Segunda temporada de Blood night
Tras la partida de Rubí a tierras Europeas, las cosas cambiaron en Seúl.
Yoongi se graduó, convirtiéndose en adulto. Lo que no sabía es que se convertiría en uno de los líderes mas altos de los vampiros.
Tras la un...
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Me acomodé en la cama al fin, estaba agotada y me había pasado toda la cena hablando con Hani de mis aventuras en Noruega. Yoongi, Ari y Tyler estuvieron ahí.
El ambiente estuvo un poco tenso, Tyler y Ari no dejaban de contar anécdotas que evidentemente incomodaron a Yoongi.
No fue lo más adecuado, más cuando empezaron a hablar de las noches de lobos en las que dormíamos todos los lobos jóvenes juntos y la cantidad de desnudos y corpulentos lobos.
Supe de su enfadó muy obvio cuando se levantó de la mesa y se fue de la charla. Quería ir tras él, pero sentí que eso lo agobiaria más. Por lo que esperé a que Hani terminara de hablar, recogí el desorden de la cena y subí a mi habitación. Él estaba concentrado en el escritorio, deduzco que estaba trabajando.
Me acerqué a él, aun sabiendo que seguramente ya sabe que estoy aquí. Lo abracé por la espalda, dejando mi cabeza descansar sobre su hombro. Él soltó un largo suspiro, para quitar su atención de la pantalla y centrarse en mirarme a mi.
Dejó un pequeño beso en su mejilla, que le hizo rodar los ojos. Se hace el duro cuando está enfadado.
-- Rubí debo trabajar, ve a dormir. -ordeno volviendo su vista a la pantalla.
-- Creo que tenemos algunas cosas pendientes y debo avisarte de que esta semana es época de apareamiento por lo que o no nos podemos juntar o tu no puedes salir a trabajar con cientos de lobos... Seguramente ya huelas, me si cuenta hace nada porque se me adelantaron los días.
-- Ah Rubí tengo demasiado trabajo está semana, no puedo faltar.
Bufé alejándome de él. No pensé que le molestaría tanto dejar el trabajo por una semana o hacerlo desde casa, después de haber estado un año y medio sin vernos.
-- Entonces date una ducha y duerme en el sofá.
Ahora era yo la que estaba un poco enfadada. Moría por pasar tiempo con él, pero ya veo que él también maduro y ahora el trabajo es su prioridad.
Me dejé caer boca abajo a la cama y cerré mis ojos mientras abrazaba a mi almohada. Almohada que ahora olía solo a él. Me concentré en su olor, pero tuve que abrir los ojos al sentir al chico sobre mi. Dejó un pequeño beso en mi hombro y se acercó a mí oído.
-- Si me quedo aquí, no podré controlarme Rubí...
Me giré aún estando debajo de él.
-- ¿Y si no quiero que te controles?
¿Era el momento de dar ese ansiado paso? ¿O aún debíamos controlarnos y esperar un poco más? Ambos ya éramos adultos y con grandes responsabilidades.
Y este paso, podría llevar a nuestras vidas por un valle de la locura sin forma alguna de volver atrás. Sus ojos oscuros como la noche observaban con detalle los míos, él moría por hacerlo. Llevaba mucho tiempo respetando mi miedo, pero ese ya estaba superado.
