LOVE RESEARCH || Hyunin

Capitulo tres: Pista de hielo

En los últimos días, saque la conclusión que Hyunjin no solo cambia su pelo a salir de la Universidad, también su personalidad.

Estaba escuchando detrás de la biblioteca como este hablaba por teléfono.

—Sí, Sam. Iré al salir hacia allá.

—Ya, entendí por el amor de dios.

—Sí, sé que es nueva la pista y bla bla, si cerca de la calle central, bueno, adiós.

Este corto y yo fingí tomar varios libros, este día lo tendría que seguir nuevamente, sin que me viera o que su perro me ladrara.

Por suerte la hora paso rápidamente, con clases y apuntes de por medio, charlas entre profesores y uno que otro pedido.

Fui uno de los primeros en salir, el invierno se sentía cada vez más y no quería enfermarme, cuando vi que salían los estudiantes de abogacía, note como Hwang iba con su celular y yo empecé a seguirlo, nuevamente.

Si Hwang tendría un trabajo, podría averiguar con las personas de ahí, saber un poco más de él y sobre a entorno.

Note que dónde Hyunjin se dirigía era en una pista de hielo que hace días se había inaugurado o eso había visto por mis redes sociales.

Cuando ingrese y perdí de nuevo de vista a Hyunjin, note lo lleno que estaba el lugar, trague saliva porque esto no me lo esperaba 

Incluso me esperaba a que el tuviera algún tipo de cita.

¿¡Por qué complicas tanto esto Hwang Hyunjin!?

Me puse en la fila, esperando por los patines, no sabía que hacía, ni siquiera sabia patinar, pero piensa en el dinero, Jeongin.

Cuando los patines fueron entregados, tuve que pedir a una chica a qué me ayude a colocarlos y está acepto con una sonrisa.

El camino hacia la pista no era difícil, fue tocar el maldito hielo debajo de mis pies, la chica que me había ayudado anteriormente se acercó a mí.

—Hey, mira. Déjate de agarrar de las barras, supongo que eres nuevo acá, tiene que hacer solo esto— La chica empezó a mostrar como acomodar mis pies e ir avanzando de a poco.

Estaba intentándolo, hasta que puede andar sin problemas, al menos podía pasar el día acá, era algo nuevo para mí, la chica me felicitó y se fue con una gran sonrisa a ayudar a otra persona.

Había tomado tanta confianza en mí, que empecé a tomar velocidad y hasta que me empecé asustar porque no podías frenar.

—¡Oye niño ten más cuidado!

Mi desesperación era tanto que cuando sentí que me caía, unos brazos, me sostuvieron y yo note que quien era Hwang Hyunjin.

—Tienes que dejar de ser tan caótico.

—¿Ah?— Este me ayudó a enderezarme y me tomo de los brazos, quedando frente mío.

—No te hagas el tonto conmigo, ya he visto como me sigues.

—¿Seguirte? ¿Yo? Ni sé cómo te llamas. 

—Hey, hermanito, no me gusta que la atención solo sea para mí— Vi al chico que había visto aquella vez, este parece que me reconoció porque me sonrió.

—¡Eres vos! No dejaste que me disculpara.

Aquellos dos eran idénticos, y solo la dos diferencias era que el color de pelo y que uno de ellos tenía un lunar bajo su ojo.

—¿Cuál de ustedes dos es Hwang Hyunjin?

—¿No era que no te sabías mi nombre?

—Yo me llamo Sam, ¿Ustedes dos se conocen?

Los tres nos miramos y bueno...

Al menos Hyunjin no era pelado.

Luego de ese extraño momento, Hyunjin me llevaba del brazo hacia los vestidores y cuando llegamos me empujó y cerró la puerta fuertemente.

—Ahora explícame eso de seguirme.

—¿Y si no quiero?

—No juegues conmigo, sé eso de tu trabajo, de ser un acosador-

—Investigador, me parece mejor.

—¿Quién te mando?

—Mis clientes son confidenciales.

Hwang Hyunjin, suspiro y se acercó a mí y yo solo pude alejarme, pero cuando choque con la pared, le regale una sonrisa algo incómoda.

—Estamos muy cerca, ¿No crees?

—¿Fue Lee Felix?

—Eh...no

—¿Seo Changbin?

—Mira, yo ya te dije que no voy a decir nada, ¿Encima mira si al que busco es a tu hermano?

—Te delataste solo, allá en la pista.

—Vos mismo viste como tu hermano me invitaba un helado...

—¿Fue Hwang Yeji?

—No...

—No te creo nada, fue alguno de esos tres, mira, te lo voy a decir una sola vez-

La puerta fue abierta por Sam y yo sonreí victoriosamente, Hyunjin se apartó rápidamente de mí.

—Uh, no sabía que interrumpía algo.

—¡Para nada! No vemos luego Sam— Bese la mejilla de este como agradecimiento y me largue de ahí.

Maldición había salido todo mal, pero no iba a rendirme. Más cuesta esto, más dinero habría y yo lo necesitaba.