Capítulo 3

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-¡No te la puedo creer!-Eugenia se escandalizó cuando le conté mi "desgracia"-es cómo si ahora trabajaras para él
-No trabajo para él, trabajo para su hermana, y si no lo entiende pienso dejárselo en claro, ¡lo último que me falta es tener que lidiar con otra persona!-suspiré y me serví más cerveza.
¿Cómo es que terminamos un Lunes tomando y comiendo en una cervecería? ¡Lunes! ¡Día en el que empieza la semana!
Intenté tomar poco pero terminé dada vuelta, Eugenia me puteó en todos los idiomas porque al día siguiente tenía un oral, y claramente durmió cómo el culo.
-Sé que aunque en este momento me estes odiando eso no es real-le hablé a las seis de la mañana, ella me fulminó con la mirada- tengo que irme a trabajar, podes quedarte y repasar lo que vas a exponer
-Gracias por ser considerada, si me va mal yo me tomo un día libre y vos me remplazas en la facultad, das el presente por mi y tomas apuntes de las clases
-¿No estas exagerando?-elevé mis cejas.
-No-definitivamente estaba de mal humor.
Me duché y preparé, todo el tiempo récord.
Corrí y alcancé a subirme al colectivo, una vez ahí arriba suspiré aliviada.

Llegar a lo de Celeste era llegar a un lugar cálido, ella era una buena mujer, y desafortunadamente su marido no la valoraba, vivía viajando, no me extraña el no haberlo visto casi nunca por la casa, aparentemente era una persona viajera, se está perdiendo momentos lindos de su familia, ¡el crecimiento de sus hijos!
Puse pan en la tostadora, preparé el café poniendo en funcionamiento la cafetera y también hice pancakes, piqué fruta para "variar" la dieta.
Estaba escuchando música mientras ponía la mesa cuando por poco me cago del miedo, me asusté y él se rió, me saqué mis auriculares.
-¿Siempre apareces y desapareces como un fantasma? No.. No te esperaba por acá
-Yo tampoco tenía planeado quedarme a dormir acá, pero después de ayudar a mi hermana con sus compras me surgió un plan copado y tomé bastante... al ser cerquita de acá dejé mi auto estacionado y vine caminando
-¿Porqué me estas dando explicaciones cuando no tenes porque hacerlo?
-No te estoy dando explicaciones, sólo te estoy contando cómo es que llegué a dormir a lo de mi hermana-suspiró y se cruzó de brazos-¿estas en tus días que me estas atacando?
-No te estoy atacando Juan Pedro, si te estuviese atacando esto no estaría tan silencioso-mordí mis labios empezando a molestarme- yo también dormí poco, es eso
-Adoro que seas sincera, bueno, esta vez-hizo una pausa- cualquier otra persona defendería a muerte que no salió anoche porque sería poco profesional ir a trabajar con algo de resaca
Se le formó una sonrisa demasiado adorable y sexy, era demasiado temprano para que mi cabeza active y quiera algo "más", lo cual no va a poder ser, Juan Pedro es el hermano de mi jefa y el hermano de la persona que me dejó plantada.
Con la frente en alto le sonreí y di media vuelta para seguir poniendo la mesa, Peter me ayudó como pudo.
-Sé lo que es tener que trabajar con resaca, y no se lo deseo a nadie-me habló bajito porque justo aparecieron sus sobrinos-¡hola chicos!
-Hola tío Peter-Franco lo abrazó.
-Tío, buenos días-Tomás también hizo eso.
-Hola hermanito chiquito-Celeste besó su mejilla, al verme ella hizo lo mismo conmigo- Lali no hace falta que pongas la mesa cuando esta Peter, que él lo haga que no está acostumbrado
-Si sabía que ibas a tratarme así no volvía..-Peter la fulminó con su mirada y Celeste suspiró.
-Solo te jodo-Celeste le sonrió cálidamente- es hora de que seas más responsable
-Soy responsable, llevo trabajando cinco años en Miami, y me fue bien, volví sólo porque extrañaba a mi familia, te extrañaba-noté que su humor cambio de un momento a otro, su voz se quebró y eso llamó mi atención.
-No quería..-Celeste se arrepintió.
Me aparté de la mesa porque no tenía que ser testigo de una conversación tan privada, no quería ser una entrometida.
-Hace unos años se murió la novia del tío Peter, se derrumbó un edificio, de la nada y sé que seguro la extraña-Tomás me miró con angustia, era la primera vez que veía al nene mal, eso me conmovió y le di un abrazo- pero voy a hacer que se sienta bien, ¿podes cocinarle cositas ricas para desayunar? Voy a pedirle que se quede con nosotros por un tiempo
-¿A dormir acá?-elevé mis cejas.
-Sí, el tío Peter tiene que estar con los que lo queremos-esbozó una pequeña sonrisa y lo imité, al fin y al cabo Tomás tenía corazón, humanidad... Era imposible que su único talento sea ser insufrible.
-Bueno, ¡¿no vas a probar mis pancakes?! Hoy las tostadas no se me quemaron-cambié de tema para que deje de sentirse mal, volvimos a la mesa y le di un último abrazo.
-¿Vas a irte?-Peter me habló- unite
Miré a Celeste que asintió.
-Bueno, gracias-me sentí intimidada.
Ellos empezaron a hablar, Peter le contó sobre cómo era pasar las fiestas en otro país, las pascuas, año nuevo, el día de acción de gracias, el 4 de Julio la independencia de Estados Unidos, navidad, halloween, después les dio regalos, ¡los niños mimados siendo más mimados! ¡Genial!
Por último le dio una pulsera con diges a su hermana.
-Gracias-Celeste lo abrazó mil veces- y... ¿seguro que podes llevarlos al colegio?
-Puedo-Peter asintió y junto a su hermana se sonrieron.
-Me voy a la oficina-Celeste hizo un saludo general- los juicios no se ganan solos
Peter le lanzó un beso volador y me quedé a solas con él y sus sobrinos.
-Lali hizo todo el desayuno-Tomás al parecer decidió portarse bien- ¿no le salió genial?
Su tío probó el pancake y asintió con la cabeza.
-Te salió genial-me "halagó".
Sonreí siendo amable, después Peter los apuró para que se vistan rápido, los hizo caminar hasta donde dejó el auto y los hizo subir.
-No entiendo porque me incluiste a mi en todo esto-me reí del nerviosismo.
-Porque ibas a aburrirte solita, y yo todavía tengo varios compromisos, ver a personas que quiero..-hizo una pausa.
-Pero tengo puesto mi uniforme
-Podemos pasar por tu edificio
-Ok...
No estaba nada segura de emprenderme junto a él en una locura, pero una corazonada me hizo seguirlo, eso podría costarme caro, una niñera que hace cualquier cosa en su horario laboral sería poco profesional.
Me cambié lo más arreglada y sencilla posible, tenía que estar a la "altura" del look de Peter.
-Vamos-lo hice reaccionar porque se quedó mirándome- tengo que volver mucho antes de las siete, los chicos terminan el colegio a las cuatro y media
-No te preocupes por nada de eso, te prometo que va a estar todo bien-elevó sus cejas y me sostuvo la mirada.
-Bueno... Pero prometelo
-Te lo prometo Lali
Pasé de ser Mariana a Lali, eso sí que es raro.
-Entonces acelerá-le di la señal de que todo estaba bien y me sonrió.
Poco a poco íbamos alejándonos de la puerta de mi edificio, al cabo de un rato llegamos a Puerto Madero, me hizo seguirlo, entramos a un edificio bastante iluminado, el ascensor parecía de cristal, cómo el de la película Charlie y la fábrica de chocolate.
-¿Seguro no va a salir volando y va a romper el techo?-bromeé y él se rió, entendió la referencia de la película.
-No... Pero con suerte nos quedemos definitivamente con la empresa
-¿Nos?-lo miré extrañada.
No tuve tiempo de pensar el porqué de "nos" cuando llegamos al piso ocho, Peter sonrió y me presentó a todos.
-Ella es mi mujer Mariana
Abrí ampliamente mis ojos horrorizada y shockeada, ¡¿QUÉ?!
-Tu esposa, no sabía que finalmente te habías casado-un señor le sonrió y después lo hizo conmigo, nerviosa sonreí- eso me deja en claro que sos una persona comprometida
¿Juan Pedro acababa de usarme como un trofeo para dejar en "claro" que era una persona fiel, comprometida y centrado frente a un empresario?
La impotencia me revolvió el estómago, quería gritarle, salirle de mi molde de esposa porque NO lo era, pero no sé porque no lo hice.
La reunión informal terminó y agarré mi taza de café, se la tiré en la cara molesta.
-¡Sos un estúpido! ¡No saliste a ver a tu gente "querida" me usaste para tu propio beneficio!
-Necesito que me ayudes Lali, por favor... Es solo un favor y cuanto menos lo esperes me vuelvo a Miami, además... Sé supone que ahora tendrías que tener el uniforme puesto y estar en la casa de mi hermana...
¡Perfecto! ¡Le di la mano y me agarró del codo!
¡Estaba loco!
Cómo estaba ardida no le dirigí la palabra en todo el viaje en auto, me dejó en lo de su hermana y se sacó la camisa para lavarla en el lavadero, salió de ahí y se acercó a mi, parecía un modelo de revista.
-Gracias por no haber dicho nada-besó mi mejilla y a los segundos no lo vi más, me quedé aturdida y me encerré en el baño, volví a mi vestimenta normal: mi uniforme de niñera.

El destino me golpeóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora