Segunda temporada de Blood night
Tras la partida de Rubí a tierras Europeas, las cosas cambiaron en Seúl.
Yoongi se graduó, convirtiéndose en adulto. Lo que no sabía es que se convertiría en uno de los líderes mas altos de los vampiros.
Tras la un...
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Me desperté asustada, al escuchar el llamado de Yoongi. Llevábamos ya tres días en casa con los pequeños, aún me sentía cansada. Pero debía recuperarme rápido para atenderlos bien, se que Yoongi está intentando hacerlo bien, pero se frustra y agobia.
Como en este caso, el chico entró por la puerta con uno de los pequeños en brazos y más pálido de lo que ya es.
—- ¡¡¡Rubí!!! —Gritó llegando hasta la cama.
En mi caso me mantenía tranquila, se que será por una de sus tantas tonterías. Pero que para él es nuevo y no sabe que es normal. Se nota que ya me ha pasado más veces en estos tres días…
Me senté en la cama, poniendo toda mi atención en el chico.
—- ¿Qué pasa, Yoon?
—- ¡El bebé número uno me gruñó! —exclamó con asombro e indignación.
Agarré al pequeño en brazos, puesto que este estaba enfadado y seguramente demasiado hambriento.
—- Yoonie los bebés son mitad lobos, ¿eres consciente de que a los cinco meses comenzarán a transformarse? —pregunte con obviedad, mientras acomodaba al pequeño para darle el pecho.
—- Si, lo sé, pero es asombroso que sepan gruñir, antes de aprender a hablar humano… ellos ya pueden comunicarse contigo.
—- Si y no, realmente sus gruñidos son balbuceos que no llegan a entenderse hasta más adelante. Apenas tienen tres días de vida… Y porque sigues llamándoles por números, Yoon, tienen nombres.
Bastante nos costó ponerles nombres, para que les siga llamando bebe uno, dos y tres… los tres pequeños tienen una pulsera con el número de bebe que es. Es habitual en los lobos, para diferenciar a las crías cuando son más de uno a la vez.
—- Pero es más fácil decirles así, bebe uno es el más gruñón, bebe dos es el que más quiere estar contigo y la bebe tres es la más pequeña y la única chica.
—- Pero sus nombres son Min Yeon-gi, Baek-gi y Seon-gi… Los recuerdas ¿cierto?
—- Debo admitir que no soy bueno recordando, creo que les diré gi uno, gi dos y gi tres.
—- Ay Yoongi, ¿qué haré contigo?
—- Darme muchos besitos, ya que el frutifantastico está prohibido para nosotros…
Rodé los ojos ante sus palabras, él siempre pensando en cochinadas. Pero así le quería, un vampiro gruñón y pervertido me había robado el corazón.
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Las semanas fueron pasando mientras nos acomodamos a nuestra nueva vida, cambiando pañales, sin dormir y con ese irritante llanto metido en los oídos. Tantas semanas pasaron, que ya estábamos en el cuarto mes con esos pequeños en casa.
En estos cuatro meses no habíamos salido apenas de casa, Yoongi solía salir a hacer las compras y a tomar un poco de aire. Pero yo solo salía cuando debía ir a revisión al hospital. No me molestaba mi confinamiento, las lobas en esta etapa de la maternidad pasamos muchas tiempo en casa. Sobre todo cuando no hay que cazar, algo que agradezco.
Me encontraba tranquila en el sofá, mientras Yoongi estaba en el suelo con dos de los pequeños. Seon-gi y Yeon-gi eran los que más tiempo pasaban con su padre, sobre todo la pequeña Seongi. Su padre la atesoraba como si fuera lo más valioso para él. Me encantaba verlo interactuar con su pequeña.
—- Ah Rubí antes me llamaron del Goya.
—- Oh, ¿pasó algo?
—- Mi baja de paternidad termina esta semana y debo volver a trabajar… —agachó la cabeza y suspiró con frustración.
Era obvio que él no quería volver a trabajar y menos dejándonos solos en casa. Pero así eran las responsabilidades de adulto, no puedes faltar al trabajo.
—- No te preocupes por mi, puedo con los tres y solo estarás fuera por las mañanas.
El no tardó en arrugar la frente y abultar sus labios con un tierno puchero.
—- Deberías estar molesta porque debo estar fuera Rubí… ¿No vas a echarme de menos?
Después de pasar las veinticuatro horas del día con él, no me parecía mala idea tener un poco de tiempo más privado. Pero el es Min Yoongi, todo lo dramatiza… estaba por responderle, cuando él se llevó el susto de su vida. El pequeño Yeongi usó por primera vez su transformación, pasando de ser un bebé de cuatro meses a ser un pequeño cachorro de lobo.
El chico miraba atónito lo que acababa de pasar ante sus ojos, el cachorro caminaba torpemente a su alrededor. Se caía a cada rato, pero intentaba llegar al regazo de su padre.
—- ¿Qué diablos..? —susurró agarrando al cachorro de lobo en brazos.
—- Ooh ¡Es un adorable lobito gris! Creí que serían de tonos marrones, pero sacaron tu tono de piel.
Él me miró arrugando la nariz. Para él chico esto debía ser una locura, pero esto es de lo más normal. Por lo que veo van más adelantados que el resto de lobos normales, deduzco que será por su sangre de vampiro.
Tras vivir esa experiencia, la pequeña Seongi no tardó en seguir a su hermano. Pensé que ella sería la que más tardaría, pero al parecer será el pequeño Baekgi. Durante todo el día estuvimos corriendo por toda la casa tras esos revoltosos. El problema llegó cuando yo tuve que transformarme en lobo para poder atenderlos.
Deje biberones preparados para Baek, en mi ausencia como persona. Intenté que se transformara estando cerca de él, pero no hubo forma. Y sus hermanos no parecían querer volver a su estado humano. Los pequeños lobos suelen tardar de una a dos semanas en controlar un poco sus transformaciones, suelen aguantar más siendo humanos o siendo lobos. Pero esta semana estarían cambiando cada dos por tres y sin previo aviso.
—- ¿Estás segura de que podrás cuidar de ellos sola?
Pregunto él, mientras me acomodaba la almohada. Sabiendo que yo no puedo responderle ahora, en mi estado de lobo. Me limité a aullarle y él no tardó en rodar los ojos. Seongi no dejaba de morder la manga del pijama de su padre y Yeongi parecía estar hambriento por los mordiscos que me pegaba. Ambos dormirán en la cama con nosotros, no sería la primera vez que Yoongi debe dormir con mi lado lobo.
—- Ya vayan a dormir mocosos, hasta Shooky está durmiendo ya… el pobre perro ya ni los aguanta y eso que se llevan poco tiempo de edad.
El perro dormía agotado frente a nosotros, en su cama. Los dos cachorros le habían estado molestando y mordiendo todo el día. estoy segura de que les prefiere como humanos.
