Haremde parti

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fiesta en el harem



El sultán esperaba ansioso el anochecer no solo por la llegada de sus hermanas, a quienes no ve desde hace tanto tiempo y extraña con todo su ser, sino que también volvería a ver al omega que tanto añora su lobo, no ha podido dejar de pensar en ello desde que Gül Ağa le informo que el omega y otras tres concubinas estaban listas para esa noche, también le informo que su madre y Gülshah prepararon a otras mujeres, el alfa le recomendó que, para no generar problemas en el harem, dejara a las mujeres elegidas por su madre bailar primero y cuando él lo desee hacer pasar al omega y las betas, Derekc acepto ya que no solo no quería pelear con su madre de nuevo sino que también no deseaba generarle problemas al omega. Le dio la orden al alfa darle todo lo necesario al omega y las betas para que se arreglaran para esa noche asi como le hablo al alfa de sus deseos de que el omega estuviera presente en la fiesta que se ofrecería al medio día al día siguiente.

Durante el día el alfa pura sangre se centró en resolver la mayoría de sus tareas para tener el día siguiente totalmente libre y poder estar con el omega, estaba cansado de que su madre no solo alejara al omega de él, sino que también se enteró por una criada que su madre trataba muy mal al chico y lo humillaba en cada lugar que lo encontraba. Le entristeció un poco saber que la única compañía del omega era su hermano Mustafa, Gölge, Cenet y Gül Ağa quien solo podía hablar con el algunas veces durante el día, sabe que para el chico no debe ser fácil, el a comparación de las concubinas y odaliscas, que son compradas en el mercado de esclavas, él tenía una vida con su familia, la cual le fue arrancada.

. . .

Cerca de las siete de la tarde un carruaje llego por la entrada trasera, de él bajaron dos betas jóvenes y con una belleza jovial y delicada, el sultán se acercó rápidamente a las jóvenes, a un par de pasos de ellas las tomo entre sus brazos acercándolas a él pudiendo oler el aroma con el que creció, azucenas de Laura y miel en Cora.

―Hermanas―

―Mi sultán, es grato volver a verlo después de tanto tiempo― Laura fue la primera en hablar con ese toque dulce en su voz que siempre usa al dirigirse a el

―Majestad, me alegra ver que está bien― Cora fue un poco más tosca al dirigirse al sultán, la beta nunca perdonaría que su hermano las enviara al palacio de la provincia de Manisa

―Me alegra que hayan llegado con bien―

―Esto es solo una visita o nos quedaremos contigo, donde esta nuestro lugar―

― ¡Cora! como te atreves a dirigirte asi hacia nuestro sultán― la sultana Thalía se acercó y tomo por el codo a la beta, corrigiendo su postura altiva y reprendiendo su comportamiento

―Basta madre, sé que estas molesta por mi decisión Cora, pero era lo mejor, había muchos problemas no solo con el pueblo, sino también con los jenízaros, no quería arriesgarlas― la beta estaba por protestar a pesar de las amonestaciones de su madre ―Pero...― el sultán se acercó a la menor alejándola de su madre, abrazándola a su pecho ―Ahora, si ambas lo desean, podrán quedarse aquí, ya dispuse sus aposentos juntos a los de nuestra madre―

―Nos quedaremos, estar en Manisa se siente solitario― Laura se acercó a su hermano y lo tomo por el brazo, el sultán camino con sus hermanas al interior del palacio

―Mis sultanas, si el viaje no ha sido demasiado cansado, me encargue de ordenar una celebración en honor a su regreso―

―Estamos bien, solo viajamos nosotras y pudimos descasar―

𝔖𝔲 𝔪𝔞𝔧𝔢𝔰𝔱𝔞𝔡 ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora