Capítulo doce

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Venían pasando los días y seguía dudosa en si hablar con Enzo o no. Nuestra relación se había reforzado y nos volvíamos más cercanos el uno al otro, los besos ahora eran una práctica constante entre nosotros, también pasabamos hablamos todo el día por Whatsapp y siempre trataba de incluirme en sus planes. Con Olivia nuestra convivencia era increíble, muy pocas veces me hacía renegar y la mayoría del tiempo se portaba de maravilla, también se volvió muy cariñosa conmigo, tanto que hasta peleaba con Enzo para competir por mi atención.

El jueves fue que me decidí a hablar las cosas con él, lo había pensado y era la mejor manera. Había llegado no hace mucho a su casa junto con Oli de vuelta del Kinder y estaba esperando a que él llegara para que podamos hablar sobre el camino que iba a tomar nuestro sea lo que seamos. Por un lado me molestaba tener que pensar en todo esto teniendo en cuenta que nos conocíamos hace menos de un mes, pero por otro lado yo no estaba para garches fijos o amores platónicos, además de que mi cariño con Olivia crecía cada vez más y no quería confundirla a ella también con problemas de adultos.

Ya eran las una y media pasada y Enzo todavía no llegaba así que decidí no esperarlo para comer, comimos Oli y yo mirando dibujitos animados en la tele.

Un mensaje iluminó mi barra de notificaciones en el celular, era mi papá, habíamos estado hablando hace bastante por temas relacionados al mundial, él estaba ansioso y emocionado porque vaya con él y yo también, mi relación siempre fue de lo más linda con él y ser hija única era más que una bendición para mí.
Justo cuando estaba por desbloquear el celular para contestarle Enzo abrió la puerta con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, sonreí de vuelta y miré a Olivia que estaba más que contenta de ver a su papá.

—Provecho hermosas. —dijo y se acercó para dejarnos un beso en la frente a cada una en forma de saludo.

Estaba por levantarme para servile la comida pero me detuvo antes de que despegara el culo de la silla.

—Ahora me sirvo yo, tranqui —dice y me roba un pico, sentí mis cachetes arder de la vergüenza. Que poder tenía en mí este hombre—. Traje para que hagamos chocotorta y para comer helado de oreo. —dice para mí y me muestra las bolsas del supermercado.

Miré a Olivia que bailaba de lado a lado mientras comía una papa, ella entendía todo lo que pasaba la mayoría de las veces. Volví a él y le dediqué una mirada llena de felicidad. Le volví a insistir nuevamente para servirle pero se negó y lo hizo él, tomó asiento a mi lado y comimos charlando amigablemente. Acariciaba mi muslo mientras me contaba cómo le había ido en los entrenamientos y lo ilusionado que estaba cuando le contaron que la selección argentina había puesto un ojo en él para el mundial.

Cuando mencionó la palabra "mundial" quise hablar todo enseguida, pero pensé que no era el momento adecuado de hacerlo mientras comíamos así que solo dejé pasar la oportunidad y seguí escuchándolo antenta.


Omnisciente.


A

l rededor de las cuatro y cuarto de la tarde después de haber terminado de armar la chocotorta y de haber comido helado Camila decidió que ya era momento de hablar todo lo que tenía atravesado, pero no sabía como sacar el tema.

Mientras Olivia era arropada por Enzo después de haber caído rendida en la siesta se dispuso a limpiar un poco el comedor, se notaba tensa y pensativa. Durante todo el rato Enzo se había fijado en ello, de que estaba perdida en su cabeza, ya que la mayoría de las veces no le prestaba atención cuando le hablaba, dejándolo así hablar solo.

Después de ver que su hija estuviera cómoda en la cama la buscó en el comedor y la encontró pasando el trapo en la mesa. Se acercó silencioso para no sorprenderla y cuando estuvo cerca la abrazó por la cintura y hundió su cabeza en el cuello de ella, repartió unos besos cariñosos y le preguntó por fin.

ਏਓ 𝑩𝑨𝑩𝒀𝑺𝑰𝑻𝑻𝑬𝑹  ✩꙱ 𝗲𝗻𝘇𝗼 𝗳𝗲𝗿𝗻𝗮𝗻𝗱𝗲𝘇.ffcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora