- Umh... Lo lamento, no fumo - respondió ChaeWon con los nervios al cien, pero tratando de sonar muy normal-. Pero... Hay una tienda de conveniencia a un par de calles, ahí podrías conseguir uno.- ¿En serio? Suena bien - habló la rubia levantándose del rechinante columpio, Chae la vio caminar un par de pasos, pero después se detuvo y volteó la mirada, con curiosidad en los ojos -. ¿No vienes?
- ¿Y-Yo? - preguntó la pelinegra -. ¿A dónde?
- A la tienda, claro. No soy de por aquí y no conozco todo muy bien. Creo que sería muy amable de tu parte si me acompañaras.
ChaeWon mordió su labio inferior -. Mamá dice que no debo acompañar a quienes no son de por aquí.
- Seguro tu madre también te dijo que no debes hablarles, y mira, estamos teniendo una conversación - dijo la desconocida formando una diminuta sonrisa -. Vamos, no tienes doce años, desconozco cómo llegar y necesito fumar esto. No te secuestraré, lo juro - la chica que evidentemente era más alta que ella, juntó las manos a modo de súplica de forma cómica.
Durante unos segundos, ChaeWon pensaba en negarse e ir de regreso a casa. Su madre, como a todas las personas se les había educado, le especificó desde pequeña que no debía hablar con desconocidos, ni siquiera acercarse a ellos.
Sin embargo, ahora se encontraba caminando por las oscuras calles de aquel vecindario, con una rubia a su lado -a la que ni siquiera se había atrevido a preguntar su nombre aún- y guiándola a comprar el tan ansiado encendedor.
El silencio se hizo presente durante todo el trayecto, pero los ruidos de los autos pasar lo hacía menos incómodo, a fin de cuentas solo acompañaba a la chica para que no se perdiera, no necesitaba hablar. Mientras ChaeWon tomaba un par de fotos con su cámara para luego revelarlas agitando un poco el papel y por último, con una sonrisa de satisfacción, guardarlas en el bolsillo que llevaba para no perder el objeto preciado. No más de cinco minutos después ambas llegaron a una tienda algo solitaria por la hora con un par de focos encendiéndose y apagándose en señal de que estaban dañados además de un fuerte olor a licor y alguna que otra sustancia ilegal siendo consumida por unos cuantos tipos y tipas sentados a la puerta de esta.
Fueron a una tienda en un barrio de mala muerte, ya que en donde estaba su casa no había tiendas abiertas a tal hora, a comparación de donde se encontraban que tenía un enorme letrero en letras rojas y azules que señalaba estar en servicio las veinticuatro horas. Ese barrio estaba pegado a el suyo, pero ella nunca iba ahí ya que su madre se lo prohibía. Pensándolo bien, su madre controlaba mucho sus acciones aunque ya no fuera una niña. Sacudió la cabeza.
"- Ahí sólo podrás encontrar gente drogándose y alcohólica. No te conviene juntarte con ellos, hija."
Básicamente lo mismo que había en las reuniones sociales a las que su familia era invitada, exceptuando las joyas y casas lujosas.
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Strawberries & Cigarettes | Purinz
Romance𝐏𝐔𝐑𝐈𝐍𝐙 | A Chaewon le gustaba ver a la chica de mirada triste que salía a fumar sentada sobre aquel columpio, en medio de la noche. "Siempre me dejas queriendo más... Las fresas y los cigarrillos siempre saben a ti." ❥Adaptación autorizada. ❥A...