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Capítulo siete

Luego de lo que sucedió en casa de Enzo en seguida me ofreció a dejarme en mi casa, acepté porque no quería lidiar con el momento incómodo.

Al pasar algunos días no tuvimos contacto para nada: no me mandó mensaje ni yo a él, yo dudaba en hacerlo porque no sabía qué decirle o cómo empezar la conversación, supuse que era mejor dejarle ese trabajo a él.

Pasaron varios días tranquilos y seguíamos sin interacción, ni siquiera por instagram. El viernes recién a las cinco y media de la tarde me llegó un mensaje de Enzo, lejos de mencionar el tema me habló para invitarme a una "jodita tranqui" en casa de un amigo de él. Accedí inmediatamente, me iba a servir para distraerme de mis proyectos, además que era una buena excusa para pasar tiempo con él, y eso me gustaba más.

Enzo:
"Tipo diez y media te paso a buscar"
"Es medio lejos el lugar"
"Como a una hora y pico de mi casa"
"Avisame cuando estes igual"

Cami:
"Buenoo te aviso"

Estaba pensativa en una cosa, ¿será que si lo invito a comer en mi departamento se va a malinterpretar todo? No quería creerlo y me costaba mucho admitirlo, pero Enzo se estaba convirtiendo en una persona peligrosamente linda en mi vida. Tampoco pretendía ilusionarme por algo que a la larga seguramente no se dé, porque yo solamente cuidaba a su hija y por cuestiones obvias nos hicimos amigos.

Igualmente lo pensé demasiado y decidí invitarlo, prefería arriesgar y ver que pasaba a quedarme pensando en qué hubiera pasado sí lo hubiera hecho.

Que bipolar que soy.

Cami:
"Eu queres venir a comer a casa?"
"Quiero hacer pizza"

Cómo había pasado bastante tiempo del último mensaje que le mandé, apagué el celular y seguí poniendo atención a mi serie, supuse que no iba a contestar enseguida.

Error. Contestó al toque.

Enzo:
"Dale llevo algo?"

Cami:
"Nono tranqui tengo todo"

Enzo:
"Oka tipo siete voy"

Cami:
"Oki"

Al rededor de las seis y cuarenta y cinco yo ya estaba bañada y levemente maquillada (porque iba a terminar de maquillarme después de comer o sino se me arruinaría), también me puse a limpiar un poco, muy por encima porque no quería que se viera desarreglado mi departamento, era la primera vez que traía a alguien a mi lugar, no quería que se lleve una mala impresión de él ni de mí. Aromaticé el baño y regué las platas que tenía por ahí, tan pronto como terminé de ordenar me llega un mensaje de él. "Abrimee" decía el mensaje.

Me acerqué casi trotando y abrí la puerta. Ahí estaba Enzo con un par de bolsas de compra y un ramito de dos rosas en la mano. Sonreí enseguida que lo ví y no pude evitar bajar mi vista al detalle, y él lo noto que había visto todo eso, así que habló antes de que lo dejara pasar.

—Es porque me dijiste que Oli si te da flores y yo no —explicó extendiéndome el ramito, lo acepté con gusto y lo dejé pasar—. Y encima son dos eh, Oli te dió una.

Me reí bajito. No podía creer que estaba indirectamente compitiendo con su hija.

—¿Solo para que te salude me trajiste las flores? —inquirí en una sonrisa y cerré la puerta— Gracias. —agradecí y dejé las flores sobre la mesa, iba a buscar un florero.