Segunda temporada de Blood night
Tras la partida de Rubí a tierras Europeas, las cosas cambiaron en Seúl.
Yoongi se graduó, convirtiéndose en adulto. Lo que no sabía es que se convertiría en uno de los líderes mas altos de los vampiros.
Tras la un...
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Sonreí con picardía y aparté mi mano de la de Rubí, para dejar que ella siguiera con lo que tenía previsto hacer antes de que la interrumpiera.
Este sería mi momento. Me relaje mientras la chica masajeaba lentamente mi intimidad, obligándome a soltar leves suspiros de placer.
Los ahogue al unir mis labios a los suyos, mientras seguía masajeando mi zona. Me gustaba que ella fuera la que tomará la iniciativa. Se separó. De mi cuando creyó que ya era momento de cambiar de posición. Subió a horcajadas sobre mí, llevé mis manos manos a su cadera mientras ella se quitaba la camiseta dejando sus pechos al descubierto.
-- ¿De nuevo sin sujetador? Así me lo dejas más fácil Rubí.
-- Me incómoda esa mierda, ahora me duelen así que no toques o te muerdo. -amenazó antes de que me atreviera a tocar.
Sin esperar una respuesta por mi parte, terminó de quitarse toda la ropa y volvió a acomodarse sobre mi. Notaba como si tuviera prisa por hacerlo, así que no esperamos más. Ella misma lo introdujo y comenzó su tan deseado balanceo.
Mientras sus caderas se movían con ayuda de mis manos en su cintura, me besaba ayudando a callar cualquier tipo de gemido. Algo complicado viviendo con tantos lobos, era imposible que no nos escucharán. Incluso con Lexi llorando.
Fui aumentando la velocidad, conforme iba sintiendo la necesidad de más. No quería terminar estando en esta posición, pero Rubí no me dio el tiempo necesario para cambiar y estar arriba. No aguante y ambos llegamos al clímax llevando ella las riendas.
Y de nuevo la puerta de la habitación fue abierta de par en par en el dichoso momento del clímax. Rubí se dejó caer sobre mí pecho, en lo que yo me encargaba de cubrirnos con la manta.
-- ¡Diablos lo siento mucho! -se disculpó inmediatamente intentando cerrar la puerta que se había quedado pillada con la alfombra.
-- ¿¡Mamá por satán, otra vez!?
-- ¡Lo siento, lo siento! ¡Diablos no se cierra la puta puerta!
De los nervios ella no era capaz de cerrarla. Mi vergüenza aumentó cuando el señor Wolf apareció y vio la incómoda escena.
-- ¿Qué está pasando?
-- Ah de nuevo les interrumpí en plena faena, siempre pasa lo mismo... ¡Lo siento, Yoonie!
El hombre soltó una carcajada y se encargó de cerrar la puerta. Definitivamente debemos mudarnos.
-- Rubí debemos mudarnos.
Esperé una respuesta suya, pero al no tener y seguir en la misma posición entendí que se había quedado dormida. Ni siquiera me había dado tiempo a salir.
Con sutileza la aparté de encima de mí, dejándola a mi lado. Ella dormía tan tranquila, esperaba que no se hubiera dado cuenta de la intromisión de mi madre de nuevo. Ella estaba de espaldas, era probable que no lo recordase, pero yo sí.
