LA LLUVIA EN LOS CRISTALES

CAPÍTULO 11

Ya acabé de cenar hace un rato; he aprovechado para lavarme los dientes y cambiar las sábanas de la cama de mis abuelos. Por esta noche dormiremos en su habitación. Aunque rehacer la cama no ha sido tarea fácil. Cuando he abierto el armario donde la abuela solía guardar la ropa de cama, ha salido una dinastía entera de polillas que se habían comido casi todas las sábanas, por lo que he hecho unas improvisadas cosiendo todos los trozos de otras que he encontrado. Esperemos que nos sirva para pasar esta noche. La temporada de invierno aquí se va notando poco a poco. Pablo empezará las clases la semana que viene y yo, de momento, no me he apuntado a ningún instituto para hacer el último año de Bachillerato. He pensado que quizá podría convertirme en policía; desde que ocurrió todo, estudiar para convertirme en policía ha sido lo que más me gustaría hacer. Siento que así sería como una forma para honrar a mi familia.

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Las semanas han ido pasando bastante rápido. No he podido escribir porque hemos tenido mucho jaleo, pero os lo iré contando todo poco a poco. Pablo ha empezado el curso y de momento le gusta mucho; yo, he seguido mi instinto y voy a empezar a estudiar para ser policía. Llamaré a Leire para contarle cómo me está yendo desde que vine; llevamos sin hablar desde hace ya dos semanas y media. Ojalá que no se haya enfadado. La llamaré para ver qué tal le va:

-Holaaaaa- comencé en cuanto supe que habían descolgado.

-Holaaa-respondió ella- ¿qué tal te va?

-Bastante bien; a Pablo le va genial en el curso que está haciendo y yo he empezado haciendo otro curso de policía.

-¿En serio? ¡Qué divertido!-pareció sorprenderse en cuanto la informé de esto último.