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La semana pasó volando y con ella mi desesperación

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La semana pasó volando y con ella mi desesperación. Hoy Rubí y yo empezaríamos a trabajar en el Goya. Si, después de mucho pensarlo ambos aceptamos.

Yo no tenía en mente hacerlo, pero el pánico a que algo le sucediera a Rubí por no estar ahí era más fuerte que mi pereza por ver adolescentes aún asimilando sus cambios hormonales.

Yo llevaría las clases de historia y Rubí estaría de orientadora y profesora de ciudadanía global. Tenemos el mismo horario y estaríamos cerca, además, ambos necesitábamos salir un poco de casa.

Solo salía a comprar y a las conferencias a las que Rubí debía ir y no podía. Todos los lobos me olisqueaban todo el rato y me felicitaban, eran demasiado cariñosos.

Tras apagar la alarma bostece sin ganas. Ando en una época extraña donde dormir parece ser una necesidad para mi, algo que aún no logro entender.

Mire a Rubí quién aún rondaba ocupando la mitad de la cama, yo estoy en el borde. No me quejó, realmente no necesito más espacio y ella cada vez necesito más.

-- Rubí es nuestro primer día de trabajo, no podemos llegar tarde.

La mire cuando al fin me puse en pie. El pequeño cachorro estaba a su lado igual de dormido y también más grande que la semana pasada.

Baje a preparar el desayuno, mientras ella terminaba de prepararse. Yo me puse algo cómodo, total, estaría rodeado de adolescentes. Aunque nosotros tampoco estábamos tan lejos de sus edades, al fin al cabo, solo han pasados dos años de nuestro último año en el Goya.

Está más que claro que no estamos calificados para ser profesores, pero como estamos en mitad de una extraña guerra y la mayoría de profesores se fueron del país o no quieren trabajar en escuelas mutantes. No le quedó más remedio a la directora Kim contratar a antiguos alumnos del Goya.

No tengo claro ser bueno para enseñar, pero las veces que lo he hecho con Jaehyun, con Izan y con Rubí salió bien y todos aprobaron.

El profesor Min deberá volver a ponerse las gafas, pero está vez dejaremos la anatomía humana a un lado y me centraré en la historia y la geografía.

Tras terminar de preparé el desayuno a Rubí, me tomé mi bolsa de sangre. Vi a la chica entrar en la cocina y tomar asiento en uno de los taburetes, me sonrió al ver el desayuno ya en su puesto.

-- Amo el bacon y más cuando lo haces tú, Yoonie

-- Yo podría haber sido cocinero, lastima que eviten contratar vampiros por si algún empleado se corta y nos lo queremos comer.

-- Me sigue sorprendiendo tu autocontrol cuando me hago una herida o un corte.

-- Relamente no me controlo mucho, solo cambio la sed de sangre, por la sed de sexo... por eso siempre nos acostamos cuando te cortas cocinando.

Shadow;El Regreso De Las Sombras +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora