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El fuerte aire hacia que el cabello de cualquier persona se moviera de su lugar como si bailara pero aun así era como una advertencia del clima que vendrá en los otros días.

Aquella alfa calmaba a su omega que no quería irse del país pero los estudias siempre será primero para salir adelante, todo era visto por su suegro que había decidido ya muy bien aceptar aquella relación.

Ver ese avión que llevaría al omega lejos, solo hizo que la loba de la mujer aullara de dolor, "tenía que ser fuerte" se repetía una y otra vez al saber muy bien que su pequeño omega regresaría para que puedan vivir juntos, mientras su humana solo miraba como su Gael se alejaba más de él hasta subirse al avión y ya no poder verlo lo miraba con verlo, aquel avión era tan grande y hermoso que por un momento se pareció como una niña pequeña viendo algo que le dejo impresionada.

— te esperare — susurro al ver como el avión ya empezaba a moverse para luego irse por los aires

Salió del aeropuerto con un dolor en su pecho, sentía aun a su loba triste, acomodo su bufanda y se dirigió al estacionamiento, busco con la mirada su auto, quería llegar lo más rápido a su casa para descansar.

Miraba las calles con atención pero lo malo es que el tráfico arruina la mañana de cualquier persona, después de casi tres horas y media había llegado a su casa, se veía solitaria.

— por fin llegue — salió de su auto

Se estiro un poco y camino hacia la puerta principal que estaba semi-abierta, con mucho cuidado abrió un poco más la puerta para ingresar y ver si había algún ladrón para golpearlo pero no había nadie, con una patada cerró la puerta fuerte y se acercó a su sofá para luego agarrar el control de la televisión y apagarlo, camino hasta la cocina y no había nadie.

— qué raro — susurro para ella misma

Todo estaba en su lugar, se acercó hacia las escaleras y vi a un omega bajar rápido sin importarle si caería al suelo, su vista solo estaba en aquella mujer, en el último escalón dio un pequeño brinco para luego abrazarla rodeando sus brazos alrededor de su cuello y sus piernas en la cintura de la alfa.

— ¿dónde estabas? — su cuerpo temblaba de miedo, tenía rastros de lágrimas en sus mejillas y un poco roja su nariz, coloco su cabeza en el hombro para que ya no le mire

Aquella alfa que siempre venía a su casa y lo único que le recibía era la soledad y tristeza, había olvidado la existencia del omega.

mi pobre omega – la loba interior de la alfa movió su cola de un lado a otro - mucho a llorado mi omega

— ya tenemos omega – respondió Julia al saber lo pervertida que era su loba cortando la comunicación

"Diosa Luna porque no me has dado otro lobo habiendo tantos en el mundo" pensó, una loba pervertida era como un gran peligro en su vida

— Manuel — trato de separase del omega, pero solo recibió un pequeño gruñido — lo siento, me olvide que estabas viviendo conmigo

— mala — dejo de ocultar su rostro — eres mala — pequeñas lagrimas habían en su ojos que querían caer por sus mejillas — no te olvides de mí alfa mala —

Soltó un poco de su olor a tierra mojada y pino para poder calmarlo mientras tocaba un poco el cabello del chico.

— tenía miedo — susurro — afuera, en la madrugada habían betas que gritaban muy feo y no dejaba de escuchar pasos acá, tenía mucho miedo.

Algo que no pudo negar era que Manuel se comportaba como su hermano menor.

— no me dejes — hablo muy cerca de la oreja de la alfa

Mi destino (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora