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Para Craig era impresionante ver cómo una persona llegaba a deslumbrar tanto, podía ser tranquilo, tímido, un chico callado la mayoría del tiempo, pero aun así tenía algo que lo hacía destacar entre los demás.

Quizás la forma en la que reía con sus amigos cuando se sentía en confianza, quizás los colgantes de su bolso los cuales eran cascabeles y le daban un detalle aún más adorable a su personalidad, quizás eran los momentos cuando ambos llegaban a la misma hora y se quedaban solos en el salón, cuando el rubio le sonreía con resplandor, causando una sensación extraña dentro de Craig, la cual ignoraba, por supuesto.

Tweek y Craig eran compañeros de clase, nunca habían hablado más que conversaciones puntuales de compañeros de clase, "hey" o "qué tal" era lo que más permanecía en su vocabulario, sin embargo no pasaba más allá de eso. cada uno tenía su grupo de amigos, solían verse a menudo en los pasillos, a veces en días lluviosos, algunos alumnos se quedaban a comer en el salón, ahí era cuando Craig se encargaba de observar cada detalle del chico rubio, quizás parezca raro por eso, pero Tweek tenía algo que Craig no sabía describir, aquel chico llamaba su atención más de lo que le gustaría, y quería descubrir por qué, ¿que era eso que hacía al rubio diferente a los demás? ¿qué era lo que le causaba intriga a Craig? no lo entendía, a penas hablaban.

-Oye, tontito - lo interrumpió Clyde, quién lo veía con una risa ahogada al ver cómo su amigo no quitaba la vista de su sándwich- en qué piensas tanto? ese sándwich se ve demasiado delicioso para no ser devorado.

-Lo quieres? es de atún y mayonesa -Craig hizo una mueca de desaprobación mientras le extendía el sándwich, no era muy fan del pescado-

-Clyde, deberías comenzar a traer tu propio almuerzo, así no le quitas la comida a los demás -lo regañó Tolkien, quién degustaba una fresca ensalada de frutas.

-Te habría pedido a ti, pero mi estómago pide más que unas frutas, ya sabes. -Clyde recibió el sándwich que le extendía Craig, lanzándole un beso, solo para molestarlo- gracias viejo, prometo invitarte algo la próxima.

-Te cobraré la palabra. -habló Craig, rodando los ojos con una sonrisa ladina por el gesto de su compañero.

El grupo disfrutaba de una gustosa charla, llena de anécdotas graciosas y asquerosas también, no faltaban las risas. Aunque el silencio se hizo presente cuando un pequeño rubio entró al salón a buscar su abrigo con sus amigos esperándolo en la puerta, Craig se quedó hipnotizado, mirando lo más disimuladamente que podía al rubio, quién al sentirse observado miró hacia la dirección de los tres chicos, por lo cual Craig desvío su mirada rápidamente para no ser descubierto, viendo como sus amigos saludaban al rubio y como este les correspondía el saludo antes de salir del salón. Clyde y Token se miraron, y luego dirigieron su mirada hacia el pelinegro.

-Hey galán, cuándo vas a hablarle?-preguntó Tolkien con un tono suave, sabía que a Craig le costaba un poco tomar la iniciativa cuando se trataba de conocer a alguien-

-Estoy de acuerdo, cada vez que ese pequeño aparece te quedas quieto como piedra, comienza a verse sospechoso, amigo. -añadió Clyde, bebiendo de su cocacola en lata.

-Nah, no sé de qué hablan chicos -Craig volvía a su actitud despreocupada de siempre, se acomodó en la silla con ambas manos detrás de su cabeza, intentando pasar desapercibido ante sus amigos, sinceramente le daba algo de vergüenza admitir que tenían razón, pero no lo hacía conscientemente, solo que su cerebro no podía conectar todas sus neuronas cuando se trataba de Tweek, era algo que ni él entendía.- es un chico agradable, claro que sí, y claro que sería interesante conocerlo más, pero solo porque somos compañeros, nada más.

Sus amigos volvieron a conectar miradas, el pelinegro no sonaba convencido ni de sus propias palabras, pero lo dejarían ser esta vez. A veces solía ser terco, pero aún así lo querían muchísimo.

El timbre sonó indicando que la hora del almuerzo había terminado, tenían la última clase del día, para la buena suerte de Craig, había faltado la maestra de lengua, eso significaba que podían irse antes

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El timbre sonó indicando que la hora del almuerzo había terminado, tenían la última clase del día, para la buena suerte de Craig, había faltado la maestra de lengua, eso significaba que podían irse antes. Craig solo deseaba llegar a su casa, subir a su habitación, sacarse las zapatillas y dormir. Pero las cosas no siempre salen como uno desea, y en lugar de la maestra de lengua, hizo acto de presencia la maestra de artes, quién ocuparía esa hora para aprovechar de anunciarles a los alumnos el proyecto de fin de semestre el cual tendría calificaciones para más o menos 6 materias.

-Hola chicos, como ya habrán notado, estaré con ustedes en la última clase del día, es importante que presten atención ya que les entregaré los detalles sobre el proyecto de fin de semestre, no olviden que este lleva un total de 6 calificaciones, por ende, quiero que les vaya bien y lo realicen con la importancia que se debe. -habló la docente, conectando su notebook al proyector para así mostrarle al curso de qué trataba el proyecto.- Se trata de construir y elaborar una escultura sonora con un tema a elección, como verán, es un trabajo que toma bastante tiempo, por ello, les daré tres semanas para completarlo, normalmente les daría menos tiempo, pero como es fin de semestre, por esta vez, les tendré piedad -se escuchaba cómo algunos alumnos celebraban.- Aunque como les di tiempo adicional, cambiaré un poco la dinámica, no quiero grupos, así que el proyecto será de a dos -esta vez no se escucharon gritos de celebración, más bien sonidos del tristeza.- Aquí tengo una bolsita con todos sus nombres escritos, pasaré mesa por mesa para que saquen un papelito el cual tendrá el nombre de su compañero.

Dicho esto, la docente comenzó a entregar los papelitos, a Craig ya le agotaba el hecho de tener que hacer uso de su imaginación para presentar algo decente, y no sabía si lo que su compañero le sugeriría le parecería bien, aunque bueno, de eso se trata el compañerismo. De todos modos, cualquier persona estaría bien.

La maestra llegó a su puesto extendiéndole la bolsita, Craig revolvió los papeles dentro de esta y sacó uno al azar, como todos habían hecho. su corazón se detuvo por un segundo al leer el nombre escrito en este.

Tweek Tweak.

Y al fijar la vista en aquel rubio, sus ojos se encontraron, causándole a Craig unas ganas de querer salir corriendo de ahí, Tweek le sonrió, e hizo un ademán con su manita. el pelinegro hizo su mayor esfuerzo para devolverle aquel gesto, aunque le costó un poco.

Claro, cualquier persona estaría bien.

𝘭𝘢𝘷𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳 𝘩𝘢𝘻𝘦 → Creek¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora