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La luz del sol empezaba a alumbrar las calles y a esa pequeña casita en mal estado donde esta una alfa echada en un sillón.

— ¿Dónde estoy? — susurra para ella misma

Miraba todo lo que había a su alrededor, no era una casa muy bonita, tenía mucho polvo.

— ya despertaste — se acerca un omega hacia ella con un poco de nervios — ¿te duele algo?

— me duele todo el cuerpo — se mira a ella misma

— ¿Tienes hambre? — jugo con sus dedos

— no gracias, ya me voy

— pero debes estar aún débil, no has comido por dos días

— que!! — se asombró por lo que dijo el omega

La alfa agachó su cabeza, tratando de recordar en cómo había llegada hasta la casa del omega.

— lo que escuchaste pequeña alfita — sonríe de costado

— ¿Qué? — levanto su mirada para verlo — creo que me confundes con otra alfa

— no olvidaría a la alfa que se tropezó y cayó encima de mí, dando mi primer besó, cuando ambos teníamos 11 años, solo que estabas en un grado adelantado debido a las buenas calificaciones

Le miro sería.

— creo que te confundes —

— no, su olor a tierra mojada y un suave olor a pino, no lo olvidaría — se acerca a ella — y siempre te dije que tú eras mi alfa ¿te acuerdas?

Ella sabía quién era, solo que no quería recordar.

— te equivocas — la miro sería al omega — me tengo que ir

Sin más que decir, la alfa se levanta y camina hacia la puerta de aquella casa con un poco de dificultad.

— Julia, ¿puedo trabajar para ti?

Eso detuvo su caminar.

— ¿De qué hablas?

— en tú casaca encontré una hoja, dónde decía ''se necesita ama/o de casa'' y la dirección que mostraba era tuya — se acerca hacía ella y le sonríe

— no gracias, prefiero que otro trabaje

— dice ''urgente'', y yo estoy buscando trabajo, para seguir estudiando gastronomía

La alfa quería que alguien le ayude a tener su casa limpia, un mes atrás se graduó y lo había descuidado mucho.

— ¿puedo trabajar para ti?

— está bien — no le quedo de otra, tal como dijo, necesitaba a alguien con urgencia

— perfecto, pero...

— siempre hay un "pero" — miro al omega

— no tengo un lugar donde vivir, además mi familia me quieren vender, ¿puedo dormir en una de tus habitaciones? — agacha su mirada, mientras sus ojos se nublaron por las lágrimas que querían salir de sus ojos color avellanas

— está bien — ella sabía que el omega nunca fue querido en su familia, así que darle una habitación para él, no sería nada malo ¿verdad?

— gracias — levanta su mirada para luego sonreír

Ambos salieron de aquella casa,.... si no era del omega ¿de quién era entonces?

— ¿de quién era la casa Manuel?

Estaba atenta a cualquier movimiento que hacían las personas a su alrededor.

— no lo sé, yo solo entre y listo — se acerca a la alfa y le abraza — tranquila, no te pasara nada yo te cuido

Mi destino (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora