la hostia, no me gustaba pensar en negativo pero joder es imposible no ponerte en esa posición cuando no sabes con certeza lo que puede pasar

—de que? —pregunta ferran

—de perderla, que se rinda y ya no esté más con nosotros

—no hables estupideces, ella no se rendirá, yo lo sé —me dice sira y yo la miro, se que tiene miedo al igual que yo, lo veo en sus ojos

por un momento nos quedamos en silencio hasta que la puerta se abre, era mi hermano

—lo siento, no quería interrumpir —dice fer dándose la vuelta pero ferran le dice que se quede —ninguna novedad?

—nada aún —le responde sira con una mueca

me acerco a Fer al ver que tiene ropa en sus manos, me la había traído para mi, ayer me había quedado en la clínica cuidando a Amelia y se me había olvidado de traer la ropa, le susurró un Gracias antes de ir al baño y cambiarme de ropa

me acerco a Fer al ver que tiene ropa en sus manos, me la había traído para mi, ayer me había quedado en la clínica cuidando a Amelia y se me había olvidado de traer la ropa, le susurró un Gracias antes de ir al baño y cambiarme de ropa

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¿Destino o casualidad? - pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora