Capítulo 4

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Lee Miller

Pasaba mucho más tiempo de lo que pensaba junto Timothée y más
un poco de hierba, te da resultado una reacción de dejar todo lo demás atrás y centrarte en las cuatro paredes que te rodean, mirando hacía el techo el amplio y blanco techo de concreto con unos hoyos de adorno; ese fue mí toque.

- Lo que nadie entiende de mí vida es que siento que solo con las drogas puedo ser yo misma-inhale

- No creo que sea cierto-

- Sí lo es ¿cómo vas con tu proyecto final?-

- Poema es  fácil, creo que haré de romance para ser precioso-reí

- ¿Qué te llevó a eso?-se miraba algo nervioso

- Es cliché será fácil además ¿qué es más fuerte qué el amor?- habló con ironía

- Perdida, o eso creo quizá eso es lo más llegué a sentir.-

- Siento que me será más fácil escribir de algo que no siento más... quizás a diferencia de algo que me costará volver a sentir- dijo en duda

- Que profundo Timotheo- el solo se empezó a reír

-Oh cállate—rodó los ojos—

- ¿Quieres escuchar algo?-

Reproduje I dont bite de The aubreys

- Tengo algo para darte, algo que se que te gustará - sonrió

- ¿Ah si? ¿qué es?-

- Sí, solo cierra los ojos no hagas trampa-

- puoi aprirli (puedes abrirlos)-los abrí

- ¿Son boletos para un concierto?-pregunté emocionada él asintió

- Vi que tocaran en New Orleans- mira habrá varierdad de bandas oí que estará Queen y Nirvana no serán ellos, ellos es decir Kurt falleció y los de-

- Está bien-Pose sus dedos sobre mis labios- Shhh, Gracias por esto-

Estos días me he estado sintiendo mal, en ambos sentidos, mis sentimientos chocaban entre si, siendo el causante Timothée y por otro lado siento que ya no tengo control de mi misma he aumentado mi dosis diaria.

- No hay de que- sonrió

Mi cuerpo reaccionó ante mi malestar de dosis extras en mi sistema sufrí de vómitos y pérdida de apetito me sentía agotada, mi cuerpo lo estaba más mi mente no, se mantenía ocupada en él, en Timothée, los días que pasamos juntos se hacían eternos en el buen sentido, me gustaban, me sentía a gusto con él, de alguna forma me llegaba a complementar. En poco tiempo atardeceria la vista de nuestra habitación era perfecta se mostraba parte del campus con vista hacia el oeste, se presencia bien cuando el sol ocultándose. El leve destello de luz se reflejaba en la ventana iluminando un parte de nuestros rostros un brisa suave llegó a nosotros volteo a mirarme sus ojos se posaron en los míos me miraba con detenimiento, sentía que repasaba cada parte de mí rostro llegó a mis labios por cuenta propia miré los suyos, un leve sonrojó se presentó en mí y una sonrisa boba en él.

- Los atardeceres son mis favoritos-dije

- En Filadelfia lo más maravilloso que podrías ver sería los atardeceres-sonrió con vista hacía la ventana–Solía quedarme hasta tarde para apreciar el atardecer junto a un lago deberías de verlo-sonreí

Volvió la vista hacía mí para después sentir un rose de nuestras manos él las entrelazó me sonroje ante eso.

Posó su otra mano sobre mi mejilla acariciándola levemente, se acercó más a mí detuviendose a corta distancia solo a centímetros de lejanía, solo a un paso de lo que ambos queríamos, solo era dar el paso, temía darlo con torpeza, pero eso no me detuvo me asomé más cerca a él, levantando mi mano acomodando unos rizos de su rostro lo tome del cabello enredando mis dedos en el, su mano bajo hacia mi cintura tomándome sobre él.

SOBREDOSIS •Timothée Chalamet•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora