Capítulo 11

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Lee Miller

Con rumbo a Oregón por carretera junto a un caluroso ambiente. Habíamos rentado un auto la luz del sol chocaba entre las ventanas dando un leve reflejo de ello, volteé la vista hacía el asiento conductor donde él se encontraba, el viento daba a su cabellos rizoso haciéndolos mover en un levemente, su ceño era fruncido atentó a la carretera.

- La calor está muy fuerte— dije

- ¿Quieres que prenda la calefacción? —preguntó atento—por mí no hay problema—

- ¿No me has dicho qué hay en Oregon?—cambie de tema

- Ya sabes cosas de turista, personas lo mismo que aquí— bromeó

- ¿Me debería de reír?—

Arrugó la nariz—No fue buena broma—

- ¿Quieres un poco de agua?—

- No—no me trates diferente Timothée—

- Quiero que estés a gusto—

- Sí, pero no quiero lástima — mire por la ventana

Estaba insegura y algo nerviosa.

- Esta bien—suspiró —Lee no es lástima, simplemente es la atención y dedicación que tengo hacía a tí, no es repentino a estado ahí desde siempre y lo seguirá estando— entrelazó nuestras manos

Sentí mis mejillas arder.

- Te ves linda.— dijo volteando a verme no puede evtar sonreír.
Me miró el reflejo del atardecer en él, justo en el momento donde el sol se oculta se veía planteado en sus tan bellos ojos verdosos se acercó más a mí con otras intenciones no iba a evitarlo también lo deseaba, pero

- Mira el camino o podemos chocar.— dije apartando la vista él solo soltó solo una carcajada

Mi vista se apagó perdí noción del tiempo, pero esta vez claro solo me dormí.

___________

Un estruendo me levanto para darme cuenta de que ya era de noche.

- Carajo—oí que se quejó

- ¿Se pincho la llanta?— pregunté

- No, solo se acabo el combustible—

- Que haremos está empezando hacer frío— Un brisa fría hizo que mi piel se erizara rápidamente cerré las ventanas.

- Pude ver una gasolinera a unos kilómetros de aquí— dijo

Salimos afuera el clima esta frío el cielo empezaba a nublarse, me abracé a mi misma tratando de darme algo de calor no sin antes sentí el peso de un abrigo en mi espalda

- Te puedes resfriar— dijo tomándome de la mano

Caminamos en medio de la carretera en busca de aquella gasolinera no hablamos nada en el camino de alguna manera me hacía pensar que algo andaba mal, pero al mirarlo me hacía pensar lo contrario.

- ¿Ocurre algo?— Preguntó

- Nada, solo pensaba—

- ¿En qué? dime—

Suspiré— Estoy insegura Timothée—

- ¿Por qué?— arrugó el entrecejo mirándome

- Porque temo que esto no sea real, hubo un tiempo en el que no distinguía entre la realidad y las alucinaciones, también temo que tus sentimientos no lo sean—

Se detuvo.

- No digas eso, ¿de qué manera debo de mostrarte que lo siento por tí es real?— me tomo de las mejillas— Ti amo Lee (te amo Lee)—Que no se te olvide— susurro

Un impulso recorrió mi cuerpo y en tan solo poco tiempo mis labios estaban estampados en los de él, me sostuve de su cuello y el posó sus manos al rededor de mi cintura sosteníendola ambos labios estaban desesperados por estar más juntos de lo ya hecho, era un beso anhelado, un beso necesitado, era un beso con un sensación de eufória. Unas gotas calleron sobre mi rostro el de ambos, era lluvia que caía arriba de nosotros Timothée me abrazó sin importar aquella lluvia para luego unir nuestras frentes y estampar una vez más nuestros labios. 

- Vamos hay que llegar rápido— dijo con una sonrisa

Me llevó de la mano corriendo a través de la carretera junto con la llovizna de esa noche; algo peculiar debo decir, al rededor de la luna estaban las nubes de las cuales caían la lloviszna, pero la luna brillaba aun más, con más intensidad iluminando parte de la carretera. Siendo así aun las gotas se asemejaba sobre nosotros, corríamos sin parar mientras reímos en una sincronía única. No sabía bien si aquel sentimiento fue real, ya no estoy tan segura de lo que me sucede y temo por eso, pero sí sabía que se sentía bien, me sentía completa, quizá sea producto de aquella droga que había tomado antes de venir o no, pero me gustaba la combinación, un sensación exquisita, mis dos adicciones juntas, dos de las que a ninguna podría dejar por nada del mundo si tan solo pudiera tener esa opción.

SOBREDOSIS •Timothée Chalamet•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora