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Podría acabar muerto después de todo, era lo menos que me importaba.

Cómo si nada salí del baño, Adara estaba sobre la cama de la habitación, su mirada estaba pérdida, algo que me dolió ver más que las heridas sobre mis brazos y piernas.

Sin darme cuenta las lágrimas ya estaban callendo por mis mejillas, las limpie tan pronto las sentí; mire a Adara otra vez, ella me miraba sin demostrar algún sentimiento, lo que en cierta parte me asustó, pero no quería molestarla con un montón de preguntas; ya tenía suficiente.

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Vausha y Adara jugaban en la sala de aquella gran casa, el castaño había salido a quien sabe dónde, pero claramente no era un lugar cualquiera.

Le gustaba ver esa sonrisa y escuchar las risas de la pequeña, después de todo aún existía aquella felicidad en algún lugar guardada.

Vausha río al ver cómo su hija fruncia el seño mientras intentaba encajar una pieza con otra, fallando en el intento.

Su cara cambio totalmente al ver a su esposo entrar a la casa, el ambiente se tenso, lo miro sin mucha importancia y devolvió su vista a las piezas que habían en el piso, empezó a juntar las de a poco y empezar a guardar las en su respectivo lugar, Adara sin quejarse ayudó a su padre a guardar las piezas, una vez estaban todas guardadas tomó la bolsa y se dirigió a su habitación para dejar la bolsa ahí.

Con un poco de esfuerzo Vausha se levantó del piso, soltando un suspiro pesado, ni siquiera se tomó la molestia de saludar al que recién había llegado, se sentó en el sillón y recargo su cabeza en la espalda de éste, esperando algún reclamo por parte del castaño, cómo era frecuente para crear una pelea que resultaba en heridas y marcas; sin embargo, no obtuvo ni atención de éste, escuchó simplemente cómo el menor caminaba hasta donde el supuso, el baño, donde miro inútilmente, encontrando únicamente la puerta del baño claramente cerrada, extrañado fruncio el seño, miro la puerta de la habitación de su hija, la cual se encontraba de igual forma, cerrada con el seguro puesto.

Decidió no tomarle tanta atención a ambas cosas, quería descansar un poco sin tener aquel miedo de ser atacado en cualquier momento, mostrándose vulnerable mientras dormía.

Recargo su cabeza nuevamente en la espalda del sillón, hasta que sintió su celular vibrar, lo tomó y revisó la notificación que le había llegado; un mensaje, de cierta azabache preguntando por su ausencia ese día.

Se dedicó a simplemente a contestar un “Estaba ocupado, ¿ocurre algo?” espero la respuesta, un simple “No, solo tenía la duda” se lo esperaba, contestó por último un “Okey” y salió de ese chat, para después salir de la aplicación y apagar nuevamente su celular, suspiro pesado y se quedó viendo a un punto fijo sin sentido, hasta que escuchó la puerta del baño abrirse, miro un segundo al chico que salía de ahí, poniéndose nervioso al instante de verlo sosteniendo aquel cúter que uso anteriormente para autolecionarse.

Desvío su mirada nuevamente y disimulo sus nervios, dirigiendo su mirada nuevamente al castaño cuando este estaba frente a él de pie.

⚊Vausha, ¿que hacía ésto en el baño?⚊ Pregunto enseñando el cúter, Vausha lo miró con su mirada normal.

⚊No lo sé.⚊ Contestó neutro, aunque lo estaban carcomiendo los nervios.

⚊Enseñame tus brazos.⚊ Se puso nervioso, su cabeza empezó a doler soltó un jadeo por el dolor mientras recargaba su cabeza en su mano, empezó a sudar frío, ¿que le pasaba?

Fue jalado del caballo con brusquedad y fuerza, obligándolo a mirar al que estaba frente a él, su cabeza dolía bastante, la mirada que era de enojó de su contrario cambio completamente a una de sorpresa y preocupación, soltó el cabello rubio y tomó al que estaba sentado por sus mejillas.

⚊¿Qué tienes?⚊ Preguntó, aún preocupado, lo soltó para abrazarlo, cómo si eso arreglará lo que tenía su esposo.

⚊No lo sé.⚊ Contestó en un hilo de voz, apenas podiendo corresponder el abrazo mientras ponía su cara en el hombro del más bajó.

Cerró sus ojos, sintiendo aquella sensación 'horrible' en su cabeza, preguntándose que era lo que tenía.

Después de un rato, aquella sensación en su cabeza se fue, cómo si nunca hubiese tenido aquel dolor y cosquilleo, aunque aún sudaba frío.

Respiró agitado, temblaba debido al miedo que había sentido, aun estando en el hombro de su pareja lo acercó a él más, haciendo que se sentará en su regazo, acarició las caderas de este sin sentido, subió la camisa del castaño hasta su cintura, dejando ahí su mano, mientras empezaba a besar el cuello contrario, empezando a dejar marcas.

⚊N-no, Vausha porfavor no quiero, no ahora..⚊ Suplicó con voz temblorosa, tragó secó al sentir la mano de su pareja que anteriormente estaba en su cintura tapando su boca, indicándole que se callase, pues no iba a parar.

Sus ojos se cristalizaron, realmente no quería hacer nada de eso.

Se aferró a los hombros de su mayor, escondiendo su rostro en el hombro y cuello de éste, suspirando agitado.

⚠︎

Tenía los labios levemente rotos, aún así la sangre brotaba de estos, los chillidos salían de su boca sin poder controlar los, gritando el nombre de su esposo entre gemidos.

Las lágrimas caían por sus mejillas, arqueando su espalda, rogaba porque su esposo lo dejase en paz, aquellos espamos que lo hacían temblar y su estómago contraerse, los besos y mordidas que daba, no le gustaban para nada, aquellas manos que lo tocaban no le disgutaban, le repugnaban, su cuerpo siendo tocado completamente, sin que él lo quisiera o él hubiese dado su permiso.

Se sentía horrible.

Trataba de ahogar sus gemidos, sin lograr lo, sus manos fueron agarradas, puestas sobre su cabeza, no ponía resistencia, sabía que sería peor si lo hacía.

Sin el quererlo término por soltar aquel líquido blanco y bizcoso, soltó un gemido agudo, sintiendo su interior ser llenado de la misma sustancia pero en ves de ser la suya, la de su mayor.

⚠︎

Miro su cuerpo, completamente llenó de marcas y su piel levemente roja debido a la fuerza que había usado con la esponja al lavarlo, algo que le avergonzó ver, rápidamente tomó una de las sudaderas de su esposo, la cual le quedaba grande, tapando completamente su torso hasta sus glúteos, acomodó su cabello y tocó su cuello, soltó un suspiro, tal vez se lo merecía, había abusado excesivamente de su esposo cuando estaba completamente vulnerable, pero, el también se lo merecía.

Los dos se lo merecían.

¿Cómo habían llegado a ser esto? Si antes se amaban completamente, ¿qué pasó entonces?

¿Realmente se lo merecían?

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Aah, disculpen mi tardanza en actualizar acá, estaba ocupada.. Y aún lo estoy, espero pronto estar menos ocupada para poder actualizar les más seguido.

En fin, esto esta muy fuerte, y ya dije y avisé, cualquier comentario ofensivo o algo por el estilo, será borrado y vos serás bloqueado.

Si no te gusta no lo leas, ya está, no seas necio/a.

En fin.

Los amo, se cuidan.

¡Bye!

ᬊ⊰I hate you⊱ᬊ {¡EsteVausha!} (En Pausa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora