Capítulo 8

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Ian

Me encontraba terminando algunas notas porque mañana tenía que presentar una presentación grupal y había elegido hablar sobre la prestigiosa de mi padre, lo único que temía era que esos idiotas sin cerebro lo arruinaran. Siempre he odiado los trabajos en equipo y mucho más si me elegían como líder de grupo, yo solo anhelaba en mi último año ser el capital del equipo de básquetbol, pero no se puedo por culpa del imbécil de Max.

-Pensé que habías olvidado el camino de regreso a casa.

-Solo vine porque necesitaba unos documentos de la empresa para una presentación de la universidad pronto me iré.

-A veces pienso que no me consideras tu madre.

- ¿Desde cuándo te importa? - me quite los lentes masajeándome la sien - porque nunca has mostrado interés en nosotros.

-Ian.

-Por favor retírate me estas retrasando en mi informe.

-Si nos vamos a poner de esas entonces no me queda más remedio que decirte que mañana después de clases vas a reunirte con hija del presidente Thomson.

- ¿Cuál es el motivo?

-Me agradaría que te relacionaras con ella y acabe convirtiéndose en mi nuera.

-Así que ese el motivo por el cual estas aquí.

-Piénsalo sería muy bueno para la empresa si se acaban casando.

-Claro es la única heredera y yo como su esposo me sería muy beneficioso - dije en un tono relajado.

- ¿Entonces?

-No estoy interesado, esa chica es una engreída malcriada y no me agrada.

Mi madre me miró con el ceño fruncido -No me importa, mañana vas a reunirte con ella y espero que sepas comportarte.

-La veré por cortesía, pero no esperes que pase algo más.

Mi madre soltó una risa molesta -¿Es por esa niña? Ian está muerta y no regresara a la vida, incluso aunque estuviera viva ella nunca estaría a tu alcance... recuerda que no es como nosotros.

-No quiero seguir escuchándote así que retírate.

-Mañana mandaré a alguien para que te recoja - dijo, abandonando la habitación.

Cogí mi móvil y le marqué.

- ¿Dónde estás?

-Te veo en mi departamento en 20 minutos - colgué.

Recogí mis cosas y entre a mi auto, había pasado algo de tiempo desde la última vez que hice ejercicio. Me encontraba y necesitaba descargar toda la energía dentro de a mí, en cuento llegue a mi departamento tome una ducha, luego me puse la bata y me serví un poco vino mientras la esperaba.

Unos minutos después sentí como alguien me rodeaba con sus brazos y me respiraba cerca de la nuca.

-Ya estoy aquí -susurró.

-Desvístete - ordené.

-Veo que estás muy ansioso - dijo, tocando mi pecho.

-Ven aquí.

Ella obedeció y se arrodillo desatando el nudo de mi bata, tomó mi miembro con ambas y empezó a lamerlo como si fuera una paleta. Me miró a los ojos con una pícara sonrisa y empezó a chuparlo hasta que se lo metía a profundidad. Cerré mis ojos e hice mi cabeza hacia atrás con satisfacción, la agarré del cabello y empujé su cabeza hacia bajó por unos segundos, luego hice que subiera y bajara una y otra vez hasta.

UN ÚLTIMO ADIÓS (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora