Capítulo 25

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Mi hermana estaba nerviosa en todo momento, yo trataba de centrarme en permanecer tranquila para transmitirle eso.
Arrancó con las contracciones justo el día en el que iba a ser la degustación del restaurante, el Viernes.
-¿Segura que no queres recostarte?-miré a Delfi que tenía su mano en su panza y estaba al borde del llanto- va a ir todo bien
-Vos no entendes, tengo miedo de perderlo
-No te entiendo del todo porque vos sos la que está pasando por esto, pero yo también tengo miedo, es mi sobrio Delfina-la llamé por su nombre para captar toda su atención- vas a estar bien, yo estoy acá-la agarré de la mano y asintió.
Busqué en Youtube ejercicios de respiración para embarazadas y mi hermana se tranquilizó (por unos veinte minutos).
De un momento a otro todo se volvió intenso, ella comenzó a gritar y supe que algo andaba mal.
En todo el día no le mandé ni un sólo mensaje a Peter porque estaba por sus cosas, dudé si escribirle o no.
-Cande, necesito que por favor me lleves a la clínica, algo no está bien con Delfi-salí al balcón para decirle eso por teléfono, si mi hermana mi escuchaba todo iba a ser mucho peor.
-¡Voy La!-me respondió rápidamente.
Ayudé a mi hermana a seguir con sus respiraciones y la miré a la cara, estaba haciéndose la fuerte para no llorar.
Verla mal me ponía mal, cuando era chiquita siempre hacía todo lo que podía para hacerla reír, para que olvide a nuestra conflictiva madre y al "padre" que no nos quiso, el que nos abandono.
Sonó el timbre y era mi amiga, Eugenia también estaba así que entre las tres nos encargamos de Delfi, por último agarré el bolsito con la ropa y los pañales.
Candela aceleró el motor del auto y decidí confiar en que íbamos a llegar bien, éste también era un momento de tensión para ella, no me gustaría estar en su lugar.
-¡Llegamos!-Eugenia me trajo a la realidad y chasqueo sus dedos delante de mi cara, miré a mi hermana que estaba toda transpirada, la registré y los minutos de espera se hicieron eternos.
-Vas a tener una cesárea y vas a quedarte acá, tu bebé va a tener que quedarse en observación-el cirujano le habló a mi hermana con una paz admirable, ella asintió y después me miró a mi-¿ella va a estar con vos en el parto?
-Sí, mi hermana-me sonrió y también le sonreí.

Todo pasó demasiado rápido, cuando me di cuenta de lo que había pasado fue al escuchar los gritos dd los médicos, alcancé a ver a mi sobrino, ¡era una cosita chiquitita! Mi hermana lloró y casi no dejaron que lo sostuviera, rápidamente se lo llevaron, para pesarlo y ver si respiraba bien.
-¿Delfina tu hijo cómo va llamarse?-una enfermera se le acercó y le habló con amabilidad, pero mi hermana no estaba prestándole atención, estaba preocupada por su hijo.
-Delfi, va a estar bien-besé su frente-¿cómo se va a llamar?
-Marco, mi hijo se va a llamar Marco, lo elegimos con su papá-finalmente habló.
La mujer le sonrió y se fue a llenar el formulario con toda la información de lo que había ocurrido.
-¿Cómo te sentís?-le hablé al llegar a la habitación donde nos quedaríamos.
-Mal.. Quiero a Marco, casi no le pude ver la carita, ¡¿porqué tan chiquito?! ¡¿Porqué tuvo que nacer tanto tiempo antes?! Sé supone que tenía que conocer a su papá, nada salió cómo lo planeé-rompió en llanto.
Mi corazón se quebró al verla tan frágil y vulnerable, la abracé cómo pude y la miré a los ojos.
-Sos una mina fuerte, tu bebé va a ser fuerte... Y las cosas aunque las planees nunca van a salir cómo las pensaste
-Perdón, me tenes que aguantar así-se señaló.
-No pasa nada Delfi, estoy para eso-esbocé una pequeña sonrisa y no solté su mano.
Pasados unos eternos diez minutos llamaron a mi hermana para que pueda ver a su hijo, él estaba en un lugar donde habían otros bebés, todos estaban en observación, los observé desde la ventana.
La sonrisa enorme y cargada de emoción que se le formó a mi hermana al ver a Marco me hizo bien al alma, ella volvió a llorar pero de felicidad, pudo cargarlo y me lo mostró.
Le sonreí feliz, porque al parecer todo estaba bien, mi sobrino sólo necesitaba estar bajo un control.
-Es tan lindo, ¡felicidades mamá!-le besé la frente y ella estaba sumamente emocionada.
-Antes de que te asomes le presenté a mi hijo a su papá, por videollamada, ya se compró un pasaje de vuelta, ¡Marco es hermoso!
-Es mi sobrinito, ¡obviamente va a enamorar a cualquiera que se cruce en su camino!-elevé mis cejas y mi hermana se rió- ahora vamos, tenes que comer-le señalé la bandeja que le habían traído.
-Comida de hospital-Delfina agarró un cubierto- una pechuga de pollo con calabaza, por suerte me trajeron postre, eso es lo que más quiero
-¡Ésta es mi hermana! ¡Ya estas recuperándote!-le guiñé un ojo.
-Poco a poco, tengo que ponerme fuerte así Marco se pone fuerte
-¡Me gusta tu actitud!-le acomodé las alomadas-descansá un poquito, nada va a pasar, además me tenes a mi
-Y soy muy afortunada de tenerte-soltó un bostezo- vas a ser la mejor tía
-La única y mejor tía-volví a guiñarle un ojo.
Salí de la habitación y tuve que bajar las escaleras hasta la planta baja, porque mis amigas no podían estar en el sector de maternidad.
-¡Lali!-apareció Peter y me abrazó- ¡no me avisaste nada! NADA, ¡me asusté!
-Pasó todo rápido, tuve que traer de urgencia a mi hermana un día antes, y.. ¿Qué haces así vestido?
-Hoy era la cena en el restaurante...-hizo una pausa y me sentí mal, hoy era un día importante para él y tuvo que salir a las corridas a buscarme- pero eso no me importa, vos estas bien, ¿tu hermana? ¿Ya tuvo a su hijo?
-Sí-asentí sintiendo culpa- podes volver, hoy ibas a tener la cena con tus socios..
-El restaurante funciona sólo, no hace falta mi presencia, prefiero quedarme acá-me rodeó con sus brazos y me "aflojé" también lo abracé y fuertemente.
-Gracias-sabía que las palabras no eran suficientes para agradecerle el que esté en este momento conmigo.
-Bueno, nosotras nos vamos La, ante cualquier cosa nos decís-Candela me miró y la saludé, lo mismo hice con Eugenia.
-¡Gracias!-les repetí una vez más, ellas saludaron con la mano y se alejaron- lo mejor es que vuelva, no quiero que mi hermana..
-Sé que tal vez es un momento muy íntimo, si pero si ella quiere me gustaría saludarla, está en todo su derecho si no quiere..
-Ahí veo, bueno, le pregunto
Caminé por el pasillo y Delfi estaba recostada, cansada.
-¿Querés hablar con Peter? Quiere saludarte, si queres voy a pedirle que sea un momento breve, necesitas descansar por todo lo que no vas a poder hacerlo-esbocé una pequeña sonrisa y se rió-¿que le digo?
-Que pase
No di más vueltas y fui a buscar a Peter, cuanto antes hablaran mi hermana antes iba a poder descansar

PETER

-¡Hola! ¡Felicidades mamá!-le sonreí a Delfina- le habría comprado algo a tu hijo pero toda esta situación me tomó por sorpresa
-¿Mi hermana no te contó que por la mañana estuve sintiéndome mal?-se extrañó, yo también me extrañé.
-No.. Tal vez pensó que molestaba-solté un suspiro-¿tenes una foto de tu bebito?-cambié de tema para no pensar en la falta de confianza de Lali, Delfina me sonrió, me pasó su teléfono celular.
-Se llama Marco, tiene que estar unos días en cuidados intensivos, es chiquito pero confío y quiero tener fe en que va a estar todo bien
-Va a estar bien, es hijo de una mamá que lo deseó seguramente desde mucho antes de tenerlo en la panza y sobrino de una tía que también es fuerte, y que lo ama.. Seguro Lali lo ama, es una persona muy amorosa-sonreí cómo un estúpido al ver la imagen de Delfina con su hijo Marco en los brazos.
-Vos vas a ser buen papá, ¡cuando lo seas eh! Si es que en algún momento...-Delfina habló toda acelerada- no quise incomodarte
-No me incomodaste, y bueno, no tengo idea, tal vez sí, tal vez no-esbocé una pequeña sonrisa-me alegra mucho que tu hijito este sano, ¿tenes para mucho tiempo acá?
-La verdad no lo sé, no depende de mi, depende de Marco, ¡así que por favor mandanos buenas vibras para poder irnos cuanto antes!
-¡Claro que voy a estar vibrando bien alto! Bueno, te dejo, Lali seguro ahora vuelve, pero si no te molesta te la robo un ratito
-¡Toda tuya!-Delfina elevó sus cejas y me hizo reír.
Le toqué la espalda a Lali y se sobresaltó.
-¡Me asusté! En mi cabeza vos eras una enfermera o enfermero que me estaba buscando por algo malo
-Realmente tenes que estar llena de miedo para estar pensando así...-le hice caricias en su carita- tu hermana esta bien, ¡yo la vi bárbara!
-Está aparentando, tiene miedo, ¡y es entendible! Finalmente conoció al gran amor que tanto deseo, y para mi también tiene miedo de que la historia se repita, que Albert no llegue a tomarse el avión y nunca venga.. Nosotras venimos de una familia bastante especial, crecimos sin un papá y aunque no lo quiera admitir a Delfi le dejó un trauma
-¿Y a vos?-¿porqué la "acorralé" con las palabras? Lali también estaba vulnerable- estoy algo enojado con vos... ¡No me avisaste nada! ¡No me contaste que tu hermana tenía una urgencia! Está bien que pensaste en mi, en que lo del restaurante era importante, ¡pero más me importa tu confianza!-agarré mi cara con mis manos mientras mi respiración se aceleraba, ¡sentía impotencia!-Mariana-la miré a los ojos, ella estaba al borde de quebrarse- tus problemas y tus preocupaciones son mis problemas y mis preocupaciones, ¿podes entenderlo?
Ella se quedó estática y después asintió con la cabeza.
-Creí que..
La "silencié" de la mejor manera, dándole un beso lento y delicado.
-Mariana, esta conversación no terminó, ahora quien te necesita es tu hermana, yo pienso quedarme acá
-¿Estas seguro?-se sorprendió, asentí con la cabeza.
-Muy seguro
Lali me miró y me sonrió antes de girar, la vi alejarse y una extraña sensación se apodero de mi pecho.. Calidez.. Cosquilleo.. Alegría, y algo más, ¡¿qué?!

El destino me golpeóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora