Segunda temporada de Blood night
Tras la partida de Rubí a tierras Europeas, las cosas cambiaron en Seúl.
Yoongi se graduó, convirtiéndose en adulto. Lo que no sabía es que se convertiría en uno de los líderes mas altos de los vampiros.
Tras la un...
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El primer mes viviendo juntos fue un caos. Y más después de los últimos acontecimientos, una mudanza, una convivencia juntos, Rubí embarazada, trillizos y encima un intento de asesinato.
Por no hablar del espectáculo que se está montando Jay Park.
El imbécil está intentando molestar a Rubí por todas partes y de todas las formas posibles. Al principio creímos que él tenía algo que ver con el disparo. Pero Rubí dictaminó que no era probable, ya que Jay no es de los que ataca por la espalda y en eso no le falta razón.
Es tan egocéntrico que jamás atacaría sin dejar marca. Eso nos deja de sospechosa principal a Somi.
Intentaba pensar con los ojos cerrados y a punto de quedarme dormido al fin. Pero no fue así. El lloriqueo insistente a mi lado me impedía relajarme.
-- Yoongi-ahh te toca a ti. -sentenció Rubí dándome la espalda y acomodándose para dormir mejor.
-- Eres tú la que quería un cachorro... -contraataque.
Como decía, no llevamos del todo bien la convivencia. Discutimos a cada rato, pero probablemente sea por el confinamiento que llevamos. Solo salgo de casa para comprar, por precaución. Aún están investigando quién disparó en esa comida y el señor Wolf está muy histérico con el asunto.
Por otro lado tenemos a Rubí embarazada de un mes en lobo, pero de unos cuatro en humano. Está en su peor fase hasta ahora.
-- Pero tú aceptaste y debes practicar. -zanjó dándome una patada.
Muy cariñosa esta... nótese mi sarcasmo.
Me levanté a regañadientes, estaba sentado al borde de la cama mientras él cachorro intentaba subir apoyándose en mis piernas. Lo agarré en brazos y salí de la habitación, tras bajar a la sala lo saque al jardín.
-- Haz lo que necesites rápido Shooky, tengo sueño.
El pequeño cachorro salió corriendo al soltarlo en el jardín. Era un cachorro de labrador inglés color canela y tenía tres meses. Era un trasto horrible, todo el día corriendo, comiendo y llorando... En fin, lo que harán los tres fetos sobrenaturales cuando salgan de su madre.
Al ser tan pequeño aún no podemos sacarlo a la calle, pero ya sabe hacer sus cosas fuera de casa... Al menos el popo.
Tras hacer sus cosas, volvió a toda prisa a mis pies. Es muy asustadizo y siempre va detrás de Rubí, debe saber que es la alfa en casa.
Lo agarré de nuevo en brazos, esquivé sus lametones de felicidad y subí de nuevo a la habitación. Dejé al cachorro en su cama, pero poco le gusta a él y me siguió hasta el borde de mi cama suplicando por subir a esta.
-- Ve a tu cama, deja de molestar. -le ordené, siendo ignorado.
- Ay ya, súbelo a la cama siempre terminas haciéndolo. -delató la chica, aún concentrada en dormir.
