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•Pov Amelia

Les lleno la cara de besos a los mellizos antes de alejarme de ellos, ferran y sira ya habían llegado para cuidar a los bebés estos 4 días que quedaban, si fuera por mi los seguiría cuidando pero tenía trabajo que hacer, debía de volver a paris y luego irme a new york

—deja de darle besos que yo también me quiero despedir de ellos —pedri me corre y yo lo miro mal antes de pegarle un leve golpe en el hombro

después de lo que le dije hace unas horas sobre Elena no me dijo nada del tema solo me dijo que ya había hablado con ella y que no me preocupara

—qué raro que no hayan terminado todos golpeados , creí que iban a pelear cada 5 segundos estos cuatro días que estuvieron solos —dice ferran soltando una risa y yo niego con la cabeza

—hemos madurado

—a medias —dice pedri y tiene razón, estos 4 días fuimos más bipolares que no se que, un día podíamos pelear y después tratarnos bien

así éramos y funcionábamos bien así, aunque después de la conversación que tuvimos donde la aclare todo cambiaron algunas cosas, no lo sé, era todo más "formal" por decirlo de algunas manera, aunque peleas seguían habiendo

de pensar en que ayer en la mañana casi nos damos un beso hace que se me erice la piel, no quería eso, no estaba bien, él tenía novia y tenía planes a futuro con ella

de tan solo recordar como Elena hablaba de tener bebés con él se me erizaba la piel, veo a los mellizos y no deseo nada más que algún día ser mamá, pero que sucedía ahora cuando ya no lo tenía a él? esos planes ya no se veían cercanos para mi, para él si, pero con otra persona y eso hacía que se me rompiera el corazón una y otra vez

les dejo un beso en la cabeza a los mellizos con lágrimas en los ojos ante mis pensamientos, me apresuro en tomar mis cosas y salir de la casa con ferran, sira se había quedado dentro para cuidar a los mellizos y ferran salió a despedirnos

—cuídalos con tu vida, la cena se la debes de hacer a las...—pedri me interrumpe poniendo sus manos en mi boca para que no hablara

—Amelia ellos ya saben no son tontos —le miro mal y este suelta una risa mientras miraba a ferran— ya es toda una mamá

—siempre tía nunca mamá —le digo yo negando varias veces con la cabeza aunque estaba mintiendo

me despido de un beso en la mejilla de ferran y este entra a la casa dejándonos solos

pedri aprovecha y me ayuda a subir los bolsos a mi auto

—Gracias —le digo con una sonrisa y el me la devuelve, al ver el silencio que había entre nosotros decide hablar

—toma, debes de tener los mejores plátanos en paris, no esos plásticos del supermercado —yo me rio al ver como me pasaba unos plátanos

debo de admitir que los plátanos canarios eran muy ricos, estos días con pedri siempre hacíamos para merendar leche con plátano

recibo gustosa los plátanos antes de guardarlos en el auto

—cuídate —me dice con una sonrisa y ese acento canario que tanto me gusta

—tú igual pedri —le devuelvo la sonrisa antes de subirme al auto

no sabía en cuánto tiempo más lo volvería a ver, pero estaba satisfecha de haber podido aclarar las cosas con el, que haya podido escuchar mi versión de los hechos, pero apesar de todas las cosas que él me confesó o yo le confesé debíamos de volver a nuestras vidas

¿Destino o casualidad? - pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora