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•Pov pedri
dos días después...

Habíamos llegado en la tarde a sevilla, mañana jugábamos contra polonia, cosa que me tenía nervioso, y mucho la verdad

en la noche iba a cenar con mi familia, llegaron  hoy en la tarde igual que yo, estaba de cumpleaños mi papá y hace tiempo no les veo y los extraño muchísimo

hablando de extrañar, ya me había acostumbrado a ver a Amelia todos los días, hoy día le veo, o eso creía , no sabía cuando llegaba, ni siquiera sabía si mañana estará en el partido, espero que si, cuando está ella me siento tranquilo, si ganamos o perdamos se que ella estará ahí y no me criticará

me obligo a dejar de pensar en ella para poder mirarme al espejo, habíamos terminado de entrenar hace poco, me había bañado y me puse una camisa larga de color blanca con unos pantalones de jean negros

me echo perfume para después ponerme los zapatos, no me veía para nada mal

—para donde vas? —me pregunta Pau mientras se acuesta en la cama

—iré a cenar con mis papás, que está de cumpleaños el viejo

—mándale saludos de mi parte —yo asiento abrochándome los botones de la camisa— hoy día está de cumpleaños allison, le tengo EL regalo

—que le vas a dar? ya le diste un hijo, dos en realidad —yo me rio a carcajadas mientras él me sigue con la risa

—el auto que ella quería, es un mercedes, hermoso, además iremos a cenar con sus papás a un restaurante de aquí cerca, así que me iré metiendo a bañar para no demorarme

—para mi cumpleaños también me darás un auto?

—solamente a mi mujer

me guiña un ojo mientras se va a la ducha, que ni se han casado y ya le dice mi mujer, me encanta la relación de esos dos

le grito adiós  a Pau para salir de la habitación e ir hacia el elevador, me daba pereza bajar por las escaleras ya que el entrenamiento me dejó exhausto

al entrar al elevador mis ojos se encuentran con esos hermosos ojos azules, el mundo se me detiene por un momento y admiro lo preciosa que se vía, con un vestido ceñido al cuerpo de color Champagne, los tirantes era con los hombres caídos, dejándome una vista de sus hombros y cuello, era corto, andaba con unos tacos del mismo color del vestido haciendo que quedara de mi altura

—hola —me saluda ella primero, cosa que no esperaba que hiciera

—hola rubia —le saludo desde la otra esquina del elevador— vas a subir o bajar? —le preguntó para tocar el botón

—subo, voy a mi cuarto

apretó el botón de subir y el mio para bajar, me daban unas ganas de decirle que se veía hermosa en ese vestido pero sentía que no estaba bien decírselo

—para que bajaste con ese vestido?

si, era un Cotilla y que

—fui al cuarto de marco

—ah 

le quito la mirada de encima para ver mi celular, íbamos súper bien hasta que tenía que nombrar a ese gilipollas, es que no lo soportaba, me hervía la sangre que siga con el porque él no la merece

no merece tener a una mujer tan asombrosa a su lado

Amelia necesita a alguien que la desafíe, que la saque de sus casillas y que le haga ver lo fabulosa que es y lo mucho que puede lograr a hacer, no sabía quién era ese alguien, pero estaba claro que marco no era

¿Destino o casualidad? - pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora