-¡He dicho que me suelten!
Gritó el adolescente mientras pataleaba para que los hombres lo dejarán de agarrar a la fuerza pero era en vano pues estos seguían arrastrandolo por ese enorme pasillo hasta que llegaron al final en una puerta blanca.
Abrieron la puerta y se dejó ver una enorme habitación, bajaron al joven dejándolo en el suelo para después salir de la habitación y dejarlo encerrado en esas cuatro paredes.
-¡Saquenme de aquí!
Gritó mientras corría hacia la puerta y comenzaba a golpear está repetidas veces, las lágrimas comenzaron a bajar por sus rosadas mejillas y comenzó a gritar para ver si alguien le abría aquella puerta.
Soltó un suspiro y trato de relajarse mientras su labio inferior comenzaba a temblar, tallo sus ojos tratando de quitar sus lágrimas y cuando pudo ver bien no pudo evitar abrir su boca en asombro.
La habitación parecía aún más grande que su casa, miro la cama y camino hasta ella, era enorme a su parecer y estaba muy suave, se sentó en ella y solto un suspiro gustoso al ver la comodidad que tenía.
Escuchó unos pasos que se detuvieron a la entrada de esa puerta y se abrió dejando ver al mismo caballero que había golpeado a su madre.
- Su majestad, espero que esté cómodo en su ahora habitación.
- Quiero irme a mi casa.
- Está es su casa ahora, este ahora es su reino.
- N-no
-¡Usted es el próximo Rey de Asmodeus!
Decía con alegría el caballero frente a el pero el joven no sentía lo mismo, una lágrima se escapó de sus ojos color miel y el hombre suspiro mientras se retiraba dejándolo encerrado nuevamente.
Se abrazo a si mismo y sin poder evitarlo se dejó caer en la cómoda cama mientras las sábanas y almohadas se humedecían por las lágrimas que dejaba salir, sus sollozos comenzaron a aumentar y solamente esas cuatro paredes eran testigo de el dolor que sentía el joven.
El caballero soltó un suspiro mientras se pasaba ambas manos por su rostro en modo de frustración porque no entendía el llanto del joven.
Camino por los desolados pasillos aún escuchando los sollozos del joven Rey, cuando bajo las enormes escaleras dejo de escucharlo y pudo por fin pensar con claridad, era obvio que aquel niño no podría gobernar de la noche a la mañana, y ni siquiera el podía ayudarle porque solamente era él caballero que lo protegía.
-¡Ya se!
Gritó lleno de alegría mientras tomaba un saco pequeño lleno de monedas de oro y sin pensarlo dos veces se subió a su caballo mientras esa sonrisa permanecía en su rostro, aquel lugar quedaba demasiado lejos pero sin duda iría solamente para que ayudarán a su joven Rey.
Ajeno a todo eso se encontraba el joven tumbado en aquella enorme cama que sin darse cuenta había quedado dormido, soltaba pequeños suspiros mientras se removía en busca de mejor comodidad, sus labios permanecían húmedos mientras que su nariz estaba un poco rojiza por el llanto al igual que sus ojos y sus largas pestañas húmedas.
Todo su sueño se vio perturbado cuando una persona abrió la puerta sin cuidado alguno, el joven de ojos color miel se levantó rápidamente viendo cómo una joven lo miraba sin decir nada y para después arrodillarse frente a el.
-¡Lo lamento su majestad no fue mi intención despertarlo!
Decía rápidamente mientras rogaba que le perdonará, el joven soltó una pequeña risa mientras se ponía de pie y caminaba hasta llegar frente a la joven.
-¿Majestad?
- Y-yo....uhmm no sé qué hago aquí, ¿Podrías decirme porfavor?
Le dijo con amabilidad intentando mostrar una sonrisa para que la joven confiara en el, vio como alzaba la mirada y lo miraba con asombro y con un ligero rubor en su rostro.
-¿Quiere decir que no sabe que es este lugar?
- Así es.
- Majestad, porfavor no le diga a nadie que ha hablado usted conmigo.
- No lo haré.
Dijo mientras se ponía de pie y se sentaba en la cama, la joven no se inmutó y siguió de rodillas mientras agachaba el rostro y aclaraba su garganta.
- Se supone que usted majestad está aquí para ser el nuevo Rey, el anterior Rey se llamaba Félix, no nos había contado que tenía un primogénito pero estamos seguros que usted será un gran rey.
- N-no entiendo.
- Majestad, a usted se le ha buscado por meses para que el día en que el Rey se fuera usted tomará su lugar, en el momento en que la corona se pose en su cabeza será el nuevo Rey, usted tomará las decisiones que pondrá al pueblo a salvo, tendrá que conocer a otros hombres y mujeres de la realeza y sobretodo debe de buscar a una mujer para que gobierne junto con usted.
-¿Y si la elijo a usted?
-¡No diga eso! Majestad, usted debe de escoger a una mujer que ame, que haga a su corazón latir demasiado y que sin duda alguna le de un heredero.
Una esposa, esas dos palabras se quedaron en su mente mientras miraba a la mujer frente a el, era hermosa pero al verla no le pasaba nada de lo que decía la mujer.
- Otra cosa majestad.
Dijo mientras sin querer tomaba sus manos entre las suyas, lo miro a los ojos y solto una advertencia al nuevo Rey.
- Majestad, jamás pero jamás deje que alguien más le trate de "Enseñar" como gobernar.
-¿P-porque?
- Usted debe de hacerlo como lo entienda, cada reino es diferente y aquí usted es el que pone el orden y reglas, porfavor no permita que nadie le trate de enseñar.
- L-lo haré.
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- Jungyuli3312💜

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Entre Reyes y Reinas
FanfictionLa tierra de reyes es el lugar más hermoso, sin pobreza, sin sufrimiento entre otras cosas. En esta tierra hay reyes y reinas de todas las cosas, la reina de la curiosidad, el rey del oro, los reyes de los dilemas, la reina y Rey de los homosexuales...