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Ya era un nuevo día y ChaeWon se levantó sin nada de ganas. Era sábado así que no debía preocuparse por arreglarse o algo parecido. Peinó con sus dedos su cabello corto desordenado y cuando soltó un bostezo aún somnolienta, finalmente salió de su cama.

Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, todo estaba solitario ya que su madre cada fin de semana iba con sus amigas a tomar el té e incluso a veces no llegaba a cenar. Su padre, por su parte, nunca sabía a donde iba, regularmente ni siquiera cuando estuvieran todos donde mismo se notaba su presencia, el señor Kim era alguien muy reservado, así que aunque le preguntara a dónde iba cuando se ausentaba, probablemente sólo la ignoraría para seguir leyendo la sección de finanzas en el periódico.

¿Conclusión? Estaba sola en lo que quedaba del día.

Suspiró y se dispuso a tomar un cereal para luego darse un baño. Tal vez podría ir a tomar fotos nuevamente aprovechando la luz del día; había visto unas flores muy bonitas a un par de calles en el jardín del barrio, algo así como un invernadero. Asintió para sí misma emocionada por la idea, subió nuevamente a ducharse y ponerse ropa decente más decente que ese pantalón de ositos y una blusa de tirantes blanca.

Estando lista, tomó nuevamente su cámara polaroid color menta y después de ponerse una chaqueta azul cielo afelpada que combinaba con sus pantalones de mezclilla, salió de casa.

Había encontrado como su pasatiempo ideal el tomar fotografías a cosas de su alrededor mientras llevaba puestos sus audífonos. Cuando terminara la escuela, le gustaría especializarse en fotografía y viajar por el mundo capturando eso que sus ojos veían, mostrando la belleza de las cosas.

Era una "romántica", en pocas palabras.

Caminó un par de calles en busca de algo interesante que captar en su cámara que no haya visto antes. Cuando por fin encontró un árbol de una calle nunca antes visitada por ella, que era pintado por colores cafés y naranjosos, se dio cuenta que ya no tenía papel.

Bufó y rápidamente pensó en donde podría conseguir, ya que la cámara ya lo tenía incluido y nunca tuvo que recurrir a reponerlo. Entonces a su mente llegó el recuerdo que en aquella tienda de conveniencia que visitó antes con YunJin logró ver paquetes de ese específico papel. Algo acobardada, quiso mejor volver a casa y ver películas; honestamente le daba miedo que la fueran a asaltar o algo por el estilo, ya que su madre le inculcó que no debía salir de su barrio debido a que de aquel lado sólo había ladrones y demás delincuentes.

Dispuesta a dar la vuelta sobre sus talones y volver, sintió un tacto ajeno en su hombro.

— ¿Qué haces? Es muy temprano.

ChaeWon tembló en su lugar, pero aquella voz la hizo aliviarse un poco.

— Son las cinco, no es temprano, YunJin. Además, tú solo vienes en la noche. Creo que soy yo quien debería preguntarte qué haces aquí — curvó su boca en una tímida sonrisa y volteó a verla.

— ¿Ahora también controlas mis horarios? Eres increíble, Kim ChaeWon.

— No controlo nada, solamente eres muy dramática.

YunJin se encogió de hombros y sonrió: — Lo sé. Sólo vine a pasear un poco.

La menor no se movía de su lugar, la pelirubia tampoco, sólo se veían mutuamente. Esta vez, ChaeWon pudo apreciar más a detalle las facciones de la mayor; era muy delgada en general, en su rostro resaltaban las ojeras y una pequeña cortada bajo su labio. Llevaba los mismos jeans negros y converse desgastados, pero traía una sudadera blanca, que en realidad le lucía muy bien a la rubia.

— Soy linda. ¿Cierto?

La pelinegra salió de ese trance al escuchar la voz de YunJin, quien veía con diversión como era escaneada por su profunda mirada.

Strawberries & Cigarettes | PurinzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora