Capítulo 12

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Llegó el día en el que mi hermana se volvió al campo, eso me puso algo triste, había disfrutado mucho de su presencia y compañía.
Copa de vino va copa de vino viene y me puse algo ebria estando con mis amigas, a ellas se les ocurrió ir a un bar karaoke un MIÉRCOLES.
-Bueno La, ¡ya soltá el micrófono!-Candela desde siempre fue la más sensata del grupo, mientras que Eugenia es la peligrosa al ser jodona.
-¡No se animan a cantar!-las señalé mirándolas burlona.
-¡Mañana trabajas temprano!-Candela insistió en ser la aguafiestas.
-¡Llegó la cana llegó la cana!-comencé a cantar en modo fanático de fútbol en una cancha, la gente del bar se copó y me hizo la segunda, se rieron conmigo llamando CANA a mi amiga que se cruzó de brazos.
-Si seguís sin soltar el micrófono sí voy transformarme en policía, ¡no me hagas esto! Vos me pediste que te ponga un límite, ¡y mira!-al notarla realmente enojada solté el micrófono, todos los presentes nos tapamos los oídos por el pitido fuerte del audio, más de uno me puteó.
-Vamos La-Eugenia tiró de mi brazo para que diera media vuelta.
-¡No puede ser La! ¡Me pediste que te ponga límites porque tenías que trabajar al día siguiente! Te dije que no quería hacer de policía e igualmente tuve que adoptar ese rol
Candela miró hacia el costado e intenté abrazarla.
-Yo... Perdón..-los ojos se me llenaron de lágrimas y corrí por la vereda de la calle por las nauseas, no quería quebrar cerca de ellas, pasaron un par de minutos y mis amigas se acercaron-me siento mal, pero me lo merezco.. Yo me confundí, me confundí feo, el otro día con Peter..
-No hablemos de esto ahora-Eugenia me ayudó a caminar, Candela me dio una botella con agua para hidratadme poco a poco- vamos a dormir
-Ok, vamos a dormir-asentí.
El cansancio me venció a penas me subí al auto de mi amiga.

-Son las seis de la mañana-Candela me respondió la primera duda del día- no podíamos llevarte a upa
-Gracias, gracias por quedarse, por traerme-torpemente abrí la puerta del auto de Candela y Eugenia esbozó una pequeña sonrisa, ambas me saludaron con la mano.
Subí por el ascensor de mi edificio y al llegar una vez en el baño me cepille los dientes, después me di un baño.
¡Apoyé mi cara sobre lo almohada y se hizo la oscuridad!

Timbre, timbre, timbre.
Acerqué mi mano a la mesita de luz y no estaba mi teléfono, ¡¿donde estaba?!
El timbre de mi departamento volvió a sonar, y alterada corrí para atender el portero eléctrico.
-Ok... Bajo
Llegó mi FIN, tantos años siendo responsable, una vida entera siendo educada para haberle faltado el respeto al hermano de mi jefa, y de dos maneras distintas.
-Hola-estaba tan nerviosa que sentí a mi estómago revolverse nuevamente-me duele la cabeza-no mentí.
Peter serio suspiró y subimos por el ascensor hasta mi piso, entramos juntos a mi departamento.
-No fui a trabajar, me quedé dormida, prometo hacer trabajo extra, si es necesario algún sábado o domingo-hablé tan rápido que ni yo me entendí, Peter se quedó desconcertado.
-Mentí, le dije a mi hermana que tenías que hacerte un estudio médico, que me avisaste pero que yo me olvidé de mencionarlo
-No tenías porque...-me interrumpió.
-Vos mentiste muchas veces por mi, estoy en deuda Lali, esto se trata de un ida y vuelta, vos estuviste siendo de mucha ayuda en mis negocios-Peter clavó sus ojos en los míos y la frialdad de su mirada me impactó- estamos bien
-¿Estamos bien?-elevé mis cejas-¿realmente estamos bien? ¡Estuviste evadiéndome todo el tiempo! Después de la cagada accidental que me mandé-la angustia no me dejó hablar tan de corrido, sólo de manera entrecortada- no era mi intención... ¡No quise! Yo.. ¡Soy una estúpida!-abofeteé una de mis mejilla y él rápidamente la apartó de mi cara-¡fui una desubicada Peter!
-No te digas cosas feas, no vale la pena Lali, no vale la pena que te sientas así por algo insignificante, ya está, podemos hacer cómo que no pasó nada
Sus palabras me dieron en el pecho... ¿Porqué? ¿Porqué estaba jodiéndome? No es mi marido, no es mi amigo, él no es mi nada.
-Sí, insignificante, perdón por haberte besado en la fiesta de disfraces, ¡creí que tenía que jugar mi papel de esposa amorosa y enamorada!
-No hacía falta, era una fiesta de disfraces y la mismo tiempo laboral, estaba con mis clientes y... La felicidad... Ser feliz, bueno, mostrarme realmente feliz es algo muy personal... Algo que.. Al estar con gente que no elegiría como amigos... Podría pasar desapercibido para los demás pero no para mi, la verdad es que realmente fui feliz, y no estoy listo todavía... No estoy listo para volver a divertirme cómo antes, para volver a disfrutar, siempre creí que sí... Pero sería no ser sincero, no estoy preparado para ser feliz-él cerró sus ojos y lo escuché agitado, su respiración estaba a mil.
-Peter-lo llamé y lo abracé, algo en mi interior me dijo que él lo necesitaba, a mi abrazo contenedor.
Se rindió y rodeó mi cuerpo con sus brazos mientras lloraba en silencio, eso me dejó estática.
-Soy un estúpido, yo... Vos no sos el problema, lo que pasó no es un problema, el problema soy yo, aunque el beso realmente no fue algo significativo y real no puedo permitirme el besarme con otra .. La verdad es que me permití el jugar a ser una pareja feliz por algo laboral, pero el Peter real-se señaló- no hay manera de que lo sea, no por ahora... y no sé hasta cuando..
-No estoy pidiéndote que me declares tu amor, tranquilo Peter-le acaricié la cara y después aparté mi mano- sé que estamos jugando a un juego sólo cuando estamos con tus clientes, y lo del beso no pasó, mala mía, y no va a volver a pasar
-Bien-suspiró y acto seguido besó una de mis mejillas, ¿cuantos segundos seguidos estuvo sin separarse de mi? Sin dejar de besame.. Cuando lo hizo quedé en una especie de trance, mis ojos buscaron a los suyos instintivamente.
-Esa clase de beso sí-me reí del nerviosismo y él asintió.
-Ese es uno apropiado-besó mi mejilla con uno fugaz-me voy Lali, nos vemos mañana, en lo de mi hermana, descansá
-Vos también descansá
Aproveché que el encargado del edificio estaba en la entrada principal y evité el despedirlo a Peter, el abrirle la puerta, una vez sola lo recordé, a mi estúpido "desliz".

-Flashback-

Peter Lanzani era un hombre lindo, en más de una reunión otras mujeres lo miraron, y él estaba ciego a eso, no lo notaba... ¿no lo notaba o no quería verlo? La cosa es que quién tenía que lidiar y enfrentarse a personas que lo ojeaban era yo, su "esposa".
Una noche, en el medio de una fiesta de disfraces organizada por un cliente lo besé, estaba pasada de copas, tres copas de distintas bebidas alcohólicas fueron suficientes para que la mezcla me pegue horrible.
Lo busqué y lo saqué a bailar, noté su desconcierto por mi euforia al moverme, la canción era lenta, pero en mi cabeza tenía que "animar" la patética noche y ya que estaba defender "mi territorio" para que dejen de coquetearle a "mi marido".
Lo besé y él no me correspondió, instantáneamente me sentí patética, avergonzada me aparté y me escapé, terminé saliendo del salón de fiestas, paré un taxi y Peter no supo de mi hasta un día después, le escribí unas pocas palabras en un mensaje que él no respondió.

-Fin del flashback-

-¿Crees que hice mal?-le hablé a Eugenia, la interrumpí en su casa mientras estaba haciendo un trabajo grupal ella sola.
-¿En no haber insistido e intentar penetrar las murallas que puso entre los dos? Sí, porque es obvio que Peter todavía no terminó con el duelo de la muerte de su novia, pero no merece el nunca más ser feliz... Yo creo, y es mi opinión personal, que esa distancia que puso es porque tal vez no está listo para aceptar que puede enamorarse... ¡y no tiene nada de malo! ¡sos la mujer más buena y dulce del mundo La! ¡Hasta yo me enamoraría de vos! Y Peter muy en su interior debe saber que sos capaz de enamorarlo-Eugenia dejó de estudiar para mirarme a los ojos- él es bueno, considerado, divertido... Pero tal vez necesite más tiempo que cualquier otro hombre, no sigas castigándote, sólo lo besaste, ¿salió mal? ¡Por ahora! Pero poco a poco va a ir cayendo... Trabajá lentamente el asunto, no te apresures como el otro día, si no le importaras no te habría aclarado nada, y te dejaría confundirte, pero en vez de eso en el medio de toda su confusión fue claro
-Entonces... Cuando nos veamos mañana, ¿qué hago o que le digo?
-Simplemente sé la Lali de siempre-mi amiga me hizo señas, me senté a su lado y me sonrió con cariño- te quiero, yo sí acepto besos
-¡Tarada!-me hizo reír alto y besé su mejilla- ¡listo! Gracias por tus palabras
-¡Soy la mejor! ¡Lo sé!-alardeó Eugenia.
Agarré sus apuntes y le resalté la información que creí que era importante, ayudé a mi amiga con su trabajo cómo pude, cansada volví a mi casa y me dormí temprano, en unas horitas volvería a trabajar.

El destino me golpeóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora