𝐏𝐔𝐑𝐈𝐍𝐙 | A Chaewon le gustaba ver a la chica de mirada triste que salía a fumar sentada sobre aquel columpio, en medio de la noche.
"Siempre me dejas queriendo más... Las fresas y los cigarrillos siempre saben a ti."
❥Adaptación autorizada.
❥A...
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- ¡Vamos, Unnie! - chillaba Kazuha mientras agitaba de un lado a otro el brazo de ChaeWon -. Será muy divertido, mis papis invitaron a mucha gente, mis papis compraron una fuente de chocolate. ¡Por favor! ¡Vaya a mi fiesta de cumpleaños! Mis papis estarán muy felices de verla allí.
"Mis papis, mis papis, mis papis..."
Kazuha llevaba al menos veinte minutos insistiéndole que fuera a su fiesta de cumpleaños, numerando cada cosa que sus papis habían comprado para que los invitados de su única hija mujer estuvieran satisfechos.
Sentía que si dejaba otro segundo sin respuesta a la menor, la seguiría torturando hasta su muerte.
- ¡Bien, iré, pero suelta mi brazo! - la japonesa sonrió radiante ante la respuesta positiva -. ¿Y a qué hora será exactamente?
- Será en la noche, de las diez en adelante... Y bueno, usted ya sabe dónde vivo.
ChaeWon soltó un bufido cuando la menor se alejó y se dispuso a comenzar a adelantar todas sus tareas, ya que no quería tener pendientes mientras iba a una fiesta de cumpleaños. Y realmente no le veía nada interesante a ir, pero si eso lo libraba unos momentos de Nakamura necia Kazuha, todo estaría bien. Buscaría algo o a alguien con quien entretenerse esa noche y todo saldría de maravilla.
- ¡Kim ChaeWon! -alguien gritó desde el otro lado de el aula, específicamente YeNa, quien se acercaba con pasos lentos y una sonrisa.
ChaeWon sabía a quién se enfrentaba. Choi YeNa, hija de los Choi y su compañera de clase, aunque realmente casi nunca le dirigió la palabra por mero y propio desinterés. La existencia de YeNa ni le iba, ni le veía. Hasta donde recuerda, la familia Choi no obtuvo buen recibimiento en la familia Kim; aún recordaba a su padre quejarse de lo groseros que fueron al rechazar una oferta de negocios.
Segundos después, los pasos de YeNa resonaron más cerca hasta que miró hacia arriba, la ya antes mencionada recargaba ambas manos en su mesa y la observaba intensamente. ChaeWon sintió un escalofrío -. Así que... ¿Irás a la fiesta de Nakamura?
ChaeWon, inmersa en cómo aquellos ojos le observaban, sólo asintió y bajó la mirada con una actitud ahora desinteresada hacia sus apuntes de clase para seguir contestando las preguntas que tenía de tarea. Un dedo en su barbilla dirigió su rostro hacia el de la contraria que seguía con una sonrisa y estaba parada frente a ella. Los ojos de ChaeWon, luciendo tan bonitos, sentimiento contrario a los de la contraria que transmitían sensualidad, recorrieron el rostro de YeNa.
- Mis amigas no quisieron asistir, pero yo sí - acercaba cada vez más sus rostros, pero el dedo fue empujado por la palma de ChaeWon y YeNa entendió el mensaje, se alejó un poco -. ¿Tú quisieras acompañarme?
- ¿Yo? ¿Acompañarte? - la pelinegra soltó una carcajada y retrocedió -. No lo creo.
- ¡Oh! Vamos. No te atreverías a rechazarme, soy una belleza - YeNa actuó ofendida -. ¿O sí? Tomamos unos tragos, bailamos un poco... Y después, tú sabes, podríamos ir a otro lado...
