Capítulo 4

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-Ahora que ya estás en tu habitación... me iré.

- ¿Por qué? ¿No puedes quedarte un poco más?

-No – respondió, revisando su móvil.

-No sé porque siento que estás enojada conmigo.

-No lo estoy... más bien me siento disgustada con la actitud que tomaste contra Max.

-Realmente te pondrás de su lado sin conocerlo.

-Él no trato de atacarte, más bien trataba de esquivarte y no lastimarte... ¿no lo notaste?

-Tienes razón, deberías irte.

-No sé qué clase de problema tuvieron, pero se nota que te aprecia – antes de salir de la habitación se giró hacia él –por cierto, en la página de la universidad circulan unas fotos tuyas muy comprometedoras.

Al quedarse solo inmediatamente tomó su móvil y reviso la página de la universidad, lanzo las almohadas contra la pared muy cabreado. Habían subido unas fotos sobre Max y él en el momento que cayeron juntos, en algunas parecía como si se hubieran besado y para colmo había creado una cuenta de Instagram en donde los shippeaban. Ian solo quería que la tierra se lo tragara en ese momento ahora sería la burla de toda la universidad.

Isacc entro al dormitorio con unas bolsas de comida y con una gran sonrisa, pero su sonrisa se borró al ver su dormitorio hecho un desastre.

-Supongo que ya viste las fotos.

- ¿Quién fue? ¿Quién se atrevió a subir semejante estupidez?

-Tus fans – respondió, Isaac relajado – ¿tienes hambre?

Ian suspiró y asintió.

Ambos se sentaron en el suelo mientras comían, Ian aún le seguían saliendo llamas por los ojos. No le molestaba que lo emparejaran con un hombre, era algo normal en la actualidad, pero emparejarlo con una persona que aborrecía, era como un insulto.

-Por cierto, ¿quién es la chica bonita que acaba de salir de nuestro dormitorio?

-Es la compañera de habitación de mi hermana.

-Ah, debe ser especial.

- ¿Especial? – replicó, confundido.

-Sí, es la primera chica que entra a nuestra habitación.

-Es solo porque tu no estabas, necesitaba ayuda –trató de sonar desinteresado.

-Si tú lo dices –dibujo una media sonrisa.

A la mañana siguiente

Liv se dirigía a su siguiente clase cuando escucho un golpe, a unos cuantos pasos detrás de ella se encontraba Max. Se le habían caído todos sus libros y estaba tratando de recogerlos, pero era muy torpe y normal para una persona que siempre ha utilizado sus dos manos. Ella se acercó y recogió los libros, poniéndolos en el bolso.

-Gracias.

- ¿Cómo está tu hombro?

-Algo mejor, la doctora me ordeno que utilizara este cabestrillo por un tiempo.

-Es bueno que la escuches.

-Si, por cierto, ayer no tuvimos tiempo para presentarnos.

-Soy Max Collins – dibujo una pequeña sonrisa.

-Liv Evans, un gusto.

Su sonrisa se borró y se quedó mirándola pensativo.

- ¿Pasa algo?

UN ÚLTIMO ADIÓS (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora